El Papa Pío XII salvó personalmente a más de quince mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial: este es el último resultado del estudio realizado por un historiador alemán sobre documentos inéditos de los archivos del Vaticano, hasta ahora inaccesibles.
El archivero del Bundestag, Michael Feldkamp, pasó parte de su vida tratando de arrojar luz sobre la actitud de la Iglesia católica hacia los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en un reconocido experto en la materia.
Habiendo tenido acceso recientemente a documentos inéditos, el historiador rechaza la tesis de un ignorante e indiferente Pío XII sobre los campos de concentración: “Lo nuevo ahora, aunque lo hayamos intuido siempre, es cierto que Pío XII era consciente de todo desde el principio”, explica Michael Feldkamp.
Mejor informado que los servicios secretos estadounidenses, el entonces pontífice romano incluso había alertado al todavía libre Occidente, sin ser escuchado: “sobre el exterminio sistemático de los judíos europeos, el Papa Pacelli envió un mensaje al presidente estadounidense Roosevelt en marzo de 1942: dos meses después de la conferencia de Wannsee”.
“Advirtió que algo estaba sucediendo en Europa en las zonas de guerra. Estos mensajes no fueron considerados creíbles por los estadounidenses”. Los silencios por lo tanto no venían de donde ellos pensaban...
Todos los días Eugenio Pacelli hacía balance de los abusos nazis: “Recibía todos los informes, incluso había creado una oficina dedicada dentro de la segunda sección de la Secretaría de Estado, donde el personal tenía que ocuparse exclusivamente de estos temas. Domenico Tardini y monseñor Dell'Acqua, dos futuros cardenales, que le explicaban la situación a diario”, explica el historiador alemán.
El estudio de los archivos más recientes, recientemente desclasificados, permite pues estimar “que Pío XII salvó personalmente a unos quince mil judíos con su esfuerzo personal: abriendo los claustros de los monasterios para que se escondieran allí. Los descubrimientos que acabo de hacer hechos en el Vaticano muestran cuánto se informó cuidadosamente al Papa italiano”, añade.
Finalmente surgieron nuevos hechos: así, “los soldados de la Guardia Suiza también tuvieron que enfrentarse a los hombres de las Waffen SS y a los oficiales de la Wehrmacht para poder ocultar a los judíos en la basílica romana de Santa Maria Maggiore”, informa Michael Feldkamp.
“De esta manera ahora podemos corregir muchas inexactitudes, a veces incluso acusaciones, especialmente la del 'silencio' de Pío XII”, dice el historiador.
De hecho, la no denuncia de los crímenes de los que se acusaba al Papa en su momento puede “considerarse razonable, ya que le permitía rescatar personas, a través de operaciones secretas, porque en ese momento no cabía duda de que atraería más la atención del público sobre sí mismo, que organizaría manifestaciones o escribiría notas de protesta”.
El archivero del Bundestag, Michael Feldkamp, pasó parte de su vida tratando de arrojar luz sobre la actitud de la Iglesia católica hacia los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en un reconocido experto en la materia.
Habiendo tenido acceso recientemente a documentos inéditos, el historiador rechaza la tesis de un ignorante e indiferente Pío XII sobre los campos de concentración: “Lo nuevo ahora, aunque lo hayamos intuido siempre, es cierto que Pío XII era consciente de todo desde el principio”, explica Michael Feldkamp.
Mejor informado que los servicios secretos estadounidenses, el entonces pontífice romano incluso había alertado al todavía libre Occidente, sin ser escuchado: “sobre el exterminio sistemático de los judíos europeos, el Papa Pacelli envió un mensaje al presidente estadounidense Roosevelt en marzo de 1942: dos meses después de la conferencia de Wannsee”.
“Advirtió que algo estaba sucediendo en Europa en las zonas de guerra. Estos mensajes no fueron considerados creíbles por los estadounidenses”. Los silencios por lo tanto no venían de donde ellos pensaban...
Todos los días Eugenio Pacelli hacía balance de los abusos nazis: “Recibía todos los informes, incluso había creado una oficina dedicada dentro de la segunda sección de la Secretaría de Estado, donde el personal tenía que ocuparse exclusivamente de estos temas. Domenico Tardini y monseñor Dell'Acqua, dos futuros cardenales, que le explicaban la situación a diario”, explica el historiador alemán.
El estudio de los archivos más recientes, recientemente desclasificados, permite pues estimar “que Pío XII salvó personalmente a unos quince mil judíos con su esfuerzo personal: abriendo los claustros de los monasterios para que se escondieran allí. Los descubrimientos que acabo de hacer hechos en el Vaticano muestran cuánto se informó cuidadosamente al Papa italiano”, añade.
Finalmente surgieron nuevos hechos: así, “los soldados de la Guardia Suiza también tuvieron que enfrentarse a los hombres de las Waffen SS y a los oficiales de la Wehrmacht para poder ocultar a los judíos en la basílica romana de Santa Maria Maggiore”, informa Michael Feldkamp.
“De esta manera ahora podemos corregir muchas inexactitudes, a veces incluso acusaciones, especialmente la del 'silencio' de Pío XII”, dice el historiador.
De hecho, la no denuncia de los crímenes de los que se acusaba al Papa en su momento puede “considerarse razonable, ya que le permitía rescatar personas, a través de operaciones secretas, porque en ese momento no cabía duda de que atraería más la atención del público sobre sí mismo, que organizaría manifestaciones o escribiría notas de protesta”.
“Pero por el contrario, para desviar la atención, Pío XII llevó a cabo negociaciones con la embajada alemana y las fuerzas policiales italianas, con el propio Mussolini y el ministro de Relaciones Exteriores italiano. Siempre trató de obtener lo más posible a través de la negociación”.
Sin embargo, Michael Feldkamp es consciente de que cuesta trabajo derribar la mentira, y que no será fácil restablecer la verdad sobre el pontificado de Pío XII: “Algunos no se podían imaginar que creyeron una mentira durante setenta años y que, de hecho, la realidad es radicalmente diferente. A menudo me encuentro con esta forma de pensar, tanto fuera como dentro de la Iglesia”.
Hay que decir que dentro de la jerarquía católica parece no haber prisa por rehabilitar a un Papa conocido por oponerse al espíritu de novedad que invadió a la Iglesia en los años 50 y que habría triunfado en la década siguiente. Pero esa es otra historia...
FSSPX
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