viernes, 29 de octubre de 2021

CANONISTA SEÑALA ERRORES EN EL DECRETO DEL CARDENAL BRAZ DE AVIZ CONTRA LOS HERALDOS DEL EVANGELIO

El reconocido vaticanista italiano Marco Tosatti publicó una carta de José Manuel Jiménez Aleixandre, miembro de los Heraldos del Evangelio y doctor en Derecho Canónico, que recoge sus valoraciones sobre la reciente decreto del Cardenal Braz de Aviz, ordenando que los menores alojados en las casas de los Heraldos del Evangelio regresen a sus familias antes de iniciar un nuevo curso escolar


El canonista Jiménez está al tanto de todo el drama

Jiménez afirma en su nota aclaratoria que “como canonista estuve en contacto con el Comisionado (Cardenal Raymundo Damasceno Assis) y sus asistentes” y afirma que “incluso todos expresaron su perplejidad ante determinadas actitudes autoritarias de Su Eminencia Aviz, en claro contraste con la enseñanza constante del pontífice reinante”.

El canonista destaca que el decreto del cardenal Braz de Aviz tiene un carácter muy singular, porque “obliga al comisario a actuar contra la Asociación y contra las familias sin haber escuchado previamente su opinión. En cierto modo, el comisionado fue comisionado, considerándolo quizás ineficaz o incluso inútil. Aquí está el primer abuso de autoridad por parte del Eminente Aviz”.


Numerosas comunicaciones... en serio?

Jimenéz cuestiona que tales "comunicaciones" que sirvieron de justificación a la medida del cardenal Braz de Aviz incluirían las siguientes quejas:

“Las familias quedarían excluidas de la vida de sus hijos y el contacto entre padres e hijos sería insuficiente.
Disciplina excesivamente estricta impuesta a los menores.
La necesidad de prevenir posibles abusos de conciencia y plagio (sic) contra menores, que quizás sea un “secreto cardenalicio”
, que solo el Eminente Braz de Aviz tiene derecho a conocer. Pero, lamentablemente, otros tienen que sufrir sanciones y discriminación por la fuerza de su secretismo, sin poder defenderse.

“¿No tienen los Heraldos acusados ​​derecho a defenderse? ¡De ninguna manera! ¡Ni siquiera a hablar! Son conservadores, para ellos la sospecha ya es una condena. ¿Nos enfrentamos así a un nuevo episodio anacrónico y grotesco de la “ley de los sospechosos” de la infame Revolución Francesa? La Congregación
[de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, dirigida por el Cardenal Braz de Aviz] tiene la ultima palabra… ” explica el canonista.

Jiménez incluso comenta que estas comunicaciones que apoyarían la sustracción de los menores no provienen de los verdaderos padres de menores alojados con los Heraldos: “de hecho, entre las 'numerosas comunicaciones' recibidas por el Eminente Aviz, que en realidad proviene de una familia que tiene un hijo menor de edad en las casas de los Heraldos del Evangelio? ¿Se podría al menos nombrar esa familia? La Congregación tiene la palabra... ”

También expone que “si esas “numerosas comunicaciones” de los presuntos padres de niños en los Heraldos son inconsistentes, la Eminencia podría ser responsable del delito de falsedad según el can. 1390, que sanciona la calumnia como perjudicial para la buena reputación de terceros”.


Contradicciones internas de los decretos

El canonista también afirma que el decreto asume que los Heraldos casi secuestraron a los niños, pues debían 'devolverlos a sus padres'... Una acusación gravísima que, de no demostrarse, resultaría en una calumnia desastrosa tanto contra los Heraldos como contra los propios padres, considerados por el Cardenal como irresponsables e incapaces.

Jiménez expresa en su nota que el Comisario de los Heraldos, Cardenal Damasceno, “declaró en un principio que no podía aplicar las decisiones de Roma porque no correspondían a la realidad de los Heraldos, pero que, al final, la voluntad de El cardenal Braz de Aviz se impuso, […] si en ocasiones el cardenal comisario se mostraba bastante sensato, esta vez, sin embargo, su cobardía lo hacía semejante al pretor romano Poncio Pilato: “No encuentro culpa en este hombre” (Lc 23, 4 ) pero…”

El canonista también señala que el aplazamiento de la medida 'curativa' señalada en el decreto desmiente que existe un grave peligro que el propio decreto señala: “¿cómo puede el Eminente Alcalde afirmar, en su decreto, que existe peligro de “Abuso de conciencia y plagio contra menores” y, al mismo tiempo, ordenar que se tomen medidas cautelares “solo al final del año escolar? Si estos menores estaban realmente en peligro, ¿por qué dejarlos otros seis meses en riesgo de “abuso de conciencia y plagio”?


Acusaciones ya rechazadas por la justicia civil

Tras recordar que los padres de los niños de los Heraldos del Evangelio recogieron en pocos días numerosas firmas, rechazando la determinación del cardenal Braz de Aviz, y que destacados juristas brasileños señalaron ilegalidades en el decreto, Jiménez también destaca que estas mismas calumnias que el Cardenal admite como ciertas, un “pequeño grupo de enemigos las presentó como denuncias formales en varios tribunales brasileños. Y, tras las demandas, seis en total fueron archivadas, por falta de pruebas y credibilidad ”.

Jiménez finaliza su nota temiendo los posibles efectos sobre los más desamparados - “los niños y niñas que residen en nuestros hogares” - que pueden enfrentar contextos difíciles cuando regresen a casa: “No se puede describir la tristeza dibujada en los rostros de estos jóvenes entusiastas que ven su futuro cubierto por nubes oscuras y amenazantes ”.

“Tenemos nuestra confianza puesta en Dios, nuestra fuerza, y en Nuestra Madre, la Santísima Virgen María.

A ella, Mediadora de todas las gracias, miramos hacia arriba y rezamos llenos de esperanza: “Gaude Maria virgo, cunctas haereses sola interemisti in universe mundo”, concluye.


Gaudium Press


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