Crecimiento, mejora, desarrollo. Esto es lo que quieren que creamos. Caminamos entre las ruinas del mundo, pero la mayoría parece no verlo, engañándose a sí mismos que están caminando en un jardín de flores.
Ernst Jünger en "Eumeswil" escribió: “Cuando dirigimos la mirada al pasado, contemplamos tumbas y ruinas, montones de escombros. Pero ocurre entonces que también nosotros somos víctimas del espejismo del tiempo: pensamos avanzar hacia adelante y progresar, cuando en realidad nos estamos moviendo hacia este pasado. Pronto le perteneceremos: el tiempo pasa sobre nosotros, nos deja atrás”.
Crecimiento, mejora, desarrollo. Esto es lo que quieren que creamos. Caminamos entre las ruinas del mundo, pero la mayoría parece no verlo, engañándose a sí mismos que están caminando en un jardín de flores. Caminamos en una relación feudal redescubierta con la autoridad, ahora vivimos nuestras vidas, entregando nuestra libertad, nuestros derechos fundamentales, nuestra dignidad de hombres al "señor feudal", a cambio de protección.
Por lo tanto, estamos envueltos en un sistema en el que el retroceso se disfraza de progreso, en el que creemos que avanzamos, pero que inevitablemente volvemos a instituciones legales y métodos de gobernanza que parecían sepultados por el polvo de los siglos, perdidos en el laberinto de historia. Vivimos en el que el pasado se convierte en futuro cristalizándose en un presente lúgubre.
Estamos verdaderamente en la era de lo ilógico, del letargo del sentido común, de la mentira que se convierte en verdad, de la realidad que sobrepasa todas las predicciones apocalípticas. Del ser humano que renuncia definitivamente a ser humano. Del "ius primae noctis" ejercido, con una vehemencia sin precedentes, sobre nuestra vida y nuestra alma.
Chiesa e Postconcilio
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