Un sacerdote de una parroquia del condado de Co Cavan (Irlanda) dice que no tiene intención de pagar una multa de 500 euros que el gobierno le impuso por decir misa públicamente y que tiene la intención de seguir haciéndolo a pesar de la prohibición del culto público.
El padre J Hughes es párroco de Mullahoran & Loughduff y recibió la multa por correo el 18 de marzo pasado después de una misa dominical que celebró el 7 de marzo.
Anteriormente, hubo otro incidente. Tres guardias de la estación local de policía “llegaron a la puerta de la sacristía. Se quedaron afuera durante la misa y la sargento entró después de la misa y dijo que había 40 personas aquí en la Iglesia. Eso ocurrió en noviembre”, dijo el padre Hughes.
“Conozco la historia de la fe. Sé que el obispo no es la iglesia. Jesucristo estableció la iglesia. Debe ser honrado y adorado, y eso es lo que estoy haciendo, le guste o no a los obispos, o le guste a alguien más o no. Para aquellos que quieran venir, las puertas están abiertas y así debe ser”, agregó el sacerdote.
“Estaba absolutamente enfermo con la idea de cerrar la iglesia. Las personas que toman la decisión de cerrar la iglesia no son personas de fe. No pueden serlo porque si lo fueran sabrían el daño que se están haciendo a sí mismos, a sus propias almas y a todo el país”.
El gobierno ha suspendido el culto público desde el pasado 7 de octubre.
El padre Hughes dijo que está “decepcionado con los arzobispos, que no se ponen de pie y denuncian lo que está pasando”.
El obispo Francis Duffy saluda a su líder político
El obispo de Ardagh y Clonmacnoise, Francis Duffy, le había dicho “que cierre las puertas. Que no representa a la iglesia oficial lo que estoy haciendo. Ellos están llevando la línea de un gobierno que no cree en Dios”.
En otro reportaje el padre dijo: “Estaba viendo el Late Late Show el miércoles por la noche, la noche de San Patricio, y pensé que había más de 10 personas en el estudio esa noche. Estuvieron allí dos horas”.
El padre Hughes escribió en un boletín parroquial el domingo pasado: “El próximo domingo comienza la Semana Santa. Cuesta creer que, por segundo año, la gente no podrá venir a participar en las ceremonias de Semana Santa”.
“A pesar del tamaño de la iglesia y del lugar santo que se debe a la presencia de Jesús en el Tabernáculo, la iglesia ha sido considerada un punto crítico para la propagación de un virus por parte de la policía”, continuó el sacerdote.
“La mayoría de las personas están sanas y pueden comprar, llevar a sus hijos a la escuela y muchas trabajan en interiores. Estamos cometiendo un grave error al rechazar a Dios y a Nuestro Señor Jesucristo, manteniéndonos alejados porque los funcionarios del gobierno dicen que debemos hacerlo”.
Fuentes cercanas al sacerdote dicen que no pagará la multa y que está dispuesto a ir a la cárcel antes de dejar el culto público. Entonces, la posibilidad de que el sacerdote vaya a la cárcel es real, y sería la primera vez en siglos que un sacerdote es arrestado por celebrar una misa.
El culto público se ha suspendido durante casi ocho meses en los últimos doce meses en Irlanda. Esta ha sido la mayor restricción para la Iglesia en toda Europa.
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