martes, 5 de enero de 2021

EL EJEMPLO DE SANTO TOMÁS MORO

Gracias a los archivos vinculados a Santo Tomás Moro, escritos por la mano de su hija años después, surge una escena familiar en la que el santo una noche le habló a su esposa e hijos...

A finales del siglo XV, Inglaterra sufrió una enfermedad muy extraña. Se llamó la enfermedad del sudor. Una enfermedad letal porque el contagio se producía inevitablemente a través del sudor, que aparecía repentinamente tras escalofríos y fiebre muy alta. La muerte llegaba en unas pocas horas.
Inglaterra, pero también toda la región del Mar Báltico, se vio muy afectada.

La enfermedad apareció repentinamente y desapareció con la misma rapidez después de aproximadamente un año.
Los estudiosos de hoy todavía no saben cómo dar una explicación exacta de qué era esta enfermedad... la hipótesis más conocida es que podría ser un arbovirus o quizás un hantavirus.

El caso es que en un mes, Londres perdió a más de la mitad de sus habitantes, tanto que se comparó con el año de la Peste Negra.

En este sentido, gracias a los archivos vinculados a Santo Tomás Moro, escritos por la mano de su hija años después, surge una escena familiar en la que el santo una noche le habló a su esposa e hijos de la siguiente manera:

“Mi querida esposa y familia, esta plaga que estamos experimentando es un castigo de Dios. Todos somos pecadores, y Dios está disgustado con nosotros. Nuestra vida y muerte están enteramente en Sus manos. Sólo podemos orar, apelar a Su gran y Misericordia infinita, y reconocer la naturaleza de los pecadores como somos, y la necesidad de Su gracia”. 

Entonces la hija le preguntó: 

“¿No tienes miedo, padre?” 

Y él respondió: 

“¿De qué? ¿De la muerte? No, no tengo miedo de morir porque me he entregado por completo a las manos de Dios. Y sé con certeza que cuando muera iré a un lugar mejor que este. Pero recuerda: hay una 'epidemia' mucho peor que esta plaga. Es una 'epidemia' que infesta Europa y se llama la enfermedad del luteranismo”

Después de eso, se arrodilló y oró. La condenación del alma era, de hecho, mucho peor que la muerte provocada por un virus.

Santo Tomás Moro es el único santo que reconoce incluso la iglesia anglicana.

Esto es para mostrar cuánto lo amaban, no solo los católicos, por supuesto, sino también los anglicanos. Fue un gran hombre de derecho y autor de “Utopía”, un escrito que siguió siendo un hito en la literatura occidental.

Murió mártir de la fe católica a manos de su "amigo", el rey Enrique VIII.

La muerte del cuerpo en lugar de la muerte del alma.

Y se hizo santo.

Porque la gente ha dejado de rezar, de creer, de buscar a Dios, de arrepentirse. Todo está en las manos (equivocadas) del hombre. (Gracias a Lorena Poloni)


Chiesa e Postconcilio




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