sábado, 7 de noviembre de 2020

MONS. HÉCTOR AGUER: “EL VALOR DE LA MERITOCRACIA”

Monseñor Héctor Aguer, Arzobispo Emérito de La Plata y Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, sostuvo que “hay que recuperar el sentido auténtico del mérito” y comentó que “el Sr. Presidente habló en contra de la Meritocracia que ciertamente puede entenderse mal, ciertamente, en un sentido egoísta pero puede entenderse bien porque la Meritocracia es la idoneidad”.


Texto completo de la alocución de Mons. Héctor Aguer:

“Ustedes saben que las acciones humanas, nuestras conductas, no son indiferentes, tienen alguna consecuencia: si obramos bien podemos esperar ser reconocidos, podemos esperar tener una recompensa, pero si obramos mal podemos esperar una sanción. Existe una realidad profundamente humana y es esta: el resultado de nuestras acciones y es lo que en la tradición filosófica y teológica se llama el mérito. Nuestras acciones merecen o desmerecen en todo caso. Lo del mérito es una realidad humana fundamental y no hay que pensar que el mérito significa egoísmo o creerse superior a los demás ni mucho menos, no tiene por qué entenderse de esa manera.

¿Existe una igualdad entre todos los hombres? Sí, existe una igualdad que es una igualdad desigual porque cada uno es cada uno y con su conducta va labrando una senda, va mostrando un camino y, en todo caso, merece el reconocimiento en el orden de la vida civil digamos así.

Hace poco el Sr. Presidente de la Nación empezó a hablar en contra del mérito tal vez creyendo que es una cosa neoliberal y que, en el fondo, implica desconocer la igualdad y llegó a decir esto que, una especie de rémora marxista, que los ricos tienen más posibilidades que los pobres, que los ricos siempre encuentran un lugar pero en cambio los pobres no tienen oportunidades. ¿Eso es así? En realidad no importa solamente el dinero, la posición social, la familia en que se ha nacido sino que importa mucho sí la educación que uno ha recibido en su casa por ejemplo. ¿Dónde se moldea la personalidad de un niño? Se moldea en la familia, en la escuela. Pero claro hoy la familia casi no existe y existen huérfanos de padres vivos. La escuela muchas veces es una calamidad donde ni siquiera se aprende a leer y escribir correctamente y mucho menos se puede esperar recibir una formación. Y si la cultura arrasa con todo lo meritorio entonces caemos en una gran confusión.

Creo que el Presidente está muy equivocado. ¿Por qué? Porque él al hombre meritorio que con su trabajo digno consigue progresar él y su familia prefiere a los clientes. El Gobierno de hoy tiene un montón de clientes que dependen de las dádivas del Estado. Y eso porque no se ha creado trabajo genuino, como a consecuencia de esta pandemia han cerrado negocios, empresas, sobre todo pequeñas empresas, ha quedado muchísima gente desocupada entonces pareciera que tenemos que estar siempre sujetos a las dádivas del Gobierno. Y el movimiento al cual el Sr. Presidente pertenece siempre ha pensado así, hacer clientes para que después los voten. A lo mejor no los votan pero la intención es esa seguramente.

Así no se moldea una sociedad justa, verdaderamente justa y que progresa. Una sociedad tiene que basarse en el trabajo genuino y en el mérito para eso hace falta una familia, hace falta una escuela que eduque verdaderamente y hacen falta todos estos elementos que tienden a humanizar a las personas y a hacer más humana a la sociedad.

Por cierto que hay muchas injusticias y tantos crímenes como hay hoy día pero que vamos a decir que esos crímenes de que dependen, lo vamos a juzgar a cada uno en particular pero hay también una situación que invita, que empuja a lo ilegítimo, a lo ilegal, a lo malvado. Si no hay trabajo, si no se educa, si no hay familia ¿qué hace el hombre? El hombre se pierde.

Hay que recuperar el sentido auténtico del mérito. El Sr. Presidente habló en contra de la Meritocracia que ciertamente puede entenderse mal ciertamente en un sentido egoísta pero puede entenderse bien porque la Meritocracia es la idoneidad. La Constitución Nacional reconoce como único requisito para obtener un cargo público la idoneidad no el amiguismo, no ser correligionario, no el aplaudir cuando no se debe. Por eso el concepto del mérito es algo fundamental que tenemos que recuperar.

Así también hay un mérito en el orden de la vida de la Gracia. Nosotros no merecemos, ciertamente, el ser cristianos, no merecemos la Gracia por la cual recibimos el perdón de los pecados, pero después fundados en esa Gracia hay un mérito de la Gracia con la ayuda del Espíritu Santo que nos hace crecer en la Gracia de Dios para progresar en la vida cristiana, esperar la santidad y nos hace merecer la vida eterna como enseña la Iglesia. Pero el mérito es una realidad humana y cristiana que no se puede soslayar. Les dejo esto para que lo piensen porque me parece que es muy importante.



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