miércoles, 4 de noviembre de 2020

LA NOVENA DEL ABANDONO A LA VOLUNTAD DE DIOS


Por el Siervo de Dios Don Dolindo Ruotolo (1882-1970)


Jesús a las almas:

DÍA 1 

¿Por qué se confunden y se agitan? Dejadme el cuidado de vuestras pertenencias y todo se calmará. Os digo la verdad, que todo acto de verdadero, ciego y completo abandono a mí produce el efecto que deseáis y resuelve situaciones espinosas.



DÍA 2 

Entregarse a mí no significa ni inquietarse, ni estar amargado, ni perder la esperanza, ni tampoco significa transformar la preocupación en oración. La preocupación, el estar nervioso y pensar en las consecuencias de todo, está en contra de esta entrega, profundamente en contra. Es como la confusión que sienten los niños cuando le piden a su madre que atienda sus necesidades, y luego intentan ocuparse de esas necesidades por sí mismos, resultando que sus intentos se entrometen en el camino de su madre. Rendirse a Mí significa cerrar plácidamente los ojos del alma, rechazar los pensamientos de tribulación y ponerse en mi cuidado, para que sólo yo actúe, diciendo “Ocúpate tú”.

Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad.
(Repítelo 10 veces)


DÍA 3 

¡Cuántas cosas realizo cuando el alma, tanto en sus necesidades espirituales como en aquellas materiales, se vuelve a mí, me mira y diciéndome: “Jesús, ocúpate Tú de ello”, cierra los ojos y reposa. Obtenéis pocas gracias cuando os atormentáis, sin embargo tenéis muchísimas cuando la oración es un encomendarse plenamente a mí. En el dolor, vosotros oráis para que yo obre, pero para que obre como creéis que debo obrar… No os dirigís a mí, sino que queréis que yo me adapte a vuestras ideas; no sois enfermos que piden al médico que les cure, sino que le sugerís la cura. No obréis así, sino orad como os he enseñado en el Padrenuestro: 
Santificado sea tu nombre, es decir, ser glorificado en esta necesidad mía.
Venga a nosotros tu reino, o sea, todo contribuya a tu reinado en nosotros y en el mundo.
Hágase tu voluntad así en la tierra, como en el cielo, es decir, dispón Tú, en esta necesidad, como mejor te parezca en lo tocante a nuestra vida temporal y eterna.
Si me decís de verdad: “hágase tu voluntad”, que es lo mismo que decir: “Jesús, ocúpate Tú de ello”, yo intervendré con toda mi omnipotencia y venceré las mayores dificultades.

Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad.
(Repítelo 10 veces)


DÍA 4 

Mira, ¿tú ves que la enfermedad apremia en vez de menguar? No te turbes, cierra los ojos y dime con confianza: hágase tu voluntad, “Jesús, ocúpate Tú de ello”.
Te digo que así lo haré y que intervendré como médico, y que hasta obraré un milagro cuando fuere menester. ¿Ves que el enfermo empeora? No te desanimes, sino cierra los ojos y di: “Jesús, ocúpate Tú de ello”. Te digo que yo me ocuparé, y que no hay medicina más poderosa que una intervención mía de amor. Me ocuparé de ello sólo cuando cerréis los ojos.

Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad.
(Repítelo 10 veces)


DÍA 5 

Y cuando tenga que llevarte de una manera diferente a la que quieres, te entrenaré, te encontraré y te llevaré en mis brazos, como bebé durmiendo en los brazos de su madre, a la otra orilla. Lo que os preocupa y os duele inmensamente son vuestra razón, vuestros pensamientos y preocupaciones, y vuestro deseo de afrontar lo que os afecta.

Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad.
(Repítelo 10 veces)


DÍA 6 

Cuando creas que el mundo abandonó a los matones, tiranos y todos quienes están alineados contra la Iglesia, entonces sabrás que el trono del monstruo está socavado y que se disolverá en un instante por una piedra de la montaña que lo golpea. Déjame hacerlo, porque armonizo la libertad y las exigencias de la gloria divina y dejo el camino a los malos y luego saco la gloria divina de ello. Incluso en los pequeños lo verás, porque ciertas personas violentas desaparecerán de la mañana a la tarde y las familias recuperarán la paz y la prosperidad.

Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad.
(Repítelo 10 veces)


DÍA 7 

Adora a Dios y deja a Él, que ve, dispone y permite todo, el cuidado del orden pacífico del mundo. Déjate llevar por los caminos misteriosos de su Providencia y reza ... ¡Oh, la oración! Ora, ora, ora y asegúrate de trabajar orando, porque la acción más poderosa es la oración.

Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad.
(Repítelo 10 veces)


DÍA 8 

La escalera hacia el cielo es mi Voluntad. La forma de llegar a mi Voluntad es el abandono y la confianza en las pequeñas cosas; la forma de confiar es pensar poco en lo que ha sucedido y lo que puede suceder. ¿Qué sentido tiene pensar en el pasado que ya no está? ¿Qué sentido tiene pensar en el futuro que no depende de ti?

Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad.
(Repítelo 10 veces)


DÍA 9 

Descansa en mí cumpliendo fielmente todos tus deberes, haciendo todo lo que depende de ti cuando tengas que trabajar: este es el secreto de la paz interior y por tanto del fervor del alma. No hay fervor sin calma y no hay calma sin pleno abandono a mí ... 

Señor, bendito sea tu nombre y hágase tu voluntad.
(Repítelo 10 veces)




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