El 16 de octubre, la Iglesia Católica celebra la memoria de Santa Margarita María Alacoque, conocida por su ferviente devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Nacida en Vérosvres (Saône-et-Loire), Francia, el 22 de julio de 1647, Margarita Maria fue una monja sencilla y humilde, que desde su infancia se vio favorecida por apariciones extraordinarias no solo de Jesús, sino también de la Santísima Trinidad, de Nuestra Señora y de su Ángel de la Guarda.
Su cuerpo fue colocado bajo el altar de la capilla del convento donde vivió, y los peregrinos que van allí a rezarle alcanzan gracias destacadas.
Las doce promesas del Sagrado Corazón de Jesús
Descubre las doce promesas del Sagrado Corazón de Jesús:
1ª Promesa: "Mi bendición permanecerá en las casas donde se expone y venera la imagen de mi Sagrado Corazón"
2ª Promesa: "Daré a los devotos de mi Corazón todas las gracias necesarias para su estado"
3ª Promesa: "Estableceré y preservaré la paz en vuestras familias"
Cuarta Promesa: "Los consolaré en todas sus aflicciones"
Quinta Promesa: "Seré un refugio seguro en la vida y especialmente en el momento de la muerte"
Sexta Promesa: "Lanzaré abundantes bendiciones sobre tus obras y empresas"
Séptima Promesa: "Los pecadores encontrarán en mi Corazón una fuente inagotable de misericordia"
Octava Promesa: "Las almas tibias se volverán fervientes para la práctica de esta devoción"
Novena Promesa: "Las almas fervientes pronto se elevarán a una gran perfección"
Décima Promesa: "Daré a los sacerdotes que practiquen esta devoción especialmente el poder de tocar los corazones más endurecidos"
11ª Promesa: "Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre inscrito para siempre en mi Corazón"
12ª Promesa: "A todos los que comulguen los primeros viernes de nueve meses consecutivos, les daré la gracia de la perseverancia final y la salvación eterna".
Para obtener estas gracias prometidas por el Sagrado Corazón de Jesús, los devotos deben: tomar la comunión durante los primeros nueve viernes consecutivos; teniendo la intención de honrar el Sagrado Corazón de Jesús y lograr la perseverancia final; y ofrecer cada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
Sagrado Corazón de Jesús,
1ª Promesa: "Mi bendición permanecerá en las casas donde se expone y venera la imagen de mi Sagrado Corazón"
2ª Promesa: "Daré a los devotos de mi Corazón todas las gracias necesarias para su estado"
3ª Promesa: "Estableceré y preservaré la paz en vuestras familias"
Cuarta Promesa: "Los consolaré en todas sus aflicciones"
Quinta Promesa: "Seré un refugio seguro en la vida y especialmente en el momento de la muerte"
Sexta Promesa: "Lanzaré abundantes bendiciones sobre tus obras y empresas"
Séptima Promesa: "Los pecadores encontrarán en mi Corazón una fuente inagotable de misericordia"
Octava Promesa: "Las almas tibias se volverán fervientes para la práctica de esta devoción"
Novena Promesa: "Las almas fervientes pronto se elevarán a una gran perfección"
Décima Promesa: "Daré a los sacerdotes que practiquen esta devoción especialmente el poder de tocar los corazones más endurecidos"
11ª Promesa: "Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre inscrito para siempre en mi Corazón"
12ª Promesa: "A todos los que comulguen los primeros viernes de nueve meses consecutivos, les daré la gracia de la perseverancia final y la salvación eterna".
Para obtener estas gracias prometidas por el Sagrado Corazón de Jesús, los devotos deben: tomar la comunión durante los primeros nueve viernes consecutivos; teniendo la intención de honrar el Sagrado Corazón de Jesús y lograr la perseverancia final; y ofrecer cada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
Oración al Sagrado Corazón de Jesús
Sagrado Corazón de Jesús,
corro y vengo a Ti,
porque eres mi único refugio,
mi único consuelo,
mi única certeza,
mi única y firme esperanza.
Tú eres el remedio seguro y seguro para todos mis males,
la esperanza de mis miserias,
la reparación de mis faltas,
la luz en mis dudas y agonías,
el consuelo de mi desamparo.
Tú llenas mis vacíos y estás seguro de mis pedidos.
Eres la infalible e infinita Fuente de luz y fuerza,
de bendición y paz.
Estoy seguro de que nunca, nunca te cansarás de mí,
que nunca me abandonarás,
que nunca dejarás de amarme,
ayudarme y protegerme siempre,
porque el amor de tu Corazón por mí
es infinito y absoluto.
Ten piedad de mí, Señor,
por tu gran misericordia,
y haz conmigo, de mí y para mí, lo que quieras,
manteniéndome siempre y para siempre
dentro de Tu Corazón de Amor.
Me abandono en Ti, Corazón de mi Amor,
con toda la confianza de que nunca me abandonarás,
que nunca estaré solo.
Amén. (EPC)
Gaudium Press
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