Por María Paz Salas
* Les dejamos este artículo, escrito originalmente en 2014, que explica la raíz de este histórico conflicto que aún no encuentra una solución pacífica. Lo hemos actualizado con los últimos datos hasta mayo de 2018.
El conflicto árabe-israelí es uno de esos temas que vemos todos los días en los diarios, pero que por su complejidad,
no logramos entender completamente. ¿Por qué viven en permanente conflicto? ¿Qué impide llegar a una solución? ¿Qué razones argumenta cada uno?
Para entender todo esto, hay que remontarse al pasado.
Todo comienza luego de la Primera Guerra Mundial
La región palestina era originalmente gobernada por el Imperio Turco Otomano, que tuvo la desafortunada idea de aliarse con Alemania en la Primera Guerra Mundial. Como consecuencia de su derrota durante dicha guerra, el Imperio tuvo que cederles el territorio a los vencedores, de modo que Francia e Inglaterra se repartieron el antiguo territorio otomano y la tierra de ambos lados del río Jordán pasó a manos británicas.
Luego de la Segunda Guerra Mundial (entre 1939 y 1945), uno de los grandes asuntos que había que resolver era el mandato de Inglaterra sobre el territorio Palestino.
Los nacionalistas árabes creyeron lógico que Palestina fuera declarada independiente, cosa que los británicos habían prometido, pero el Secretario de Estado de Relaciones Exteriores británico también había acordado, en 1917, darle una tierra en la región palestina a los judíos, con quien los árabes mantienen antiguas rivalidades religiosas.
La Organización Sionista Mundial, reunía a los judíos que luchaban por el restablecimiento de una patria para el pueblo judío, a través de la formación de un estado moderno en lo que ellos consideraban Tierra Judía, hasta ese entonces Palestina. Ellos exigieron a Inglaterra que cumpliera con su promesa. El movimiento llamado sionismo había comenzado a formarse a finales del año 1800, influenciando a muchos judíos de todo el mundo a regresar a Palestina y reclamar su antiguo derecho sobre esas tierras.
La región palestina era originalmente gobernada por el Imperio Turco Otomano, que tuvo la desafortunada idea de aliarse con Alemania en la Primera Guerra Mundial. Como consecuencia de su derrota durante dicha guerra, el Imperio tuvo que cederles el territorio a los vencedores, de modo que Francia e Inglaterra se repartieron el antiguo territorio otomano y la tierra de ambos lados del río Jordán pasó a manos británicas.
Luego de la Segunda Guerra Mundial (entre 1939 y 1945), uno de los grandes asuntos que había que resolver era el mandato de Inglaterra sobre el territorio Palestino.
Los nacionalistas árabes creyeron lógico que Palestina fuera declarada independiente, cosa que los británicos habían prometido, pero el Secretario de Estado de Relaciones Exteriores británico también había acordado, en 1917, darle una tierra en la región palestina a los judíos, con quien los árabes mantienen antiguas rivalidades religiosas.
La Organización Sionista Mundial, reunía a los judíos que luchaban por el restablecimiento de una patria para el pueblo judío, a través de la formación de un estado moderno en lo que ellos consideraban Tierra Judía, hasta ese entonces Palestina. Ellos exigieron a Inglaterra que cumpliera con su promesa. El movimiento llamado sionismo había comenzado a formarse a finales del año 1800, influenciando a muchos judíos de todo el mundo a regresar a Palestina y reclamar su antiguo derecho sobre esas tierras.
¿Por qué los judíos consideraban a Palestina como su tierra?
Los hebreos llegaron a Palestina el segundo milenio antes de Cristo. En 930 a.C, el Estado judío se separó en dos reinos: Judá e Israel. El primero fue conquistado por los asirios y el segundo por los babilonios. En años posteriores, el territorio fue ocupado por persas, griegos y romanos, hasta que en el año 70 de la era cristiana, estos últimos expulsaron a los judíos de Palestina, iniciándose su dispersión por el mundo. A esto se le llama diáspora.
El sueño de volver a estas tierras está presente desde esos tiempos en la historia israelita. El principal argumento que tendrían para hacerlo, es religioso e histórico. El diario español El Mundo, explica el fuerte argumento religioso de los israelitas: "La creencia en una Tierra prometida por Dios forma una parte nada despreciable de la fe esencial de Israel desde hace casi 4.000 años, aunque no haya sido vivida siempre de la misma manera. El patriarca Abraham, ya en el siglo XVIII antes de Cristo, contempló esa tierra como parte de la promesa que Dios le había hecho y que se cumpliría a través de su hijo Isaac", asegura.
Inmigración en masa
Volviendo a principios de siglo XX, además de los conflictos armados, comenzó una inmigración judía en masa a la tierras de Palestina donde, en todo caso, nunca había dejado de haber presencia de este pueblo. Algunos llegaron huyendo del antisemitismo europeo de la época y otros como parte del proyecto sionista.
En 1925, por ejemplo, ya había unos 100 mil judíos viviendo entre 765 mil palestinos. La inmigración continuó y para 1940, ya había 400 mil judíos viviendo entre un millón de palestinos.
La Segunda Guerra Mundial (que incluye el Holocausto y la decadencia de Gran Bretaña como potencia imperial), terminó precipitando el desplazamiento judío, momento en el cual los enfrentamientos y masacres comenzaron a afectar a los dos pueblos que competían por el mismo territorio.
Para muchos expertos, gran parte de la culpa de lo que sucede hoy en la región recae sobre las potencias occidentales que se dividieron el territorio luego de la Primera Guerra.
La división de Palestina y la guerra de 1948
La situación ya era insostenible y el 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de la ONU apoyó el plan de partición de Palestina, que se llevaría a cabo en conjunto con el retiro de Gran Bretaña, que ya no lograba contener la situación.
Se separó así el territorio Palestino en un Estado judío y otro árabe. Algo que en la práctica no se cumplió, ya que sólo nació Israel, porque los palestinos rechazaron el plan de la organización. Es aquí cuando se comienza a hablar del conflicto árabe-israelí.
Algunos expertos aseguran que la decisión estuvo influenciada por sentimientos de compasión mundial, debido a la persecución y aniquilamiento que habían practicado los nazis contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
El 14 de mayo de 1948, se llevó a cabo la retirada británica y se proclamó la creación del Estado de Israel. Sin embargo, éste fue inmediatamente invadido por los ejércitos de cinco países vecinos (Transjordania, Egipto, Siria, Líbano e Irak), con el fin de destruirlo, ocurriendo la guerra árabe-israelí de 1948, que Israel ganó.
De hecho, al término del conflicto el ejército israelí había conquistado el 78% de la tierra (más de lo que la ONU les había entregado) y el 22% restante se dividía entre Cisjordanía y la Franja de Gaza. El ejército expulsó de la tierra que se convertiría en Israel a más de 700 mil palestinos, impidiéndoles el retorno al término del conflicto.
A finales de ese año, los judíos eran mayoría en el territorio.
Tras la guerra, la inmigración judía continuó e Israel no demoró en convertirse en un Estado con altos niveles de educación y desarrollo institucional. Los palestinos por su parte, crearon en 1964 la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), con el objetivo de retroceder las fronteras a las del tiempo del mandato británico.
Entre los '50 y '60, los palestinos realizaron varios ataques en las fronteras con la ayuda de Egipto, Jordania y Siria. Estos ataques provocaron la respuesta del ejército israelí y toda la zona de las fronteras (especialmente alrededor de Gaza y la Ribera Occidental) se convirtió en un escenario crudo y lleno de violencia.
La Guerra de los Seis Días
En 1967, Israel se enfrentó nuevamente con una coalición árabeformada por la República Árabe Unida (Jordania, Irak y Siria, apoyados por Egipto), pero la superioridad militar de Israel era evidente y los árabes cayeron derrotados. Al finalizar el conflicto, Israel había conquistado la península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán. Significó la huida de cientos de miles de árabes, quienes se refugiaron en el Líbano (400.000) y en Jordania (250.000). Hay que decir que la ONU condenó la ocupación israelí en esos territorios, una posición que se mantiene hasta el día de hoy.
Fue en esas zonas donde se formaron entonces grupos guerrilleros para recuperar los territorios perdidos. También se organizaron en torno a la OLP, que comenzó una campaña terrorista contra Israel, utilizando a Jordania como base de operaciones y, como su brazo armado, al grupo Al-Fatah.
Esta guerra significó además la intervención de las superpotencias de la época, que se hallaban en plena Guerra Fría. Israel recibió mucha ayuda de Estados Unidos y los países árabes fueron apoyados por la Unión Soviética.
Golpe en Yom Kipur
Tras la Guerra de los Seis Días, los países árabes aumentaron su aversión hacia el Estado Judío y seis años después lo atacaron en pleno durante Yom Kipur (el 6 de octubre de 1973), una de las fechas más importantes para la religión judía y en la que la mayoría de ellos estaba concentrado. Egipto y Siria lanzaron una ofensiva militar por sorpresa. Inicialmente los árabes obtuvieron victorias en los Altos del Golán y en la península del Sinaí, pero los israelitas realizaron contraataques exitosos.
La consecuencia más importante de este conflicto, es que demostró que la violencia entre ambos pueblos no podía seguir así. También llevó a que Egipto e Israel firmaran un acuerdo de paz que sorprendió al mundo entero, y también generó ira en los árabes más radicales.
Eliminada la amenaza egipcia, Israel siguió dedicándose a consolidarse como Estado judío. Tuvo que ceder el Sinaí, con una evacuación de colonos que para ellos fue dramática y dolorosa. Sin embargo, había ganado la neutralización árabe.
La ocupación israelí en Gaza y Cisjordania, los llamados "territorios palestinos", pasó por varias etapas, pero terminó en hostilidad y discriminaciones. El Estado continuó colonizando la tierra palestina.
Después del 2000
Desde el inicio del levantamiento palestino en el año 2000, el Ejército Israelí realizó numerosas incursiones en la Franja, instaló puestos de control y restringió el desplazamiento de los palestinos. En la zona se construyeron 21 asentamientos judíos, donde vivían más de 8.000 personas. En el año 2005, sin embargo, fueron evacuadas a raíz del Plan de Desconexión. Tras esta evacuación, la Autoridad Palestina (ANP) tomó el control de Gaza y su gobierno ha sido disputado por parte de dos polos políticos árabes.
Desde el 2008 hasta el presente, ha habido una serie de guerras en la Franja de Gaza entre Israel y el grupo palestino Hamás. Desde 1994, la Franja de Gaza y Cisjordania (los territorios palestinos) que ya estaban separados geográficamente, también se separaron políticamente, debido al conflicto de sus dos organizaciones político-militares: Fatah y Hamás, a raíz del triunfo que tuvo Hamás en las elecciones municipales de 2005.
Cisjordania siguió así gobernada por la Autoridad Nacional Palestina (que desde el 2013 comenzó a llamarse a sí misma como Estado de Palestina) y fue liderada por Mahmud Abbas, miembro de la más moderada Fatah (hoy Abbas es considerando el primer Presidente de Palestina). La Franja de Gaza, sin embargo, está controlada desde 2007 por los radicales islamistas de Hamás.
Este grupo es considerado una organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e incluso algunos países del Medio Oriente. Y a pesar de que Hamás llegó al poder de manera democrática, Fatah no apoya la actual escalada de violencia que ha desatado el grupo.
Hamás lucha contra el Estado Israelí usando métodos terroristas, como atentados suicidas, e Israel considera a este grupo como responsable de todos los ataques en la Franja de Gaza. Este grupo también se niega a reconocer los acuerdos logrados anteriormente entre palestinos e israelíes, quedando suspendidas las negociaciones de paz entre ambos pueblos.
El conflicto desatado en el 2014
Los enfrentamientos no habían cesado desde que estalló el conflicto -hace más de cincuenta años- pero en 2014 se desataron nuevamente, y de manera más brutal.
Israel culpó a Hamás por el secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes. La intensa búsqueda de estos jóvenes terminó con el arresto de cientos de miembros de este grupo en la Ribera Occidental.
Para vengarse, Hamás comenzó a disparar cohetes a Israel, provocando que dicho país respondiera no sólo con cohetes, sino que comenzara también con una ofensiva terrestre y naval, en una operación llamada “Margen Protector”.
Aquella escalada de tensión fue la cuarta más grande desde 2005, en la que murieron más de 2.200 personas, mayoritariamente palestinas. Las anteriores -de los años 2006, 2008, 2009 y 2012- dejaron también cientos de víctimas mortales.
El bloqueo - La crisis humanitaria permanente de la Franja de Gaza
Con el pretexto de privar a los radicales locales de materiales para la producción de armas, Tel Aviv (segunda mayor ciudad de Israel y centro económico del país) ha impuesto durante la última década un bloqueo que controla estrictamente las fronteras y el espacio aéreo de la Franja de Gaza.
Esta situación ha empeorado mucho las condiciones de vida en aquel territorio, ya que los habitantes se ven privados de empleo, educación, asistencia médica y otros bienes de primera necesidad.
Incluso, desde el año 2002 comenzó la construcción de un enorme muro en Cisjordania. Su longitud supera los 700 kilómetros y marca no sólo los territorios, sino que también el destino de sus habitantes. Muchos árabes ligados a la actividad comercial de Jerusalén, por ejemplo, se han visto obligados a ingeniárselas para cruzar este obstáculo. En 2004, la corte de la Haya declaró ilegal este muro, el que ya fue completado por Israel.
Densidad en la Franja
Otro gran problema existente en la Franja de Gaza, es ladensidad de población. En su principal ciudad, residen 5.000 personas por kilómetro cuadrado, uno de los porcentajes más altos del mundo. De esa formase explica la gran cantidad de víctimas entre civiles palestinos, en medio del actual intercambio de ataques entre la Franja e Israel, debido a lo complicado que resulta, supuestamente, impactar objetivos militares palestinos sin causar bajas civiles.
Sin embargo, algunos expertos critican a Israel por atacar a civiles. Por ejemplo, un bombardeo en julio de 2014 golpeó a una escuela de la ONU en el norte de Gaza y dejó al menos 15 muertos y más de 200 heridos, muchos de ellos niños. Un portavoz de la ONU aseguró que el Ejército israelí conocía el lugar exacto del edificio.
La decisión de Obama
A pesar de que Estados Unidos e Israel son aliados militares, el 2016 el presidente estadounidense, Barack Obama, tomó una decisión que despertó la ira de los israelíes, cuando estaba casi terminando su mandato.
Y lo había hecho antes también al firmar el Acuerdo de Irán, el cual Israel consideró un error histórico y una amenaza, pues Irán es uno de sus grandes enemigos.
Esta vez, la acción que despertó los resquemores israelíes, fue no vetar la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que condenaba la política de asentamientos de Israel, uno de los puntos de conflicto entre palestinos e israelíes. La decisión, según el ex diplomático estadounidense Elliott Abrams, “no logró nada más que dañar las relaciones bilaterales”, mientras que, según consigna la BBC, habría sido una cuestión de legado personal, por medio de la cual habría expresado su postura en el conflicto palestino- israelí.
La decisión de Trump
Pero con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, llegó también un apoyo muchísimo más sólido a Israel, una de las promesas de campaña de este nuevo presidente.
Esta se plasmó el 2017, con una decisión que ha provocado una de las mayores escaladas de tensión del conflicto desde 2014, reconociendo a Jerusalén oficialmente como capital de Israel. Es, según BBC, una decisión histórica con la que Trump “ha puesto fin a décadas de cautelosa diplomacia de Washington en Oriente Medio y ha convertido a EEUU en el único mediador en reconocer dicho status”.
Así, este país se convierte en el primero en reconocer la capital como israelita, desde la fundación del Estado de Israel en 1948, decisión que han querido seguir países como Guatemala, Honduras y Paraguay.
El “baño de sangre”: la embajada estadounidense en Jerusalén
El 14 de mayo de 2018, Estados Unidos trasladó su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, lo que provocó uno de los peores enfrentamientos entre israelíes y palestinos en los últimos cuatro años, que además coinciden con el aniversario número 70 de la fundación del Estado de Israel.
Las manifestaciones ya habían comenzado en la Franja de Gaza cada semana desde el 30 de marzo, día que se realizó la Gran Marcha del Retorno, la mayor protesta palestina contra Israel en cuatro años, que pide la devolución de lo que los palestinos consideran sus territorios ocupados. En un solo día, los soldados israelíes mataron a más de medio centenar de manifestantes palestinos, además de dejar más de 2.700 heridos, transformándose así en el día en el que más palestinos han muerto desde la Operación Margen Protector en 2014.
Las reacciones y acciones ese día fueron bastante contrastantes. Para Trump, el cambio “servirá para avanzar hacia la paz”, lo que fue apoyado por Benjamin Netanyahu, que tildó a ese día como uno “glorioso”. Para el presidente palestino, Mahmoud Abbas, por el otro lado, “fue una jornada en la que se cometió una “horrible masacre”.
Y no pareciera que la tensión vaya a disminuir, sino todo lo contrario.
Es difícil llegar a conclusiones en un tema tan complejo como este, pero de lo que se tiene certeza es que, si bien ambos pueblos han tenido responsabilidad en el asunto, también la ha tenido occidente. De modo que todos deberán también poner de su parte, si se quiere finalmente llegar a la tan buscada y esquiva paz.
El Definido
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