Por Mónica del Río
La Comisión de Salud de la Legislatura porteña que encabeza María Patricia Vischi (Evolución Radical) realizó hoy una reunión informativa para impulsar el proyecto de ley (expte. 3153/2019) por el cual la Ciudad adheriría al Protocolo de aborto implementado por la Resolución Nº 1/2019, del Ministerio de Salud de la Nación.
La iniciativa ingresó con las firmas de María Inés Gorbea (Evolución Radical), Sergio Abrevaya (GEN); la ex ministra de Salud de la Ciudad Ana María Bou Pérez (Vamos Juntos), Myriam Bregman (PTS-FIT), Roy Cortina (PS), Marta Martínez (AyL), Gabriel Solano (PO-FIT) y Laura Velasco (FdT). Tras su presentación, el expediente siguió cosechando adhesiones de todos los bloques, excepto de Consenso Federal que en la Legislatura porteña es un monobloque.
Durante la reunión de comisión expusieron dos funcionarios del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires: Fabián Portnoy y Viviana Manzur ambos de la Coordinación de Salud Sexual, Sida, ITS.
Fabián Portnoy: Explicó que en marzo del 2016 se formó la Coordinación de Salud Sexual, Sida, ITS que encabeza y que ese equipo se creó con la fusión del Programa Coordinación Sida y el Programa de Salud Sexual y Reproductiva.
Los ejes transversales de la nueva Coordinación son:
1) Acceso a los servicios,
2) Calidad de atención y
3) Desarrollo de la autonomía.
Las líneas prioritarias de acción han sido:
1) Facilitar el acceso a los anticonceptivos, especialmente a los de larga duración (DIUs e Implantes),
2) Mejorar la respuesta a los pedidos de aborto y
3) Fortalecer el trabajo de las Redes.
Mencionó que en el 2019 contaron con un método anticonceptivo entre 74.982 y 85.566 de las mujeres que sólo tienen acceso al sistema público de salud, lo que representa entre un 64% y un 73% de la población objetivo. En 2017 eran el 46% y en 2018 el 58%.
Viviana Manzur: La respuesta en materia de aborto en la Ciudad “se venía desarrollando de manera muy artesanal a través de los que se denomina reducción de riesgos y daños”, “es decir cuando una mujer se acercaba al sistema de salud y contaba que no iba a continuar con el embarazo y esas situaciones se encuadraban dentro de lo que plantea el Código Penal en su art. 86 como causales, no había una respuesta clara desde el sistema de salud y lo que se hacía era dar información, acompañar el proceso y muchas veces hacer una atención post-aborto”. “Pero en el año 2012 hubo un hito muy importante que fue el fallo FAL, que planteó un antes y un después, y que le explicó al sistema político y a los sistemas de salud que había obligaciones respecto a los reclamos de las mujeres y un marco normativo que respetar”. “Dentro de las cosas que FAL plantea está la necesidad de dictar protocolos”. Comentó que, en ese marco, en octubre del 2014 se realizó la primera compra de misoprostol para el primer nivel de atención, hasta entonces sólo lo compraban los hospitales. En ese momento también se empezaron a registrar los abortos y desde entonces esa información se sistematiza en forma semestral.
Viviana Manzur: La respuesta en materia de aborto en la Ciudad “se venía desarrollando de manera muy artesanal a través de los que se denomina reducción de riesgos y daños”, “es decir cuando una mujer se acercaba al sistema de salud y contaba que no iba a continuar con el embarazo y esas situaciones se encuadraban dentro de lo que plantea el Código Penal en su art. 86 como causales, no había una respuesta clara desde el sistema de salud y lo que se hacía era dar información, acompañar el proceso y muchas veces hacer una atención post-aborto”. “Pero en el año 2012 hubo un hito muy importante que fue el fallo FAL, que planteó un antes y un después, y que le explicó al sistema político y a los sistemas de salud que había obligaciones respecto a los reclamos de las mujeres y un marco normativo que respetar”. “Dentro de las cosas que FAL plantea está la necesidad de dictar protocolos”. Comentó que, en ese marco, en octubre del 2014 se realizó la primera compra de misoprostol para el primer nivel de atención, hasta entonces sólo lo compraban los hospitales. En ese momento también se empezaron a registrar los abortos y desde entonces esa información se sistematiza en forma semestral.
Describió las distintas formas en que llegan las mujeres al sistema de salud para pedir un aborto:
1) porque conocen el sistema de salud que utilizan por otros motivos,
2) por el consejo de una amiga,
3) por la recomendación de organizaciones sociales que trabajan la temática y
4) por el 0800 de la Línea de Salud Sexual del Ministerio de Salud de la Nación que toma la consulta y la deriva a los diferentes distritos.
Hasta las 12 semanas de gestación completa se las atiende en los CeSAC o se hace un aborto ambulatorio en el Hospital, se usa el misoprostol provisto de manera centralizada por el Ministerio de Salud de Nación. A partir de las 13 semanas se resuelve en el hospital y si no encuadra en las causales del Código Penal se le brinda información y atención post-aborto. En cualquier caso, se provee “anticoncepción post evento obstétrico”.
Al describir las “causales del Código Penal” por las que realizan los abortos mencionó que en los casos de violación no se exige denuncia, alcanza con la declaración jurada y enfatizó que esa causal no siempre es enunciada en la primera consulta porque “la violencia de género está naturalizada” y muchas veces surge en respuesta a las preguntas del equipo de salud. Con respecto al riesgo para la salud de la mujer aclaró que “el riesgo no es certeza, es una probabilidad de que el hecho ocurra” y que “no refiere sólo a la dimensión biológica sino también a la psicológica y social (salud integral)”. Destacó que el art. 20 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires habla de Salud Integral. “La práctica insegura es parte del riesgo que se corre cuando no se da acceso al aborto”. “El riesgo de morir en una práctica segura es de 0,2 a 2 por cada 100.000 procedimientos y el de una práctica insegura es de 100 a 1000 por cada 100.000”.
Hasta las 12 semanas de gestación completa se las atiende en los CeSAC o se hace un aborto ambulatorio en el Hospital, se usa el misoprostol provisto de manera centralizada por el Ministerio de Salud de Nación. A partir de las 13 semanas se resuelve en el hospital y si no encuadra en las causales del Código Penal se le brinda información y atención post-aborto. En cualquier caso, se provee “anticoncepción post evento obstétrico”.
Al describir las “causales del Código Penal” por las que realizan los abortos mencionó que en los casos de violación no se exige denuncia, alcanza con la declaración jurada y enfatizó que esa causal no siempre es enunciada en la primera consulta porque “la violencia de género está naturalizada” y muchas veces surge en respuesta a las preguntas del equipo de salud. Con respecto al riesgo para la salud de la mujer aclaró que “el riesgo no es certeza, es una probabilidad de que el hecho ocurra” y que “no refiere sólo a la dimensión biológica sino también a la psicológica y social (salud integral)”. Destacó que el art. 20 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires habla de Salud Integral. “La práctica insegura es parte del riesgo que se corre cuando no se da acceso al aborto”. “El riesgo de morir en una práctica segura es de 0,2 a 2 por cada 100.000 procedimientos y el de una práctica insegura es de 100 a 1000 por cada 100.000”.
Mostró cómo fueron creciendo los servicios de aborto en la Ciudad. En 2014 los abortos se practicaban en 8 hospitales y un solo CeSAC, en 2019 en 16 hospitales y 44 CeSACs. Aclaró que en realidad 43 son CeSACs y el otro es el Centro asistencial Cecilia Grierson de Villa Lugano. Los 16 hospitales mencionados son: los once hospitales generales de la Ciudad que tienen maternidad, la Maternidad Sardá, los dos hospitales pediátricos (Gutiérrez y Elizalde) y dos hospitales que no tienen maternidad, pero hacen abortos (Tornú y Zubizarreta). Resaltó que en 2014 el 11% de las intervenciones se hacían en el primer nivel y en 2019 el 84% y que esta accesibilidad permite practicar abortos más tempranos.
De los abortos que se practicaron en hospitales el 19% se realizaron en el Piñero. Penna (18%), Santojanni (17%), Argerich (9%), Pirovano (8%) y Álvarez (7%). Esto, según Manzur, refleja que se llega con más fuerza a áreas geográficas con necesidades básicas insatisfechas.
Del mismo modo creció la cantidad de abortos en los últimos años: en el 2014 -cuando se comenzó a proveer de misoprostol a los centros de salud- se practicaron 91 (81 en los hospitales y 10 en el CeSAC) y en el 2019 un total de 8.388 (1.136 en hospitales y 7.052 en los CeSACs).
En cuanto a las edades de las mujeres que abortaron precisó que, en 2019
58 abortos se practicaron en niñas menores de 14 años,
1.133 en adolescentes entre 15 y 19 años,
2.459 en jóvenes de 20 a 24 años,
2.133 en la franja etaria de 25 a 29 años;
1365 (30 a 34 años),
849 (35 a 39 años),
321 (40 a 44 años) y
18 en mayores de 45 años.
Según Manzur la distribución por edad es muy similar a la de las mujeres que dan a luz. Destacó que el 86% de las mujeres que abortaron son adultas (más de 20 años) y el 14 % adolecentes.
La edad gestacional en la primera consulta es de menos de 13 semanas en el 92% de los casos. Los restantes abortos (8%) se practicaron entre la semana 13 y 24 de gestación. Lo cual, según indicó, “es un indicador de un altísimo estándar a nivel internacional”.
NOTIVIDA
Editora: Lic. Mónica del Río
La edad gestacional en la primera consulta es de menos de 13 semanas en el 92% de los casos. Los restantes abortos (8%) se practicaron entre la semana 13 y 24 de gestación. Lo cual, según indicó, “es un indicador de un altísimo estándar a nivel internacional”.
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