"Por lo tanto, estamos en uno de esos momentos en que los cambios ya no son lineales, sino epocales; constituyen elecciones que transforman rápidamente la forma de vivir, de relacionar, de comunicar y elaborar el pensamiento, de relacionarse entre generaciones humanas y de comprender y vivir la fe y la ciencia".
Bergoglio citó a su compañero, el cardenal jesuita Carlo Maria Martini, ex arzobispo de Milán, al decir: “La Iglesia se ha quedado 200 años atrás. ¿Por qué no ha sido sacudida? ¿Estamos asustados? ¿Miedo en lugar de coraje? Estas son palabras, que deberían hacernos pensar”.
“Aquí debemos tener cuidado con la tentación de asumir una posición de rigidez. La rigidez que proviene del miedo al cambio, y termina diseminando limitaciones y obstáculos en el terreno del bien común, convirtiéndolo en un campo minado de incomprensión y odio. Recordemos siempre que detrás de toda rigidez hay un desequilibrio. La rigidez y el desequilibrio se alimentan mutuamente en un círculo vicioso”.
Recordemos que Martini fue uno de los cardenales instrumentales en el grupo de la mafia de Saint Gallen. Él fue quien bajó el martillo diciéndole a Benedicto XVI que renunciara.
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