mantén a tus sacerdotes al abrigo de Tu Sagrado Corazón,
donde nadie pueda tocarlos.
Mantén sin manchas sus manos ungidas,
Mantén sin manchas sus manos ungidas,
que diariamente tocan Tu Sagrado Cuerpo.
Mantén sus labios inmaculados,
Mantén sus labios inmaculados,
diariamente morados con Tu Preciosa Sangre.
Mantén puros y no mundanos sus corazones,
Mantén puros y no mundanos sus corazones,
sellados con la marca sublime del sacerdocio.
Deja que tu santo amor los proteja del contagio del mundo.
Bendice sus trabajos con abundante fruto,
Deja que tu santo amor los proteja del contagio del mundo.
Bendice sus trabajos con abundante fruto,
y que las almas a las que ministran sean su alegría y consuelo aquí
y su corona eterna en el más allá.
María, Reina del Clero,
ruega por nosotros,
obtén para nosotros numerosos y santos sacerdotes.
Amén.
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