Con esta nueva y terrible representación, se acaba de escribir una nueva página en el "Evangelio del migrante según Francisco".
Por Francesca de Villasmundo
Al papa Francisco le gusta sorprender y ofender con palabras y con hechos. Este exceso de excentricidades es una estrategia de comunicación provechosa que permite a los medios la visibilidad de su revolución doctrinal y social y sus posiciones políticas a favor de una sociedad abierta, inclusiva y multicultural.
El papa argentino es un aliado esencial de «la revolución del arco iris en movimiento».
Los inmigrantes están -y esto es muy sorprendente- en el centro de la última fantasía bergogliana:
«En el patio del Belvedere», informa la agencia de prensa del Vaticano Zenit, «el papa Francisco mostró un chaleco salvavidas «crucificado» en memoria de los migrantes y refugiados»
«En el patio del Belvedere», informa la agencia de prensa del Vaticano Zenit, «el papa Francisco mostró un chaleco salvavidas «crucificado» en memoria de los migrantes y refugiados»
«¡Nuestra pereza es un pecado!»- advirtió.
Durante una ceremonia en presencia de los 33 refugiados recién llegados de la isla de Lesbos por corredores humanitarios, gracias a la gestión del capellán pontificio, el cardenal Konrad Krajewskip, quien fue a Lesbos, y la Comunidad de San Egidio, el papa reiteró «el compromiso ineludible de la Iglesia para salvar las vidas de los inmigrantes».
«Este chaleco salvavidas «crucificado» en esta cruz -explicó Bergoglio- recuerda que debemos mantener nuestros ojos abiertos y nuestros corazones abiertos con el compromiso inevitable de salvar cada vida humana, un deber moral que une a creyentes y no creyentes». Ese chaleco, dijeron que perteneció a un extraño que desapareció en el Mediterráneo y fue entregado al papa por rescatistas.
«Este chaleco salvavidas «crucificado» en esta cruz -explicó Bergoglio- recuerda que debemos mantener nuestros ojos abiertos y nuestros corazones abiertos con el compromiso inevitable de salvar cada vida humana, un deber moral que une a creyentes y no creyentes». Ese chaleco, dijeron que perteneció a un extraño que desapareció en el Mediterráneo y fue entregado al papa por rescatistas.
Se acaba de escribir una nueva página en el "Evangelio del migrante según Francisco".
Y como una imagen es mejor que mil palabras, esta imagen impactante que representa un chaleco crucificado facilitará la idea, que el anfitrión actual de San Pedro sigue repitiendo hasta el hartazgo, que Cristo y los inmigrante son todos Uno”.
Médias Presse
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