También se tramitó otra iniciativa para eliminar de los documentos oficiales la categoría ‘sexo’ porque, ya saben, cada uno debe poder elegir el suyo, con independencia de su biología: ideología de género en vena.
Según informa Notivida, en Argentina, en la Cámara de Diputados de la Nación, se celebró la última reunión de la comisión de Legislación General presidida por Daniel Lipovetzky que deja la cámara de Diputados de la Nación para incorporarse al Senado de la provincia de Buenos Aires.
Durante la reunión obtuvo despacho un proyecto de ley sobre “protección” de embriones no implantados que para llegar al recinto de la cámara baja debería ser dictaminado también por las comisiones de Salud y Familia. A pesar de esto, el visto bueno de Legislación General es un precedente importante para el tema, amén de un indicador del Congreso que se avecina.
Es un proyecto de Daniel Filmus (FpV, Ciudad de BsAs) que prevé que los embriones no transferidos se criopreserven por un plazo máximo de 10 años, en el que los titulares de los embriones pueden elegir entre utilizarlos en tratamientos posteriores, donarlos -con fines reproductivos o de investigación- o eliminarlos.
También se pasaron para la firma dos iniciativas de Silvia Horne (Movimiento Evita, Río Negro) una para instituir al 7 de marzo de cada año como Día Nacional de la Visibilidad Lésbica y otra para eliminar la categoría ‘sexo’ de todos los documentos públicos o privados (DNI, Partida de nacimiento, Partida de defunción, Certificado médico de nacimiento, Certificado médico de defunción). El expediente de Horne intenta acabar con la asignación sexual “binaria” y “compulsiva” porque “a la sexualidad auto-percibida le corresponde una auto-designación” que se instrumentaría por declaración jurada. Durante la reunión de comisión la tucumana Beatriz Ávila anticipó que no iba a firmar el dictamen y le señaló a la autora del proyecto que también es “compulsivo” negarle a una mamá la facultad de ponerle el sexo al hijo en su documento. Afirmó que no es justo ni razonable criticar las “imposiciones” y simultáneamente tratar de imponerle a los demás los propios criterios.
Y tiene mucha razón la tucumana Beatriz Ávila. Porque lo que intenta Silvia Horne es imponer los postulados de la ideología de género hasta en los documentos oficiales: ya saben, cada uno debe poder elegir su sexo, con independencia de su biología… cosa que atenta contra la ley natural, pues todo el mundo sabe con la sola razón que se nace hombre o mujer y nadie nos pidió permiso para ello, como tampoco para nacer.
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