Desde hace unos días circula en la red un vídeo en el que un sacerdote italiano muy conocido, de los más cercanos a Jorge Mario Bergoglio, dice que en Amazonia ya es una realidad la celebración de la misa por parte de diáconos casados, autorizada por los obispos del lugar. Y que el papa Francisco, informado de esto, habría dicho: “¡Seguid adelante!”.
Por Sandro Magister
El autor de esta explosiva revelación no es una persona cualquiera. Es Giovanni Nicolini, 79 años, apreciado sacerdote de la archidiócesis de Bolonia, cuyo arzobispo es ese Matteo Zuppi al que hace pocos días Francisco ha hecho cardenal.
Don Nicolini es actualmente asistente eclesial nacional de las Asociaciones Católicas de los Trabajadores Italianos (Associazioni Cattoliche dei Lavoratori Italiani-ACLI); antes había sido director de Caritas de Bolonia, además de párroco en el barrio donde está la cárcel. Sacerdote de los pobres, de los prisioneros, de los inmigrantes: este es su perfil más conocido.
Pero antes de todo esto fue hijo espiritual de Giuseppe Dossetti (1913-1996), político de enorme relevancia en la Italia de la posguerra y después, como monje y sacerdote, protagonista del Concilio Vaticano II junto al cardenal Giacomo Lercaro.
Siguiendo las huellas de Dossetti, don Nicolini fundó en los años 70 la Familia de la Visitación, una comunidad que hoy en día está formada por una treintena de monjes y monjas y otros tantos matrimonios, divididos entre las zonas rurales de Bolonia y las misiones que la arquidiócesis tiene en Tanzania y Jerusalén.
Además, don Nicolini está vinculado a ese influyente think tank católico progresista conocido como "escuela de Bolonia", que tuvo en el propio Dossetti su fundador, y en el historiador de la Iglesia Alberto Melloni y en el fundador del monasterio de Bose Enzo Bianchi sus actuales directores y gurús, ambos ultradefensores de Bergoglio.
He aquí el enlace al vídeo en italiano de don Nicolini: la chiesa dei preti stà finendo? (En español “¿Está terminando la iglesia de los sacerdotes?”)
El vídeo es parte de una "lección" más amplia de don Nicolini, que también fue grabada, en la escuela de verano de la asociación político-cultural La Rosa Bianca, que tuvo lugar en Terzolas, en el Trentino, del 21 al 25 de agosto.
Y a continuación la transcripción textual de sus palabras sobre el celibato del clero y las "misas" que ya se estarían celebrando en Amazonia por diáconos casados, con la autorización de los obispos del lugar y con el aval del papa Francisco.
Y EL PAPA HA DICHO: "¡SEGUID ADELANTE!"
Creo que es el momento de recordar, junto a vosotros, que la Iglesia de los sacerdotes está llegando a su fin. ¿Es una profecía? No, es la realidad. Hay que tenerlo en cuenta, porque lo cambia todo completamente. Ahora estamos llegando al ápice de la locura, cada sacerdote tiene seis parroquias, pero esto se acaba. Esta crisis del sacerdocio crecerá implacablemente hasta que no se tome muy en serio la idea de abolir el celibato sacerdotal.
Mientras dure este celibato de los sacerdotes, la bajada es imparable, también porque muchas veces no se reflexiona sobre el hecho de que yo, por ejemplo, soy un sacerdote, pero antes de ser un sacerdote soy un monje. Francesco, que está aquí, es un monje y siendo nosotros una pequeñísima comunidad monástica de oración hemos regalado a la Iglesia de Bolonia cinco sacerdotes, pero lo hemos podido hacer porque pertenecemos a otra raza. Pero mientras dure esta situación según la cual -lo sabéis, ¿verdad?- el hecho de ser célibe es una pura disposición de orden disciplinario, jurídica, no es un voto, no es un don de Dios, no está sostenida por la vida de la comunidad… Nada, él no se casa, por regla no puede casarse. Pero está claro que cuando sé que a un sacerdote de treinta años, que viene a confesarse conmigo, lo trasladan a una zona rural solo, está claro que en seis meses ya tiene una amante. Por lo que esta bajada ahora será rapidísima. Anteayer me decían que se calcula que en Bolonia, en el 2030, habrá 30 sacerdotes; ahora hay 450, y la cifra ha bajado mucho. Por lo que esta estructura de la Iglesia ya no existirá.
En breve tendremos el sínodo de los obispos para la Amazonia. Hemos sabido que una noche llegó una llamada telefónica desde una perdida misión parroquial de la Amazonia. Era un diácono anciano, de unos sesenta años, casado, que le decía a su obispo: “Tengo que decirte que mañana no hay misa, porque tampoco hay sacerdote”. Y el obispo le respondió: “Ve tú y celebra la misa”. A los diáconos casados, con los hijos ya independientes, se les llama los "ancianos", y los obispos del lugar les autorizan a presidir la liturgia. Se lo han dicho al papa y este ha dicho: “Por ahora no podemos escribir nada, pero vosotros ¡seguid adelante!”. Yo me he preguntado, cuando he sabido que él convocaba la asamblea mundial de los obispos para la Amazonia, que tal vez pueda o quiera decir algo. Sin embargo la Iglesia, en su estructura concreta y jurídica actual, está llegando a su fin.
*
Hasta aquí las palabras de don Giovanni Nicolini, de las que surgen preguntas que exigirían una respuesta, antes incluso de que empiece el sínodo para la Amazonia.
¿Es verdad o falso lo que dice sobre las "misas" que ya se están celebrando en la Amazonia por diáconos casados?
¿Es verdad o falso que el papa Francisco ha dado la vía libre?
Settimo Cielo
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