Como una tentativa de frenar el activismo del poder judicial, el presidente de Brasil mete al juego al Legislativo para impedir la adoctrinación de género en las escuelas primarias.
Por Diego Hernández
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció que enviaría un proyecto de ley al Congreso Nacional para prohibir la ideología de ‘género’ en la escuela primaria.
El responsable de la elaboración del texto será el Ministerio de Educación (MEC), a cargo de Abraham Weintraub.
«He ordenado al MEC, teniendo en cuenta el principio de protección integral del niño, previsto en la Constitución, que prepare un PL que prohíba la ideología de género en la escuela primaria», dijo el mandatario a través de su cuenta de Twitter este martes 3 de septiembre.
La orden del presidente es consecuencia de una posición solicitada por el Supremo Tribunal Federal (STF) a la Fiscalía General de la Unión (AGU, por sus siglas en portugués) ante una acción contra una ley del municipio de Londrina, en el sudeste del país, que prohíbe la diseminación de la ideología de ‘género’ en las escuelas de la ciudad.
Para la AGU, la competencia en la materia es de la Unión, específicamente del Poder Legislativo: «La AGU no defiende la ideología o el concepto de género en las escuelas. Lo que defiende, es la competencia legislativa de la Unión para ocuparse de la educación, según lo determinado por los artículos 22, punto XXIV, y 24, punto IX, de la Constitución Federal».
Activismo judicial
El dispositivo cuestionado en el STF es el Artículo 165-A de la Ley Orgánica del Municipio de Londrina, que prohíbe «la adopción, difusión, implementación u organización de políticas de enseñanza, currículum escolar, disciplina obligatoria, complementaria o actividades opcionales o culturales que tiendan a aplicar la ideología de género y / o el concepto de género estipulado por los Principios de Yogyakarta».
Para anular el artículo, la Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y la Asociación Nacional de Derechos Humanos de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Travestis, Transgénero, Transgénero e Intersex (Anajudh LGBTI) presentaron un recurso de infracción de Precepto Fundamental.
El relator es el ministro Roberto Barroso, uno de los promotores más activos de las agendas lgbt y de ‘género’, y un defensor acérrimo del activismo ideológico del poder judicial.
Bolsonaro parece querer poner al Congreso de la Nación en el centro de la cuestión para contrarrestar otro intento del STF de «legislar» sobre cuestiones relacionadas a valores fundamentales, pasando por encima del Poder Legislativo, como ya lo ha hecho con las uniones homosexuales equiparándolas al matrimonio y lo está tratando de hacer con el aborto para liberarlo.
La molestia con la Corte crece. Más de 321 mil brasileños han pedido que se detenga el activismo del colegiado y se están presentando iniciativas en la Cámara de Diputados y el Senado para procesar a los ministros que extrapolan sus funciones.
Rechazo popular
En todo el país existe un fuerte rechazo popular de la ideología de ‘género’. Este repudio se desarrolló, inicialmente, a raíz del intento del gobierno de Dilma Rousseff de imponer esta «perspectiva» de arriba hacia abajo en el Plan Nacional de Educación (PNE) y sus correspondientes estatales y municipales.
Intentaron insertarla en el PNE entre 2013 y 2014 y la mayoría del Congreso rechazó cualquier referencia a «género» o «diversidad sexual». Irritado, el gobierno federal duplicó la apuesta e intentó, entre 2014 y 2016, estandarizar los 27 planes estatales de educación (PEE) y los 5,000 570 planes municipales (PME).
Los petistas insertados en el MEC intentaron impulsar esa agenda incluso en 2017 y 2018, después de la caída de Rousseff.
El resultado fue una batalla intensa y una movilización masiva sin precedentes que logró convencer o generar tal presión sobre los diputados estatales y concejales que la mitad de los PEE quedaron «limpios» de «género», así como los PME de más del 60% de los municipios del país.
Una encuesta realizada hacia el final de esa lucha, en octubre de 2017, reveló que nueve de cada diez brasileños rechazan la ideología de ‘género’ en las escuelas. Combatir la ideología de ‘género’ y el adoctrinamiento en las escuelas fue uno de los compromisos de campaña de Bolsonaro.
Muchos, quizás la mayoría, de los padres de familia que lucharon contra la inserción de esta ideología en los planes educativos de sus ciudades y estados lo apoyaron con su voto en octubre de 2018.
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