El glaciar, conocido como Okjökull o "Ok", cubrió 6.2 millas cuadradas en 1890. Sin embargo, en 2012, se había reducido a menos de 0.3 millas, y en 2014 los científicos islandeses decidieron que ya no se movía.
Un geólogo islandés, Oddur Sigurðsson, le dijo a la Agencia France-Presse que “... Tomamos la decisión de que esto ya no era un glaciar vivo, solo era hielo muerto, no se movía”.
Por lo tanto, unas 100 personas, incluido el primer ministro de Islandia, Katrín Jakobsdóttir, y la ex presidenta de Irlanda Mary Robinson, celebraron una ceremonia para conmemorar su fallecimiento. Se colocó una placa bilingüe islandés-inglés titulada “Una carta para el futuro” en un afloramiento rocoso.
“Ok es el primer glaciar islandés que pierde su condición de glaciar”, se lee en la placa.
“En los próximos 200 años, se espera que todos nuestros glaciares sigan el mismo camino. Este monumento es para reconocer que sabemos lo que está sucediendo y lo que hay que hacer. Solo tú sabes si lo hicimos”.
Según Breitbart, Sigurðsson “trajo un ‘certificado de defunción’ al servicio conmemorativo para llamar la atención sobre la crisis climática”.
Bergoglio aludió al extinto glaciar a principios de este mes cuando fue entrevistado por el periódico italiano La Stampa. Mientras explicaba la relación entre su encíclica Laudato Si' y el próximo Sínodo en el Amazonas, Francisco dijo: “El otro día, leí sobre un enorme glaciar en Islandia que se derritió casi por completo: construyeron un monumento funerario”.
Pero una triste ironía sobre la desaparición de los glaciares islandeses es que todos los bebés con síndrome de Down regularmente desaparecen de Islandia. De hecho, casi todas las personas con síndrome de Down son abortadas antes de que él o ella nazca. En 2009, solo tres bebés en Islandia nacieron con la condición genética. Para 2017, ningún bebé con síndrome de Down había nacido allí en cinco años.
En 2017, Breitbart informó que un genetista islandés se había jactado de la erradicación del síndrome de Down de su país.
“Tengo entendido que básicamente hemos erradicado, casi, el síndrome de Down de nuestra sociedad, que casi nunca hay un niño con síndrome de Down en Islandia”, dijo Kari Stefansson.
Helga Sol Olafsdottir, consejera del Hospital Universitario Landspitali, indicó que no creía que el aborto de bebés con síndrome de Down fuera incorrecto.
“No consideramos el aborto como un asesinato”, dijo. “Lo vemos como algo que hemos terminado”.
Life Site News
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