La Base Belgrano II, en el sector argentino del Antártico, es el hogar de la iglesia en el extremo más al sur del mundo.
Por Daniel R. Esparza (Aleteia)
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El lugar de culto más al sur de todo el mundo es, de entre todas las religiones, una iglesia católica.
Aleteia
A unos 1300 kilómetros del Polo Sur, en el Antártico argentino, soportando inviernos con temperaturas inferiores a los -50º C, la Base Belgrano II da cobijo a unas mil personas.
Ese casi millar de personas que viven allí a lo largo de todo el año, también tienen necesidades espirituales que cubrir.
Encontrar lugares aptos para la construcción en el Antártico es algo extremadamente difícil, sobre todo teniendo en cuenta que el 98% de su superficie se compone básicamente de hielo. Tanto es así que la primera Base Belgrano (es decir, Belgrano I), construida en la década de 1950, fue abandonada debido a inestabilidades en el terreno que comprometían las seguridad de los residentes.
Años más tarde, en 1979, el Gobierno argentino descubrió casi una hectárea de tierra sin hielo, sobre la que construyeron la Base Belgrano II. Además, en los alrededores, bajo el hielo, construyeron un sistema de túneles y pasillos. Este sistema sirve principalmente a los científicos estacionados en la base, pero también es el lugar que alberga el lugar de culto más meridional del mundo entero.
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