sábado, 11 de mayo de 2019

LO QUE DEBEMOS SABER SOBRE TRANSFUSIONES EN MASCOTAS


Sepa cómo donar y cuándo se debe recibir, pues es una oportunidad de vida para nuestros peludos.

Por Cecilia Montoya U.

Lupita es una perrita callejera que llegó al servicio de urgencias de la Clínica Veterinaria de la Universidad de Antioquia por un shock por pérdida de sangre. “No olvido su mirada fija y noble cuando la recibí en el servicio de urgencias”, cuenta Jorge Gallego, médico veterinario y profesor de la facultad de Medicina Veterinaria de esa universidad.

Gallego vio inmediatamente la palidez de sus mucosas y reconoció el brillo de su mirada invocando una oportunidad de vida.

Luego de tomar unos exámenes de sangre, por los hallazgos clínicos, Gallego decidió inmediatamente realizar una transfusión sanguínea. O se hacía o se hacía, no había más opciones. Preparó a Lupita y encontró un donante de un hombre que tenía varios labradores.

“Procedimos a realizar la transfusión, y, con ella, las características fisiológicas de Lupita fueron mejorando. La dejé en hospitalización con oxigenoterapia”, explica el veterinario.

Los resultados de los exámenes confirmaron las sospechas de parásitos en la sangre, por lo que el veterinario inició un tratamiento profiláctico “guiado por la gran infestación de garrapatas que tenía”, dice.

Lupita se salvó.

“Sentí la felicidad que siento cada vez que logro salvar una vida. El día que di de alta a Lupita vi cómo se movía su cola de felicidad; tal vez era un adiós con agradecimiento o, tal vez, una señal de un ángel más que había ganado en mi vida”, asegura Gallego.


Un recurso vital

Aunque no es frecuente oír sobre donaciones de sangre en perros o en gatos, es más común de lo que se cree, y como en el caso de los humanos, también salva vidas.


Hemorragias, anemias, coagulopatías, intoxicaciones, hepatopatías, quemaduras o hemofilias, entre otras, son las afecciones más comunes que hacen que un animal de compañía necesite recibir sangre. En ocasiones, la sangre escasea y se necesitan donantes; pero la falta de información y las pocas campañas hacen que los voluntarios sean poco frecuentes.

Los pacientes que requieren una transfusión sanguínea son aquellos que padecen una disminución significativa de glóbulos rojos, plaquetas o volumen sanguíneo. Y las transfusiones pueden ser de sangre entera, de glóbulos rojos, de plaquetas o de plasma”, dice Gallego.

Por cada unidad de sangre donada (320 ml en caso de los perros) se obtienen hasta cuatro unidades de hemoderivados: eritrocitos, plaquetas, plasma y concentrados de factores de coagulación.


Sangre de su especie

Lo primero que hay que tener claro es que la sangre humana no es apta para los animales. Los perros y gatos deben recibir sangre de su misma especie.


“En los perros, los grupos sanguíneos, a diferencia de los humanos, no se clasifican por el RH sino por el DEA (sigla en inglés de Dog Erythrocyte Antigen). Su clasificación se hace a través de números; por ejemplo, DEA1, DEA2. Los perros no reaccionan ante un grupo sanguíneo distinto en su primera transfusión, aunque hay excepciones; pero si se reciben futuras donaciones, se hace necesario inyectar el grupo sanguíneo que sea compatible”, explica Felipe Pérez Benavídez, coordinador del área de laboratorio de imagen de la Clínica Veterinaria Dover.

Los gatos sí reaccionan ante un grupo diferente: “Tienen antígenos que actúan rápidamente ante un tipo de sangre distinto, por lo que es necesario que la transfusión sea totalmente compatible”, explica Pérez.


A la hora de donar

El proceso de sacar sangre para una transfusión dura de 10 a 15 minutos; a los perros les sacan 450 mililitros de sangre y a los gatos, 50.

Para ser donante, la mascota debe tener todas las vacunas, estar sana, desparasitada, no tener sobrepeso. Debe tener más de un año y un peso de más de 25 kilos en los perros; además, es preferible que esté castrado.

Los gatos deben pesar más de 4 kilos. Cualquier raza puede donar siempre que tenga un tamaño adecuado. Gallego aclara que “es importante que no hayan presentado nunca en su vida infecciones de origen viral o por hemoparásitos”.

“En el caso de los gatos
–dice García–, solo pueden donar los que habiten estrictamente dentro de la casa y no tengan ninguna exposición con los gatos del exterior; las hembras donantes felinas no deben haber tenido partos”.

“A los animales, al ser tan inquietos, algunas veces es necesario aplicarles un sedante leve para poder extraer la sangre sin lastimarlos”, aconseja Pérez.


Así debe prepararse

El receptor se debe someter a un tamizaje para evaluar función renal, hepática y realizar pruebas cruzadas tomando una muestra del donante y otra del receptor.

Se debe medicar antes de la transfusión con antihistamínicos y corticoides para prevenir en algún porcentaje una reacción anafiláctica que pueda propiciar un shock.

Una transfusión con malos protocolos puede ocasionar la muerte del paciente.


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