1) El 18 de abril, en una entrevista concedida al programa de la cadena americana CNBC ‘Today Show’, el “cardenal” Joseph Tobin, “arzobispo” de Newark, calificó de “muy desafortunado” el hecho de que la Iglesia considere la homosexualidad “intrínsecamente desordenada” en su Catecismo.
Anne Thompson, conductora del programa Today Show, de la cadena CNBC, en entrevista con el “cardenal” Joseph Tobin, preguntó al “arzobispo” de Newark, en el Estado de Nueva York, cómo podía la Iglesia acoger a los homosexuales cuando, en el punto 2.357 califica los actos homosexuales de “intrínsecamente desordenados” y, en el punto siguiente, a la propia inclinación homosexual como “objetivamente desordenada”. Y Tobin, que encabeza una de las diócesis más ‘lgbt friendly’ de Estados Unidos y, por lo tanto, del mundo, lamentó la redacción de dicho punto.
“Es un lenguaje muy desafortunado”, dijo el hereje en relación con la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad. “Esperemos que con el tiempo la redacción sea un poco menos hiriente”.
Elevado al “cardenalato” por el actual “pontífice”, Tobin es uno de los “obispos” norteamericanos que debe su diócesis a los ‘buenos oficios’ del depredador sexual ex “cardenal” Theodore McCarrick, retirado del “ministerio sacerdotal” por un caso de pedofilia y decenas de casos de abusos homosexuales sobre seminaristas y jóvenes sacerdotes.
2) El 19 de abril el Secretario de Estado Parolín recibió “por primera vez a una delegación de organizaciones de personas lgbt, que le reclamaron , “un claro pronunciamiento de la Iglesia católica contra la criminalización de homosexuales, lesbianas y transexuales”… sobre todo después de los pasos dados por el 'papa' Francisco en cuanto a la 'misericordia' y 'comprensión' con personas lgbt, con las que se ha reunido varias veces”, explicó a la prensa la Baronesa Helene Kennedy, directora del Instituto de Derechos Humanos de la International Bar Association (IBA).
Abogada británica y “católica”, la baronesa Kennedy, una de las oradoras ante Parolin, destacó que el grupo fue muy bien recibido por el “cardenal”, brazo derecho de Francisco, con quien coincidió que, “más allá de temas doctrinales, compartimos las enseñanzas de la Iglesia sobre el respeto a la dignidad humana”.
“Necesitamos una declaración clara de la Santa Sede que diga que esa criminalización es injusta y que las Iglesias católicas del Caribe y el resto del mundo sigan la misma línea”, dijo Leonardo Raznovich, abogado argentino que ante Parolin hizo la presentación de la investigación del IIDH, que coordinó. Esta fue encabezada por Eugenio Zaffaroni, también miembro del IIDH, juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y ex miembro de la Corte Suprema argentina, que no estuvo en la audiencia.
La audiencia con Parolin, que tuvo lugar en el Palacio Apostólico del Vaticano y duró una hora, dejó más que satisfecha a la delegación, formada por 50 personas de diversos países del mundo, entre los cuales había activistas, políticos, jueces y abogados de Canadá, el Reino Unido, Australia, la Unión Europea y la Argentina.
“Aunque en la Argentina no pasa lo que denunciamos en el informe y estamos a años luz porque tenemos la ley de matrimonio igualitario y de identidad de género, es una barbaridad que todavía existan en el mundo leyes que criminalizan al colectivo lgbt. La idea es liberar el continente, y a Zaffaroni se le ocurrió que el Vaticano podía ayudar en luchar contra este 'espanto'”, agregó.
El abogado argentino Roberto Carlés, miembro de la Asociación Internacional de Derecho Penal, muy cercano a Bergoglio y coordinador del encuentro, subrayó que Parolin agradeció la presentación del informe, aseguró que será estudiado detenidamente y que la Santa Sede actuará en consecuencia.
“El habernos recibido es un acto importante, que valoramos y agradecimos públicamente y es un primer diálogo, es una apertura importante, para seguir trabajando en este sentido. Es urgente que los líderes repudien la violencia, la criminalización y la discriminación, porque lo que están haciendo es salvando vidas”, subrayó Pedro Paradiso, secretario de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), también presente en la audiencia, al igual que los abogados argentinos Omar Beretta y Federico Godoy, del Comité lgbt de la IBA.
También participó en la audiencia Belén Carlocchia, la primera transexual argentina que recibió asilo en Estados Unidos hace muchos años, después de haber sufrido varios arrestos y maltratos en el país, durante la democracia, según contó. “Nosotras en América latina tenemos un promedio de vida de 35 años, yo tengo 45 años y soy una sobreviviente”, afirmó Carlocchia, que elogió a Bergoglio por su apertura al “colectivo lgbt”.
3) 19 de abril: “El papa Francisco ha afirmado que quien rechaza a los homosexuales “no tiene corazón humano”, durante una conversación que ha mantenido con el comediante británico Stephen K. Amos y que será emitida hoy por la cadena de televisión BBC de Londres.
La BBC publicó en las redes sociales un adelanto de esta conversación en la que se puede ver a Amos explicando al falso papa que no es creyente y que viajó a Roma “buscando respuestas y fe”. “Pero, como hombre gay, no me siento aceptado”, dijo, según se escucha en las imágenes del programa Pilgrimage: The Road To Rome.
El jesuita apóstata respondió de inmediato que dar “más importancia al adjetivo (gay) que al sustantivo (‘hombre’) no es bueno”. “Todos somos seres humanos, tenemos dignidad. Si una persona tiene una tendencia u otra, esto no le quita la dignidad como persona”, argumentó Bergoglio. “La gente que decide rechazar a las personas por el adjetivo es gente que no tiene corazón humano”, añadió, palabras que emocionaron a Amos.
Bergoglio ha defendido en numerosas ocasiones la necesidad de respetar a las personas homosexuales y en el viaje de regreso de Brasil en 2013 se preguntó que quién era él para juzgar a los homosexuales. Por otra parte, el sínodo de obispos sobre la familia de octubre de 2014 aprobó un extenso documento en el que lanzaba una reflexión sobre problemas de la familia actual, como los divorciados vueltos a casar, y respaldaba una Iglesia católica que acogiera a todos, “incluidos los homosexuales”.
Pero los fautores de este contubernio tienen nombre y apellido: uno de ellos es Jorge Mario Bergoglio, un sujeto capaz de hacer cualquier locura con tal de mantenerse en el poder.
Como siempre, Bergoglio vuelve a pervertir el uso del lenguaje debido a su palmaria ignorancia de la sana filosofía, asunto que, por otra parte, lo tiene absolutamente sin ningún cuidado.
Para mejor esclarecer al lector, reproduzco un texto del buen amigo chileno y auténtico filósofo Juan Carlos Ossandón Valdés:
“La dignidad moral consiste, en definitiva, en hacer buen uso de la naturaleza humana. Por ello es la dignidad humana por antonomasia y es la que, en un sujeto determinado, lleva su naturaleza a su perfección. La dignidad óntica, por lo tanto, no está desarrollada sino que aspira a ese desarrollo; es decir, aspira a convertirse en dignidad moral.
Por lo aclarado aquí, hemos de sostener que la libertad, es decir, el derecho de realizar una actividad al interior de la sociedad, no se funda, próximamente, en la dignidad óntica, sino en la moral. En otras palabras, nadie tiene derecho a delinquir”. (La dignidad de la persona y la justicia social, INIE Editores, Chile, 2014, pág. 39)
El jesuita apóstata respondió de inmediato que dar “más importancia al adjetivo (gay) que al sustantivo (‘hombre’) no es bueno”. “Todos somos seres humanos, tenemos dignidad. Si una persona tiene una tendencia u otra, esto no le quita la dignidad como persona”, argumentó Bergoglio. “La gente que decide rechazar a las personas por el adjetivo es gente que no tiene corazón humano”, añadió, palabras que emocionaron a Amos.
Bergoglio ha defendido en numerosas ocasiones la necesidad de respetar a las personas homosexuales y en el viaje de regreso de Brasil en 2013 se preguntó que quién era él para juzgar a los homosexuales. Por otra parte, el sínodo de obispos sobre la familia de octubre de 2014 aprobó un extenso documento en el que lanzaba una reflexión sobre problemas de la familia actual, como los divorciados vueltos a casar, y respaldaba una Iglesia católica que acogiera a todos, “incluidos los homosexuales”.
Pero los fautores de este contubernio tienen nombre y apellido: uno de ellos es Jorge Mario Bergoglio, un sujeto capaz de hacer cualquier locura con tal de mantenerse en el poder.
Como siempre, Bergoglio vuelve a pervertir el uso del lenguaje debido a su palmaria ignorancia de la sana filosofía, asunto que, por otra parte, lo tiene absolutamente sin ningún cuidado.
Para mejor esclarecer al lector, reproduzco un texto del buen amigo chileno y auténtico filósofo Juan Carlos Ossandón Valdés:
“La dignidad moral consiste, en definitiva, en hacer buen uso de la naturaleza humana. Por ello es la dignidad humana por antonomasia y es la que, en un sujeto determinado, lleva su naturaleza a su perfección. La dignidad óntica, por lo tanto, no está desarrollada sino que aspira a ese desarrollo; es decir, aspira a convertirse en dignidad moral.
Por lo aclarado aquí, hemos de sostener que la libertad, es decir, el derecho de realizar una actividad al interior de la sociedad, no se funda, próximamente, en la dignidad óntica, sino en la moral. En otras palabras, nadie tiene derecho a delinquir”. (La dignidad de la persona y la justicia social, INIE Editores, Chile, 2014, pág. 39)
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