martes, 26 de febrero de 2019

LA IGLESIA DE JUDAS

Una Iglesia ciega, sorda y muda ante los delitos de índole sexual, no nos sirve. Delinque por omisión.

Por el Dr. Jorge Enrique Alfredo Yunes (*)

Más allá del tibio reconocimiento de la Iglesia Católica, ante los numerosos casos de pedofilia y abuso sexual dentro de su seno, se advierte la enorme incomodidad y fastidio que ésta experimenta al tener que dar una respuesta valedera al escándalo que significan estos crímenes perpetrados por religiosos.-

Creo que estos delitos agudizan aún más la crisis fenomenal que está experimentando hoy la Iglesia Católica.-

Se advierte un descreimiento pronunciado por parte de la feligresía que lamentablemente se traduce en la merma de su asistencia a la Santa Misa y en las escasas vocaciones sacerdotales.-

Particularmente, no creo que esté en juego aquí la Fe Cristiana en sí misma, pero sí creo que ha nacido un categórico espíritu crítico contra la Institución de la Iglesia Católica a nivel mundial a causa de estos deleznables crímenes.-

Es que con el mea culpa y el consuelo cristiano no alcanza para abordar esta grave situación. Para eso están los profesionales de la Psicología.-

Es preciso que la Iglesia Católica, se ponga del lado de la Justicia Ordinaria, le retire su paraguas institucional al religioso delincuente y lo expulse sin más de sus filas, sin consideración alguna hacia su jerarquía eclesiástica.-

Finalmente, la Iglesia Católica debe experimentar un cambio radical en su actitud frente a estos hechos. Debe comprender que los damnificados en este escándalo son dos, y no sólo uno. La víctima del delito sexual por un lado, y la Iglesia Católica en sí misma, en cuanto al impacto institucional que tales crímenes provocan dentro de su seno y a las nefastas consecuencias que se traducen a posteriori en las relaciones con sus feligreses.-

Una Iglesia ciega, sorda y muda ante estos hechos, no nos sirve. Delinque por omisión.-

Sólo de este modo la Iglesia Católica enterrará definitivamente a la Iglesia de Judas, para ir reconstruyendo poco a poco la genuina Iglesia de Jesús, a quien solo le bastaba una túnica ceñida a la cintura y un par de sandalias para predicar la Palabra de Dios y dar testimonio de Vida Cristiana.-

(*) Abogado; Dr. en Ciencias Jurídicas y Sociales; Analista Político; e-mail: estudiojuridicoyunes@gmail.com; Rosario, Provincia de Santa Fe, República Argentina.-



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