Por Julio Tudela (*)
Metodología: 68 estudios científicos sobre el tema
Una revisión sistemática muy sólida desde el punto de vista estadístico ha intentado reunir estos estudios para extraer conclusiones representativas sobre el impacto de los abortos, tanto espontáneos como inducidos ("interrupciones del embarazo"), sobre la frecuencia posterior de inicio de problemas de salud particulares y las tasas de mortalidad en mujeres que han tenido un embarazo, así como la posible relación entre la cantidad de embarazos fallidos y el aumento de estos riesgos en esa misma mujer. [1]
El estudio identificó un total de 68 artículos que relacionaron el número de embarazos que terminaron en nacimientos y los que terminaron en aborto con la prevalencia de trastornos y mortalidad en las mujeres afectadas.
La pérdida de un hijo después de un aborto provocado tiene el doble de riesgo de muerte en el año posterior al aborto en comparación con un aborto espontáneo
El estudio identificó un total de 68 artículos que relacionaron el número de embarazos que terminaron en nacimientos y los que terminaron en aborto con la prevalencia de trastornos y mortalidad en las mujeres afectadas.
La pérdida de un hijo después de un aborto provocado tiene el doble de riesgo de muerte en el año posterior al aborto en comparación con un aborto espontáneo
Después de analizar los datos en los diferentes artículos seleccionados, los autores concluyeron que se podría establecer una correlación entre los abortos (involuntarios y provocados) y un mayor riesgo de muerte o aparición de ciertos trastornos en las mujeres analizadas. Además, este riesgo era significativamente mayor en aquellas mujeres que habían tenido dos o más pérdidas en embarazos anteriores.
El riesgo de muerte durante el embarazo y en el año posterior al aborto se comparó con el de las mujeres que habían tenido hijos nacidos vivos. En las mujeres que se habían sometido a un aborto inducido, este riesgo era un 170% más alto con respecto a las que habían tenido un parto con el nacimiento de un hijo vivo, y un 84% más alto con respecto a los casos de abortos espontáneos. Es decir, la pérdida de un hijo por un aborto provocado tiene el doble de riesgo de muerte en el año posterior al aborto en comparación con el de un aborto espontáneo.
La comparación de grupos de mujeres que tuvieron abortos espontáneos o abortos inducidos con los grupos de mujeres que tuvieron hijos nacidos vivos también fue reveladora. Este metanálisis mostró que la mortalidad en mujeres que habían tenido un aborto espontáneo o un aborto inducido era más del doble que la de aquellas que habían tenido un parto con un hijo nacido vivo. Una vez más, el riesgo presentado por las mujeres que se sometieron a un aborto inducido fue notablemente más alto que el de las mujeres que habían tenido abortos involuntarios.
Entre las causas de muerte en estas mujeres se encuentran el suicidio, los accidentes y los homicidios. Hubo una correlación entre el aborto y un aumento en la aparición de conductas autodestructivas, que pueden estar detrás de las causas de muerte mencionadas. Un estudio realizado en el Reino Unido encontró que un alto porcentaje de muertes accidentales relacionadas se debió a sobredosis de drogas.
Un hallazgo significativo de este metanálisis es el efecto "protector" de los embarazos a término con respecto al riesgo de muerte, ya que la mortalidad fue menor en las mujeres que habían sido madres en comparación con las que no lo habían sido.
Con respecto a una posible relación entre el número de abortos por mujer y su posterior tasa de mortalidad, este estudio encontró lo siguiente: la tasa de mortalidad en mujeres que habían tenido tres o más abortos inducidos fue de 2.92 con respecto al grupo de referencia, correspondiente a las mujeres que no había tenido ningún aborto; esta relación fue de 2.14 para dos abortos y de 1.45 en el caso de un solo aborto. Estas cifras fueron más altas que las del grupo de mujeres que habían tenido abortos involuntarios, que fueron, respectivamente, 2.51, 1.87 y 1.44.
En el caso de las mujeres que tuvieron partos con hijos nacidos vivos, el riesgo fue menor en comparación con las que no habían transitado un embarazo, con una proporción de 0,69 para madres de tres o más hijos y de 0,54 para madres de dos hijos. No hubo datos estadísticamente significativos para las madres de un solo hijo.
Los autores revelaron la dificultad de encontrar estudios que informen el riesgo de muerte después del aborto, y dijeron que los esfuerzos para legalizar y extender el aborto podrían dificultar la investigación y publicación de estudios que intenten establecer esta relación.
Las mujeres que son obligadas a abortar tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves
Finalmente, las mujeres que son obligadas a abortar tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves, incluidas las tendencias autodestructivas. Las tasas de suicidio, que fueron más bajas en las mujeres que dieron a luz, se dispararon especialmente en las que se sometieron a abortos inducidos, como lo demuestra esta revisión.
Una relación causa-efecto entre el aborto inducido y varios problemas de salud en las mujeres que se someten a ellos se ha establecido en estudios anteriores. [2] Esta revisión sistemática extiende el análisis a las tasas de mortalidad relacionadas con el aborto, y lo hace con una alta confiabilidad estadística. Por lo tanto, sus conclusiones deben tenerse en cuenta al evaluar la necesidad de garantizar un cuidado especial para las mujeres que se han practicado un aborto para prevenir los efectos indeseables que se detallan en este documento y en la información que debe estar disponible para las mujeres y el personal médico involucrado en prácticas abortivas.
¿Las consecuencias nocivas del aborto son conocidas por las madres de niños no deseados?
Las consecuencias, particularmente negativas en casos de abortos inducidos repetidos, deberían hacer que tanto la comunidad científica como los organismos reguladores reflexionen sobre las consecuencias perjudiciales del aborto, que más allá de procurar la muerte de un inocente, multiplica los riesgos para la salud y la vida de las mujeres que se someten a ese procedimiento. Esta información también debe proporcionarse indefectiblemente a las mujeres que abortan para que puedan ejercer su derecho de autonomía sabiendo las consecuencias de sus decisiones, las cuales actualmente no son completamente informadas, o se omiten directamente de la información proporcionada.
La evidencia mostrada en este documento sobre el efecto protector de los embarazos a término completo en la salud y la esperanza de vida de las mujeres, tanto con respecto a las que no tienen hijos como a las que tienen abortos, también debe subrayarse.
Julio Tudela
Observatorio de Bioética - Instituto de Ciencias de la Vida
Referencias
[1] REARDON DC, THORP JM. La muerte asociada al embarazo en los estudios de vinculación de registros relativos al parto, la interrupción del embarazo y las pérdidas naturales: una revisión sistemática con una síntesis narrativa y un metanálisis. SAGE medicina abierta. 2017; 5: 2050312117740490.
[2] Aznar J, Cerdá G. Aborto y salud mental de la mujer. Acta Bioethica 2014; 20 (2): 189-95
Bioethics Observatory - Institute of Life Sciences UCV
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