Escupiendo odio por su derrota en el rechazo popular y la votación senatorial sobre el aborto, las minorías burocráticas pseudoprogresistas a sueldo de la Internacional de la Muerte se han lanzado con furia a emputecer la sociedad, concentrándose en la corrupción de menores (desde la más tierna infancia) a través de la llamada “Educación Sexual Integral”.
Las hordas de atacantes se potenciaron con el programa de propuestas lanzadas en Buenos Aires el 3 de octubre pasado por el W20, troupe “de afinidad” feminista que integra el circo montado durante todo este año en nuestro país y que culminó a fines de noviembre con la “cumbre” de mandatarios de países reunidos en el G20. Toda esta farándula de personajes – que no fueron elegidos por los votos de ningún pueblo – le prescriben al Estado Argentino que garantice la obligatoriedad de la educación sexual degenerante en las escuelas públicas o privadas, confesionales o laicas y en todos los niveles de la enseñanza, a partir del nivel inicial. Además, por supuesto, del aborto “legal, seguro y gratuito” sin restricciones en cuanto al tiempo de gestación, bancando con dineros públicos las drogas y toda la cobertura para la “salud” (?) abortera.
No importa que falte plata en los hospitales públicos para comprar los medicamentos elementales : la salud de la población humilde puede esperar. Pero al que está ansioso por cortarse o recauchutarse el sexo, o por matar ese molesto bebé humano, se le debe dar prioridad. Para eso, el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) acaba de encajarnos un préstamo de aplicación obligatoria a todas esas “políticas”, que por supuesto engordará aún más nuestra deuda externa. ¡Total, pagamos nosotros!
En cumplimiento de estos mandatos del amo capitalista, los legisladores marxiprogres se han apurado por presentar proyectos de modificación de las leyes de educación sexual, declarando “flagelo social” a toda perspectiva religiosa sobre el tema, quitando a los padres la libertad de elegir la educación de sus hijos, pero, eso sí, promoviendo talleres de enseñanza con participación, entre otros "especialistas”, de organizaciones defensoras de la “diversidad sexual y de género” (Proyecto de Ley D 1437/18-19, ya aprobado por los diputados en la Provincia de Buenos Aires). También los diputados nacionales están tratando la reforma a la ley 26.150, de Educación Sexual, pretendiendo imponerla a todas la provincias con total desprecio por el federalismo educativo.
Por otra parte, la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación emitió el pasado viernes 12 de octubre un comunicado censurando dictatorialmente las manifestaciones de “grupos religiosos” contra la ideología de género (concretada por dicha Secretaría en la promoción de la “población LGBTIQ” como política pública).
En síntesis : todos estos personeros de Soros, Rockefeller (y de sus instrumentos, como la Planned Parenthood) quieren destruir la sociedad argentina en contra de la Constitución Nacional, de las leyes del país, del sistema federal y, como en el caso de la pretendida legalización del aborto, en contra del reciente rechazo de los senadores nacionales; en contra de la ciencia y de sus datos empíricos más evidentes, como la diferenciación sexual a partir del momento mismo de la formación del cigoto. Todo esto, según el libreto del W20, es “biologicismo”, o sea, que la biología sería subjetiva y ahora estaría superada por moderna perspectiva de las “ciencias sociales”, que debe imponerse desde el Estado en contra de la naturaleza: los primorosos cuadernillos preparados para la enseñanza inicial y primaria les describen a los “niñes”, con los dibujitos respectivos, que hay “niñas con pene” y “niños con vulva”; en resumen, contra la inteligencia y el sentido común, tratando de reducir el ser humano a una condición inferior a la animalidad racional. Estos “contraculturales” no pasan de ser, en realidad, una mera kultura de la entrepierna.
La RED DE CABILDOS ABIERTOS y todos los argentinos los repudian y, gracias a la gente que en todo el país se ha manifestado masivamente en contra de ellos, no les temen a los poderes globalistas que quieren regular el crecimiento de nuestra población según la supuesta conveniencia de algún país dominante o según los planes perversos y utópicos de una secta de iluminado$.
NO PASARÁN, porque la inmensa mayoría de nuestra gente ya les ha dicho que NO, como la de muchos países que se están rebelando contra este insano “nuevo” orden kultural.
Queremos una política de salud, no el comercio de seres humanos abortados.
Queremos una verdadera y superior política educativa, no una programación de imbéciles para degenerar a nuestros hijos.
Con nuestros hijos no se metan: expulsemos a los komisarios que el Ministerio envía ilegalmente a los colegios para corromper la niñez.
Para terminar: estos “novedosos” sociólogos de probeta no comenzaron con Gramsci y la Escuela de Frankfurt; sólo tratan de reinstalar viejos fracasos, como las orgías generalizadas de los anabaptistas de Münster, en el siglo XVI, o el marqués de Sade, liberado por la Revolución Francesa, que proponía borrar toda diferencia sexual (incluso con los animales) y, consecuentemente, se dedicó en su pornovela Los 120 días de Sodoma a imaginar hombres, mujeres, ancianos, niños, padres e hijos que se entregan al incesto, la violación, la coprofagia, la necrofilia, etc. .Otro de sus personajes, un tal Noirceul, expresa fantasías dignas de inspirar a los propulsores del homomonio porteño: «Deseo casarme dos veces en el mismo día: a las diez de la mañana me vestiré de mujer y me casaré con un hombre; y al mediodía me vestiré de hombre y me casaré con un homosexual travestido de mujer».
Globalistas de la muerte y la masturbación kultural: ¡AL INODORO DE LA HISTORIA!
Fuente: Red de Cabildos abiertos
Fuente: Red de Cabildos abiertos
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