Por María Virginia Olivera de Gristelli
Si es cierta la frase del acápite, y considerando que la Iglesia es ante todo familia de Dios, nos parece fundamental que los hijos más pequeños podamos, en familia, expresar -sin que ello signifique merma alguna de respeto-, nuestra preocupación al ver que ha quedado abierta, por ejemplo, la llave del gas en nuestra Casa, y una chispa podría provocar el incendio, peligrando así la vida de los demás miembros de la familia…
No, no es prudente callar entonces ante un grave riesgo, si nos anima la caridad y si pedimos al Señor que nos revista de entrañas de misericordia, por los más pobres, por los más pequeños. Por la verdad.
Hay riesgo: no se pueden dejar abiertas las llaves de gas. Hay peligro de incendio, pero aún si esto no sucediese, sí es innegable la posibilidad de asfixia. Urge, pues, abrir de par en par las ventanas, para que el oxígeno de la verdad disipe el aire enrarecido de ambigüedades y mentiras.
Entre éstas, nos ahoga el anuncio de la próxima beatificación del obispo argentino Enrique Angelleli, notorio e histórico colaborador de la guerrilla marxista que asoló a nuestra patria en el setentismo, a través de la Agrupación terrorista Montoneros, y del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, que él identificaba explícitamente con la Iglesia de Cristo. Y no se trata aquí de una sospecha de un puñado de fieles, sino de lo que cualquiera puede comprobar con sólo rastrear un poco en internet, o apelando tan sólo a la buena memoria de miles de argentinos medianamente informados, que desean también hacer oír sus voces.
Causa verdadero estupor y escándalo, en efecto, además de sembrar una irresistible desconfianza en quienes han participado del correspondiente proceso, por lo visto en contradicción con las normas vigentes para la beatificación y declaración de martirio.
Estas, en función del canon 1403, se encuentraban contenidas en la Constitución Apostólica Divinus Perfectionis Magister y en las Normae Servandae In Inquisitionibus ab espiscopis faciendis in causis sanctorum emitida por la Congregación para la causa de los Santos, ambas bajo el pontificado de S.S. Juan Pablo II, en 1983. A ello se realizaron ligeras modificaciones en el 2005 (especialmente sobre el lugar y modo de celebración de las beatificaciones), en el 2016 sobre cuestiones económico-administrativas (tendientes a lograr una mayor transparencia sobre la gestión de bienes, donaciones, gastos y honorarios, necesarios para los procesos), y últimamente en el 2017. En esta última ocasión, la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio “Maiorem hac dilectionem” sobre el ofrecimiento de la vida, establece además del martirio y de heroicidad de las virtudes –ambas modalidades por las que podía introducirse una causa-, la de ofrecimiento de vida, relativa a aquellos siervos de Dios que hubiesen realizado el ofrecimiento libre y voluntario de la vida y hayan tenido heroica aceptación propter caritatem de una muerte segura, y a corto plazo.
Ahora bien, en líneas generales, para la introducción de causas de beatificación, la Iglesia establece siempre algunas características. A esto se había referido S.S. Benedicto XVI cuando el 27 de abril de 2006 dirigió precisamente una carta al Cardenal José Saraiva Martins -entonces Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos- alentando disponer una Instrucción para el desarrollo de la investigación diocesana en las Causas de los Santos, a fin de “salvaguardar la seriedad de las investigaciones, ya sea cuando se examinan las virtudes de los siervos de Dios, los casos de martirio o los posibles milagros”.
Algunas de sus observaciones vienen muy a propósito de nuestro caso actual:
“Está claro –escribe el Papa– que no se podrá iniciar una causa de beatificación o canonización en ausencia de fama de santidad comprobada, aunque se trate de personas que se han distinguido por su coherencia evangélica y por particulares méritos eclesiales y sociales”.
Refiriéndose a los milagros, recuerda que “La praxis ininterrumpida de la Iglesia establece la necesidad de un milagro físico y que no basta un milagro moral”, añade.
Y al abordar el tema del martirio, precisa que
“es necesario conseguir pruebas irrefutables de la disponibilidad al martirio, como por ejemplo, el derramamiento de sangre y su aceptación por parte de la víctima, pero es igualmente necesario que aflore directa o indirectamente, pero siempre de forma moralmente cierta, ‘l’odium fidei’ (el odio a la fe) del perseguidor. Si falta este elemento, no habrá un verdadero martirio según la perenne doctrina teológica y jurídica de la Iglesia”.
Ahora bien, hay que decir aquí que más allá de los sectores de izquierda, con clara mentalización política por parte del clero liberacionista –profundamente activo en nuestro país, y especialmente en la “Nueva Iglesia de La Rioja”, gracias a la eficaz siembra, y “purga” de elementos contrarios-, la “fama” de este obispo no es precisamente de santidad sino de agitador social y del terrorismo marxista. Baste como botón de muestra alguna cita del Acta de reunión del Consejo Presbiterial de La Rioja (imagen completa al pie) llevada a cabo del 13 al 15/12/1971 bajo su ministerio episcopal:
“1.- La diócesis de La Rioja asume oficialmente el pensamiento y la acción del Movimiento de los Sacerdotes para el Tercer Mundo, sin necesidad de declaración explícita al respecto porque se identifica con su línea pastoral desde el comienzo del gobierno de la Diócesis por el actual obispo.- Se declara que esta línea pastoral es de fe o toca a la fe porque es la aplicación del CV II y se basa en la autoridad vertical Cristo-Papa-Obispo en línea recta.
2.- Se considera traidores a los sacerdotes de la Diócesis de La Rioja que no asuman esta línea pastoral riojana porque cuando el Obispo llegó a esta diócesis todos se comprometieron con el CV II y la Declaración de Medellín, Por lo cual ya no habrá tolerancia con estos sacerdotes y se tomarán las siguientes medidas:
a) Se solicitará por parte del Obispo a los sacerdotes de Órdenes Religiosas, el traslado de todos los religiosos y religiosas que no estén en esa línea diocesana...(…)
3.- Concretamente se toma la decisión de no renovar el permiso de estadía en la diócesis al Pbro. Julio César Ferreira; presionar en forma paulatina a los Pbros… ; eliminar “con tacto” a los Pbros... de sus cargos parroquiales, para que no sucedan levantamientos populares como en el caso del ex Vicario General Mons. Tomás Alberto, dado el prestigio y antigüedad que gozan esos sacerdotes…”
¿No era que les interesaba el “sentir del pueblo”?….
No ver en este lenguaje la huella del más grosero espíritu soviético, es necesitar urgentemente anteojos, por decirlo del modo más elegante. Nos preguntamos ¿qué tipo de sanción se nos impondrá a quienes en modo alguno estamos dispuestos a reconocer la “beatitud” del “Obispo rojo”, luego del 27 de abril. ¿También se ocuparán de “eliminarnos con tacto”?…
Por eso, cuando nos vienen a entonar la serenata de su servicio a la “comunión” –como hizo en agosto Monseñor Hesayne, o la expresión de solidaridad de las arquidiócesis de Córdoba y de Quilmes, lamentando las supuestas “injurias”, es mejor cerrar la ventana… Está muy bien predicar que se oyen todas las voces, pero la verdad es que hoy por hoy, la “iglesia de los pobres” no parece tener mucho lugar ni disponibilidad para escuchar a los simples fieles… Por eso yo prefiero a la Iglesia Católica.
Tal vez por esta razón se haya preferido introducir la Causa por vía de martirio: evitar el debate, e instaurar la Mentira empobreciéndolo todo con ella, aunque se llenen la boca hablando de pobreza. Y es nuestro deber de conciencia combatirla con la verdad, que es la mayor de las riquezas.
Pues es de notar que aunque nunca se había dudado del accidente automovilístico en que perdió la vida, se empezó a hablar de martirio a partir del discurso que le dedicó en un homenaje póstumo, nada menos que Fray Antonio Puigjané, quien pocos años después sería condenado a prisión por su intervención en un ataque guerrillero al regimiento militar de La Tablada. A partir de entonces, el “culto popular” del obispo riojano fue sin duda muy bien aprovechado.
Digamos de paso, que otra norma que debe observarse durante un proceso de beatificación es la prohibición de que se otorgue cualquier tipo de culto público al siervo de Dios cuyas virtudes o martirio hay que probar: este punto fue sistemáticamente violado, ya que –sobre todo por el propio clero y jerarquía de La Rioja- el culto de Angelleli fue promovido sin el menor reparo, ostentándose su imagen desde hace años en numerosos altares, capillas y templos, para la veneración no sólo privada sino pública, asociada indisolublemente a las banderías políticas de izquierda, y desvinculada de cualquier interés religioso o espiritual más allá de lo social, instaurando una verdadera idolatría de los pobres, materialmente hablando.
El fruto de esta prédica incansable puede comprobarse visitando por ejemplo el facebook de la agrupación “6 de agosto”, que lleva su nombre. En ella podemos encontrar por ejemplo, para el Día de la Mujer, un “himno” tan evangélico como el siguiente:
Somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar,somos los colores de los lápices que no pudieron matar.Somos las hijas de Juana, Rosa, Frida y las Mirabal,somos zapatistas, montoneras, guerrilleras.Somos madres, amigas, amantes, compañeras.
Somos mujeres que luchan y se empoderan,que no se reprimen y viven a su manera.Luchamos siempre para vencer, caemos a vecesy de vuelta otra vez en pie.Somos la fuerza que da la vida,
somos pasión y alegría.Somos sangre latinoamericana,somos guerreras, somos hermanas,somos las hijas de la Pachamama.Somos las flores de la primaveraSomos tu hija, tu madre, tu abuela.Tomamos las calles y las hacemos nuestras,gritamos bien fuerte y agitamos banderas.No te calles nunca mujer compañera,conquista derechos y vuélvete eterna.
No somos tendenciosos. Tratamos de seguir sencillamente el criterio de Quien nos advirtió que “por sus frutos los conoceréis…” (Mt.7,16). Y deducir que a la vista de un animalito saltarín, con orejas largas, que come zanahorias y parece un conejo… se debe tratar de un conejo.
Llegados a este punto, nos interesaría mucho saber quiénes fueron el postulador, vicepostulador, jueces y “tribunal competente” en esta “causa”, como también el promotor de justicia, cuya función es la de buscar profundamente la verdad. ¿Qué testigos se han presentado? Y la pregunta fundamental que hoy nos hacemos miles de argentinos: ¿bajo qué subterfugios, un tribunal eclesiástico puede considerar que alguien muerto en un accidente ha sido asesinado? ¿Cómo justifican el “odio a la fe”? Pero sobre todo, entonces, ¿de qué fe estamos hablando?…
¿O es que esta beatificación es un paso decisivo no ya para la “reforma de la Iglesia” –cuyos efectos están a la vista- sino para un calculado y muy medido cambio de la entera fe católica? ¿Hemos de sentarnos a esperar tranquilamente una ulterior beatificación de Camilo Torres, y luego del Che Guevara?…A Monseñor Hesayne, que citando a Angelleli insta a los fieles a que “no nos interesen las siglas ni los nombres”, le respondemos que SÍ interesan, y mucho, pues no es lo mismo la Cruz que la Hoz y el martillo, ni el compas o los tres puntos, lo mismo que el nombre o el monograma de María. Porque fuimos salvados en la Sangre y el Nombre de Cristo, ante el cual toda rodilla se dobla en el Cielo, la tierra y los abismos. Y no es lo mismo rezar por la perseverancia del fiel, que por la conversión de quien ha equivocado el rumbo.
Nos cabe entonces apelar a Nuestra Señora, Madre y modelo de la Iglesia, proponiendo entonces a todos la oración que un fraile amigo nos ha hecho llegar para implorarle que no se consume un acto que consideramos inequívoca burla a la fe, y para que recapaciten todos los reponsables:
ORACIÓN ANGUSTIADA
Nuestra Señora del Santísimo Rosario de Fátima, tú que has vencido al comunismo en la Unión Soviética, no permitas que sus errores esparcidos por el mundo sigan haciendo estragos en la Iglesia a quien Cristo llamó a ser Luz del mundo.
Madre de Dios, hoy recurrimos a ti angustiadamente porque la confusión reinante quiere hacer pasar por mártir, amigo de los pobres y ejemplo de pastor a Mons. Angelelli a quien un accidente providencial libró de que siga haciendo daño a tus fieles con ideologías marxistas que llevan a la lucha de clases, odios intestinos y a perder la fe.
Madre de Dios, que nos enseñas que el pecado es el verdadero mal y el infierno eterno su terrible consecuencia, recurrimos a ti para alcanzar Gracia en el buen combate de la fe contra la apostasía, la inmoralidad, el aborto y la ideología de género.
Madre de Dios, cuídanos del materialismo y del liberalismo. Madre de Dios, haz de las familias cristianas escuelas de la verdadera doctrina Católica, preservarlas de la fascinación del mundo y de los medios de comunicación. Madre de Dios, que has revelado que es por la lujuria que más almas se van al infierno, cuida a los sacerdotes para que sean otros Cristos; varones, célibes y santos para ser dignos ministros del Santo Sacrificio del Altar.
Madre de Dios y Madre Nuestra, no nos abandones en esta hora aciaga en que los estertores del mundo aumentan y ya se oyen las trompetas de los ángeles, míranos con ojos misericordiosos y aumenta nuestra Fe, Esperanza y Caridad ya que Cristo predijo que la fe sería difícil de hallar, la Caridad se enfriaría y a su mismo Vicario los demonios lo zarandearían como el viento al trigo.
Amén.
Por eso nos hacemos eco también de esta oportuna Súplica que viene circulando hace unos días -que esperamos suscite otras, en otros países católicos- y que en los primeros días de diciembre se entregará al Nuncio Apostólico en Buenos Aires, con las firmas (ir aquí) que se reúnan, ya que se está armando en varios idiomas.
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Sr. Nuncio Apostólico en la Argentina
S.E.R. Mons. León Kalenga Badikebele
S / D:
De nuestra mayor consideración:
Como hijos de la Iglesia los abajo firmantes nos dirigimos a Ud. a fin de manifestar nuestra más profunda preocupación y perplejidad ante la clausura del proceso de beatificación de Mons. Enrique Angellelli, en el cual se ha desestimado escandalosamente y de modo flagrante las fundadas y serias objeciones presentadas oportunamente a lo largo de la causa por un grupo nutrido de profesionales del Derecho, fieles y aún obispos.
En efecto, se ha hecho caso omiso de dictámenes judiciales y eclesiásticos en los queno hay pruebas suficientes para hablar de su muerte como asesinato provocado, existiendo en cambio pruebas contundentes e incluso testimonio personal de todo lo contrario, habiéndose secundado, en cambio, la versión falaz de su martirio generada por el fraile capuchino Puigjané, quien años después participaría en un ataque terrorista a unidad militar, por lo que fuera condenado a prisión.
Se ha pasado asimismo por alto el testimonio de al menos tres obispos de nuestro país -Mons. Bernardo Witte (sucesor de Angellelli), Mons. Carmelo Juan Giaquinta y Mons. Antonio Baseotto-, procediéndose así de manera completamente irregular e inexplicable, que no conoce precedentes.
De dichos testimonios, como de otros incluso procedentes de personas ajenas a la Iglesia, se ha dejado constancia de un proceder inequívocamente contrario al Evangelio en Mons. Enrique Angelleli, sembrando divisiones entre la feligresía, alentando discordias en el clero y llegando a favorecer explícitamente la subversión armada de la guerrilla marxista en la Argentina, en su accionar dentro del Movimiento de los Sacerdotes para el Tercer Mundo y en la Agrupación Montoneros.
De estos probados cuestionamientos, que por otra parte han sido ya ampliamente difundidos por la prensa nacional e internacional, y que volvemos a adjuntar a esta carta para que se tome conciencia cabal de la gravedad de la cuestión, concluimos
a) que la muerte de Mons. Enrique Angellelli no puede ser llamada martirio, por no haber sido intencional, y mucho menos por odio a la fe.
b) que su amplia y probada militancia en el terrorismo marxista, absolutamente incompatible con la doctrina católica, incapacita completamente para ser puesto como modelo de virtudes para los fieles de la Iglesia, y elevado al honor de los altares.
Consideramos entonces que de no tener en cuenta estos principios, se seguirá inevitablemente un escándalo para numerosos fieles, en grave desmedro del respeto debido a los procesos canónicos de la Iglesia, como así también el descrédito de la Congregación para la causa de los santos, que por lo visto estaría operando bajo fuertes presiones humanas dando la espalda a la justicia y al obligado testimonio de la Verdad. El reciente mensaje de la Conferencia Episcopal Argentina -“Pascua Riojana, alegría de la Iglesia”-, bajo esta perspectiva, no sólo no contribuye a la tan mentada reconciliación de los argentinos, sino que ha sido recibida por muchísimas almas como una auténtica traición y desprecio de su fe.
Por lo expuesto, los abajo firmantes imploramos por vuestro intermedio, respetuosa pero vehementemente, a cada uno de los responsables, la suspensión de la beatificación del ex obispo de La Rioja prevista para el mes de abril, para lo cual interponemos confiadamente el recurso especial de nuestra súplica a Nuestra Señora del Rosario, que como Madre Auxiliadora nos advirtió en Fátima sobre los errores del comunismo y su expansión como consecuencia de nuestra falta de conversión.
Encomendándonos a sus oraciones, asegurándole las nuestras, y pidiendo filialmente su bendición,
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(*) Acta del Consejo Presbiterial de La Rioja bajo el gobierno de Mons. E. Angelleli:
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InfoCatolica
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