El candidato favorito para ser el próximo presidente de Brasil, el político de extrema derecha Jair Bolsonaro, firmó el miércoles el compromiso de mantener el aborto ilegal si gana el poder, respaldando una postura de la influyente Iglesia Católica.
El ex paracaidista de 63 años, un católico cuya retórica conservadora y de orden público lo levantó en las urnas, firmó la promesa durante una visita para ver al cardenal brasileño Orani Tempesta en la archidiócesis de Río.
El documento también reafirmó la oposición de Bolsonaro al material de educación sexual que promueve la aceptación de la homosexualidad en las escuelas y a la despenalización del consumo de drogas.
Bolsonaro es el favorito para una segunda vuelta el 28 de octubre contra el rival izquierdista Fernando Haddad.
"Estamos firmando un compromiso de defender a la familia, defender la inocencia de los niños en las escuelas, defender la libertad de religión, contra el aborto y la legalización de las drogas", dijo Bolsonaro en un video producido y publicado por su campaña.
El aborto en Brasil es ilegal, excepto en casos de violación, riesgo para la salud de la madre o deformación grave del cerebro de un bebé.
En la primera ronda de votación hace dos semanas, Bolsonaro ganó el 46 por ciento de los votos contra el 29 por ciento de Haddad.
Las encuestas sugieren que Bolsonaro tiene un 58-59 por ciento de apoyo de los votantes para la segunda vuelta.
Ha ganado respaldo gracias a su uso prolífico de Twitter, Facebook y otras redes sociales, rechazando conferencias y debates en los medios.
Parte de su ausencia fue explicada por una convalecencia de un mes en la que fue forzado después de ser apuñalado por un solo atacante mientras hacía campaña en septiembre, pero continuó dirigiéndose a sus seguidores principalmente en línea.
Bolsonaro también cuenta con un fuerte apoyo del floreciente movimiento evangélico de Brasil, que se siente atraído por la retórica cristiana de favorecer la familia.
El último censo de Brasil, en 2010, registró el 65 por ciento de la población como católica y el 22 por ciento como evangélica, aunque se cree que esta última ha crecido mucho desde entonces.
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