Aunque no es el candidato de los sueños del movimiento provida y profamilia, Bolsonaro es el único con posibilidades de ganar que da garantías de frenar el avance abortista y de género. "Está bien claro que la unión familiar es de un hombre y una mujer", ha dicho.
Por Diego Hernández
Hay trece candidatos disputando la Presidencia de Brasil. De todos, solo la mitad tienen condiciones reales de pasar a un eventual segundo turno electoral; y de ellos, solo uno es abiertamente contrario al aborto y a la implementación de la agenda LGBT en el país: Jair Bolsonaro.
El diputado y ex capitán del Ejercito es el único de los contendientes, con posibilidades de ganar, que rechaza sin medias tintas ni “peros” las banderas del feminismo radical y del lobby arcoiris.
Buena parte de la campaña que se impulsa contra él desde los mayores medios de comunicación parte exactamente de criticar su firme posición en defensa del derecho a la vida de los bebés en gestación y de la constitución natural de la familia.
Es también quizá el único que ha llamado la atención para la necesidad de enfrentar el activismo ideológico del Poder Judicial.
En 2013, Bolsonaro criticó la decisión del Consejo Nacional de Justicia de considerar “legal” el “matrimonio civil” entre personas del mismo sexo. Dijo que “el poder Judicial, especialmente a través del Supremo Tribunal, ha pasado por encima de la Constitución, está bien claro que la unión familiar es de un hombre y una mujer, eso es reconocido explícitamente por nuestro orden jurídico, estas decisiones judiciales vienen a dañar, cada vez más, la unión y los valores de la familia, y eso no se pueden tolerar”.
Con todo, no es un “provida” en sentido estricto: defiende la pena de muerte para algunos crímenes, como el narcotráfico; la “castración química” para violadores y la vinculación de los aportes económicos que ofrece el gobierno a familias en situación de pobreza a la condición de que dejen de tener hijos.
No se trata de ninguna forma de “el candidato de los sueños” del movimento provida y profamilia brasileño; sin embargo, es un hombre que siempre respaldó, con firmeza, durante sus casi treinta años de actividad en el Congreso Nacional la lucha contra el aborto y la agenda de género. Fue un aliado incondicional.
Ese aliado esta hoy como puntero en todos los sondeos con 30% de la preferencia electoral, seguido a la distancia, con entre 16% y 20% por Fernando Haddad, el “ungido” del ex presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, preso por corrupción y lavado de dinero.
A pesar de haber sido víctima de un atentado el pasado 6 de septiembre, donde casi pierde la vida, y de estar confinado en un hospital desde donde realiza una limitadísima campaña virtual, Bolsonaro crece frente a sus adversarios, poco a poco, en todas las encuestas de opinión.
¿Cuál es el cuadro de la elección?
Considerando el espectro ideológico al que pertenecen, hay cuatro candidatos de derecha: Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal; João Amoêdo, del Parido Novo; Daciolo dos Santos, del Partido Patriota; y José Maria Eymael, de la Democracia Cristiana.
Tres son de centro: Geraldo Alckimin, aunque su sigla, el Partido de la Social Democracia Brasileña, es de izquierda; Henrique Meirelles, del Movimiento Democrático Brasileño; y Álvaro Dias, de Podemos.
Y seis son de izquierda: Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores; Ciro Gómes, del Partido Democrático Laborista; Marina Silva, de la Red Sustentabilidad; Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad; João Goulart Filho, del Partido Patria Libre; y Vera Salgado, del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado.
De los “derechistas”, solo Bolsonaro y Daciolo, un bombero militar y evangélico, son contrarios totalmente al aborto y la agenda LGTBI. El democristiano Eymael es contrario al aborto pero “no tiene ninguna restricción a la legalización de las relaciones homoafectivas”, y Amoêdo, empresario y liberal, es a favor de un “modelo federalista” para el aborto y respalda el “matrimonio igualitario”.
De los “centristas”, Alckmin, gobernador del Estado de São Paulo, dice ser contrario al aborto, aunque respalda los casos ya previstos en la ley para la violación, el riesgo de muerte de la madre y los bebés con diagnóstico de anencefalia, además es favorable a lo que llama “derecho civil” al “matrimonio” entre personas del mismo sexo. Bajo su gestión como alcalde de la ciudad de São Paulo y como gobernador del estado homónimo continuó dando impulso a la radical agenda de género heredada de las administraciones petistas (del Partido de los Trabajadores, PT).
Meirelles, ministro de Hacienda del presidente Michel Temer y expresidente del Banco Central bajo el gobierno de Lula da Silva, es abiertamente favorable al aborto, pues lo considera un “derecho de la mujer”, y a las uniones entre personas del mismo sexo equiparadas al matrimonio.
El senador Álvaro Dias, es contrario al aborto, y ha sido un aliado del movimiento provida en el Congreso, pero es abiertamente favorable al “matrimonio gay”.
En el bloque izquierdista todos defienden el aborto y la agenda LGTBI. La única excepción es Marina Silva, quien dice que su postura, “personalmente, es contra el aborto”, por lo que sometería una ampliación de los casos actuales a plebiscito popular; y hace una distinción cosmética entre “matrimonio” y “unión civil”, el primero reservado solo para el vínculo entre un hombre y una mujer, el segundo puede contemplar parejas del mismo sexo.
La primera vuelta de la elección se realiza el próximo domingo 7 y un eventual segundo turno con los dos candidatos más votados acontecería el día 28 del mismo mes.
Sondeo electoral para las presidenciales Brasileñas de 2018 /Rede Globo. |
De todos los mencionados, los únicos que podrían pasar al balotaje, además de Bolsonaro que lidera la disputa actualmente con 28% de las intenciones de voto, son Fernando Haddad, con 16%; Ciro Gomes, con 13%; Geraldo Alckimin, con 9%, y Marina Silva, con 7%. Ninguno de los demás va más allá del 3% y hay un 17% de indecisos o que declaran voto nulo.
Todo se perfila a un segundo turno entre derechista Bolsonaro y el izquierdista Haddad.
Por tanto, el ex capitán, que hace campaña virtual desde el hospital, es, guste o no, el único candidato que ofrece alguna garantía sólida de contención del aborto y de la agenda de género en el país. Y eso es algo que parece no haber pasado desapercibido para los provida y los profamilia brasileños.
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