Por Betina Riva
Este escrito responde, nuevamente, a una situación de enojo. En este caso me refiero al uso de la desnudez que hacen algunas feministas (del subgrupo radicales aunque no en todos los casos) así como “simpatizantes”, aliadas y “rebeldes” (especial, pero no únicamente, adolescentes) contra una causa vetusta, soldados de una guerra que hace rato ganaron.
Me resulta sulfurante el avasallamiento visual y el ataque al pudor ajeno. Es sumamente molesto tener que encontrarse sin elegirlo frente a cuerpos desnudos en plena vía pública (así como en otros espacios no nudistas), y además enfrentarse con una supuesta obligatoria “solidaridad” con “las pibas” (me resulta siempre chocante la incapacidad de concebirse, nominarse, como adultas, al menos desde el discurso con lo que costó lograr dejar atrás la “minoridad” de la mujer) que debería hacernos no sólo apoyar sino unirnos a tremendo despropósito.
Es indignante la inacción del poder punitivo del Estado frente a estas acciones que fácilmente encuadrarían en la figura de exhibicionismo o exhibiciones obscenas (Art. 129 del código penal). Esto sin contar con que si la misma acción fuera realizada por un grupo de hombres desnudos se encontrarían posiblemente encarcelados en unos pocos minutos, posiblemente casi linchados, y con todos los artículos del código penal que al fiscal se le pudieran ocurrir. Y las mismas feministas que se desnudan por cualquier causa gritarían que se trata poco menos que de un intento de abuso sexual, violación grupal, intimidación pública y corrupción de menores.
Seguramente se me podrá responder, no se alteren abogados ultragarantistas y aliados feministas, que todos y especialmente los menores somos expuestos a escenas televisivas mucho más sexuales que el “simple” desnudo femenino, embanderado en una buena causa. También se me podrá recordar tapas y artículos en revistas famosas, no necesariamente vinculadas a la erótica ni a la venta de contenidos para adultos.
Sin embargo, a todos ellos mi respuesta es: cada quien es dueño de tomar el control remoto y apagar el televisor, poner filtros para que los niños no accedan a esos contenidos, no tener televisión en mi hogar… Y desde luego soy libre de no comprar esas revistas. ¿Qué alternativa tengo cuando soy asaltada en la calle por una banda de descontroladas?
Otra cuestión llamativa es la queja usual después de cada una de estas muestras de “empoderamiento” en el exhibicionismo: critican la cantidad de hombres que se acercan simplemente a disfrutar del espectáculo que se les ofrece gratuitamente. Está en la naturaleza humana la curiosidad y está también en ella aprovechar lo que se entrega libremente. Es interesante que no contemplen cuántas mujeres lesbianas o bisexuales se acercan por esa misma causa…
Y al mismo tiempo, si nadie las mira es porque el “puritanismo” reinante lo impide y además el conservadurismo, la misoginia aprendida o el patriarcado (en alguna exótica forma, ya que es un cuco de múltiples formas) no permite encontrar hermosos los “cuerpos disidentes”. O que molesta el uso “no sexual” de la desnudez (!), un uso que no busca “el placer del hombre” (nuevamente, cómo si no hubiera mujeres que disfruten de los cuerpos femeninos que se exponen).
Personalmente, no creo que todos los cuerpos sean bellos en términos canónicamente estéticos, lo siento mucho por todo el pensamiento “progre” que pretende obligarme a afirmar lo contrario, pero me gusta la belleza clásica.
Y la realidad es que eso implica muchísimo trabajo que respeto profundamente en quienes lo encaran... Sin embargo, una de las nuevas “batallas épicas” de las feministas terceraolistas y otros grupos progres es sostener que cuidarse y tratar de verse bella es algo que se debe combatir mientras que hacer apología de la obesidad y cultivar un look desprolijo y sucio algo para encomiar.
Obviamente, el cuerpo de cada mujer le pertenece, puede hacer con él lo que quiera. Sostengo esto en términos absolutos y no como campaña a favor de una única temática como ya lo expuse en "TU CUERPO TU DECISIÓN PERO SÓLO SI YO ESTOY DE ACUERDO".
Sin embargo, es cierto también que no estoy obligada a considerar correcta la desconsideración para con terceros que implica ser obligada a soportar olores (y esto corre obviamente también para los hombres), ni considerar estéticamente placentero la exposición al bello axilar o en las piernas de desconocidas (en mi caso personal, hago la misma aclaración que en el paréntesis anterior).
Y la realidad es que eso implica muchísimo trabajo que respeto profundamente en quienes lo encaran... Sin embargo, una de las nuevas “batallas épicas” de las feministas terceraolistas y otros grupos progres es sostener que cuidarse y tratar de verse bella es algo que se debe combatir mientras que hacer apología de la obesidad y cultivar un look desprolijo y sucio algo para encomiar.
Obviamente, el cuerpo de cada mujer le pertenece, puede hacer con él lo que quiera. Sostengo esto en términos absolutos y no como campaña a favor de una única temática como ya lo expuse en "TU CUERPO TU DECISIÓN PERO SÓLO SI YO ESTOY DE ACUERDO".
Sin embargo, es cierto también que no estoy obligada a considerar correcta la desconsideración para con terceros que implica ser obligada a soportar olores (y esto corre obviamente también para los hombres), ni considerar estéticamente placentero la exposición al bello axilar o en las piernas de desconocidas (en mi caso personal, hago la misma aclaración que en el paréntesis anterior).
La otra cuestión que no deja de hacer ruido es que esta misma exposición del cuerpo cuando es por dinero o por el simple placer de disfrutar de la mirada de un tercero no forzado a esa observación es demonizado como “objetificación” de la mujer. Es decir, ponerse en traje de Eva sin parra para protestar por cualquier insignificancia es de revolucionaria, obtener un rédito concreto, individual, es de “dominada”.
Promotoras automovilismo |
Es decir, pretenden que pelean heroicamente en una guerra pero que en verdad ha sido ganada hace años, por otras mujeres y otros hombres, con la épica de estar haciendo una Cruzada contra... el Medioevo.
Sí, señores, estamos luchando contra el siglo XII… están luchando “valientemente” por derechos que ya poseemos , por una igualdad que se está convirtiendo en una consigna vacía para reclamar derechos especiales, más derechos que los de un hombre en exótica compensación por… años de sometimiento... es decir están reclamando por algo que ya no sufren y que ni siquiera es un problema real de las mujeres a las que dicen representan incluso contra nuestra voluntad.
Eso, en mi diccionario al menos, no es exactamente la definición de igualdad, ni se parece en nada a la defensa de la libertad y de la autonomía de la persona.
restaurarg.blogspot.com.ar
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