Un estudio realizado en China ha revelado que las mujeres que están expuestas a niveles elevados de contaminación atmosférica durante el embarazo pueden tener más probabilidades de dar a luz bebés prematuros que las mujeres que quienes viven en zonas con el aire más limpio.
En el estudio, publicado en la revista 'JAMA Pediatrics', se analizaron datos de más de 1,3 millones de embarazos únicos en 30 provincias de China que tuvieron lugar durante 2013 y 2014. Y de estos, casi 105.000 bebés, el 8 por ciento, nacieron antes de las 37 semanas de gestación.
Para ver si la calidad del aire podía haber influido en el riesgo de parto prematuro, los investigadores comprobaron los domicilios de las madres para estimar su exposición a un tipo extremadamente pequeño de partículas finas, conocidas como PM1 por tener un diámetro inferior a un micrometro, que están presentes en los tubos de escape de los coches y que pueden incluir polvo, suciedad o humo.
En el estudio, publicado en la revista 'JAMA Pediatrics', se analizaron datos de más de 1,3 millones de embarazos únicos en 30 provincias de China que tuvieron lugar durante 2013 y 2014. Y de estos, casi 105.000 bebés, el 8 por ciento, nacieron antes de las 37 semanas de gestación.
Para ver si la calidad del aire podía haber influido en el riesgo de parto prematuro, los investigadores comprobaron los domicilios de las madres para estimar su exposición a un tipo extremadamente pequeño de partículas finas, conocidas como PM1 por tener un diámetro inferior a un micrometro, que están presentes en los tubos de escape de los coches y que pueden incluir polvo, suciedad o humo.
La mitad de las mujeres del estudio estuvieron expuestas a niveles medios de 46 microgramos de PM1 por metro cúbico de aire (ug/m3), y por cada aumento de 10 ug/m3 de exposición su riesgo de parto prematuro se elevaba un 9 por ciento.
En el estudio, publicado en la revista 'JAMA Pediatrics', se analizaron datos de más de 1,3 millones de embarazos únicos en 30 provincias de China que tuvieron lugar durante 2013 y 2014. Y de estos, casi 105.000 bebés, el 8 por ciento, nacieron antes de las 37 semanas de gestación.
"Hace tiempo que sabemos que la contaminación del aire contribuye al nacimiento prematuro", ha reconocido Leonardo Trasande, investigador de medicina ambiental en la Universidad de Nueva York (Estados Unidos) que no participó en el estudio, pero la novedad de este trabajo es "el examen cuidadoso de partículas finas que se inhalan más fácilmente".
De hecho, gran parte de las investigaciones previas que han relacionado la contaminación atmosférica con los partos prematuros se ha centrado en las llamadas partículas finas PM2.5, con un tamaño de menos de 2,5 micrómetros de diámetro, según ha apuntado Xu Ma, uno de los investigadores del estudio que trabaja en el Instituto Nacional de Investigación para la Planificación Familiar de Pekín (China).
El estudio ofrece nuevas pruebas de los efectos nocivos de las PM.1, que representan aproximadamente el 80 por ciento de las PM2.5, pero que, a diferencia que las partículas más grandes, tienen un mayor alcance ya que pueden llegar hasta los alvéolos de los pulmones, según los autores.
REGIONES MÁS AFECTADAS
En el estudio vieron que las mujeres que viven en las regiones de Beijing, Tianjin y Hebei, el delta del río Yangtze, la cuenca de Sichuan y el delta del río Perla estuvieron expuestas a niveles de PM1 superiores a 52,7 ug/m3 durante todo el embarazo, según el estudio.
"Hace tiempo que sabemos que la contaminación del aire contribuye al nacimiento prematuro", ha reconocido Leonardo Trasande, investigador de medicina ambiental en la Universidad de Nueva York (Estados Unidos) que no participó en el estudio, pero la novedad de este trabajo es "el examen cuidadoso de partículas finas que se inhalan más fácilmente".
De hecho, gran parte de las investigaciones previas que han relacionado la contaminación atmosférica con los partos prematuros se ha centrado en las llamadas partículas finas PM2.5, con un tamaño de menos de 2,5 micrómetros de diámetro, según ha apuntado Xu Ma, uno de los investigadores del estudio que trabaja en el Instituto Nacional de Investigación para la Planificación Familiar de Pekín (China).
El estudio ofrece nuevas pruebas de los efectos nocivos de las PM.1, que representan aproximadamente el 80 por ciento de las PM2.5, pero que, a diferencia que las partículas más grandes, tienen un mayor alcance ya que pueden llegar hasta los alvéolos de los pulmones, según los autores.
REGIONES MÁS AFECTADAS
En el estudio vieron que las mujeres que viven en las regiones de Beijing, Tianjin y Hebei, el delta del río Yangtze, la cuenca de Sichuan y el delta del río Perla estuvieron expuestas a niveles de PM1 superiores a 52,7 ug/m3 durante todo el embarazo, según el estudio.
Y por cada 10 ug/m3 de aumento en los niveles de exposición a estas partículas el riesgo de parto entre la semana 28 y 31 era un 20 por ciento mayor, mientras que el riesgo de que nacieran entre la semana 20 y 27 era hasta un 29 por ciento mayor.
En las semanas inmediatamente posteriores al nacimiento, los bebés prematuros suelen presentar problemas para respirar e ingerir comida. Y más a largo plazo, también pueden desarrollar problemas de visión, audición o de tipo cognitivo, al igual que problemas sociales o de comportamiento.
Una limitación del estudio, según admiten los autores, ha sido la dependencia de datos externos para estimar la exposición de las madres a la contaminación del aire, lo que no siempre refleja la exposición real ante la dificultad para medir la calidad del aire en sus trabajos o en el interior de sus viviendas.
Aún así, aconsejan a las mujeres embarazadas tomar precauciones para limitar su exposición a la contaminación, ya sea reduciendo su tiempo al aire libre durante horas de mucho tráfico o mediante e uso de mascarillas.
Ecoticias
En las semanas inmediatamente posteriores al nacimiento, los bebés prematuros suelen presentar problemas para respirar e ingerir comida. Y más a largo plazo, también pueden desarrollar problemas de visión, audición o de tipo cognitivo, al igual que problemas sociales o de comportamiento.
Una limitación del estudio, según admiten los autores, ha sido la dependencia de datos externos para estimar la exposición de las madres a la contaminación del aire, lo que no siempre refleja la exposición real ante la dificultad para medir la calidad del aire en sus trabajos o en el interior de sus viviendas.
Aún así, aconsejan a las mujeres embarazadas tomar precauciones para limitar su exposición a la contaminación, ya sea reduciendo su tiempo al aire libre durante horas de mucho tráfico o mediante e uso de mascarillas.
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