Recientemente, las autoridades del Instituto San Antonio de General Alvear (Mendoza) emitieron un mensaje para los padres de sus alumnos, en el que se sugiere que no se coloque la vacuna contra el HPV, advirtiendo sobre los importantes efectos adversos que su aplicación puede causar.
Como era de esperar, al llegar esta información a oídos del Ministerio de Salud de esa provincia se comenzaron a alzar las voces de los políticamente correctos, apoyados por los medios de difusión que solo repiten los conceptos que la corriente progre les dicta e, indirectamente, favoreciendo a la mafia de los laboratorios a las que solo les interesa acrecentar sus ingresos monetarios, dejando de lado el bienestar y la salud de nuestros hijos.
LA INFORMACIÓN QUE LES FALTA:
Vacuna del HPV: Asociaciones de víctimas en distintos países denuncian efectos adversos
Médicos, familias y asociaciones de pacientes alertan sobre la seguridad de la vacuna contra el HPV
Por Daniela Chueke Perles
(LA NACION)
La vacuna para la prevención del HPV integra el calendario oficial de vacunación para mujeres y varones de 11 años de edad. Pero lejos de generar una aceptación unánime la noticia provoca dudas en padres y ciertos profesionales de la salud que cuestionan la efectividad de la vacuna o bien, le atribuyen efectos adversos graves. Dolores de cabeza, desmayos, pérdida de la visión, enfermedades autoinmunes y hasta parálisis, entre otros. Cervarix y Gardasil son los nombres comerciales de las vacunas del papiloma humano que están disponibles hasta el momento en el país y el resto del mundo.
A raíz de esta nota, desde la Sociedad Argentina de Infectología y la Fundación Huésped pidieron el derecho a réplica para contestar algunos de los conceptos del texto, que pueden leerse aquí.
Quiénes y por qué objetan la vacuna del HPV
Si bien la Organización Mundial de la Salud avala las políticas sanitarias que apuntan a la vacunación masiva de niños y niñas, distintas asociaciones, no necesariamente antivacunas, se pronuncian contra la obligatoriedad de la medida.
En Colombia, el 30 de mayo de 2014 en que 15 estudiantes de entre 11 y 15 años de edad se desmayaron en simultáneo en el Colegio Espíritu Santo de El Carmen de Bolívar, un municipio de la Costa Caribe, la noticia ocupó los titulares de los grandes medios de comunicación del país, con una tragicomedia cuyos ecos persisten en 2017. En esa jornada lo único raro que había ocurrido en la escuela era que las niñas habían sido vacunadas contra el virus del papiloma humano, sin embargo la primera explicación que oyeron los padres fue que el extraño desmayo podía deberse a una intoxicación por papas fritas y agua embotellada, causas que se descartaron en los días posteriores. "Con 829 niñas afectadas, el Ministerio de Salud no puede seguir negando efectos adversos" asegura en su página de Facebook Mónica León, presidenta de la Asociación Reconstruyendo Esperanza que congrega a las víctimas de la vacuna del Papiloma Humano en Colombia y quien como abogada es quien se ocupó de llevar a la Corte cientos de casos que cuestionan la inyección que distribuye el gobierno. A su cruzada se suma la voz del doctor Juan Manuel Anaya, director del Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes (CREA), de la Universidad de El Rosario, uno de los pocos médicos que se atreve a hablar de la existencia de una relación entre la vacuna contra el virus del papiloma humano y las enfermedades autoinmunes que desarrollaron algunas de las estudiantes en Colombia. "Las niñas que yo he visto están enfermas", declaró categóricamente ante la prensa.
En la otra punta del mapa, en Japón las vacunas contra el HPV se incluyeron en los programas rutinarios de vacunación en abril de 2013. Pero ante las dudas de la población el gobierno dejó de recomendarlas en junio del mismo año tras recibir informes sobre daños a la salud de multitud de chicas que se habían vacunado. El gobierno japonés retrocedió en su recomendación para la vacuna contra el HPV después de que se conociera en los medios de comunicación los casos de supuestos eventos adversos en niñas que reportaron haber sufrido de dolor agudo y crónico como resultado de la vacunación contra el HPV. Ese informe, que apareció en el diario japonés Asahi Shimbun , dio detalles sobre unas 50 niñas que sufrían de síndrome de dolor regional complejo y 100 niñas que estaban ausentes de la escuela después de recibir la vacuna contra el HPV. El ministerio de Salud declaró que las niñas podían ser vacunadas si los padres entienden los riesgos y beneficios de la vacuna, pero las vacunas no podrían ser promovidas activamente. En 2016 el mismo medio dio a conocer que 63 jóvenes están emprendiendo una demanda colectiva por 945 millones de yenes ($ 9 millones de dólares) en compensación por los efectos secundarios de las vacunas contra el HPV.
En España desde hace más de seis años la AVP (Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma) reclama al ministerio de Sanidad español que reconozca los efectos adversos, atención sanitaria adecuada para las jóvenes afectadas, un protocolo de actuación que promueva mayor investigación y seguimiento de las jóvenes afectadas, la creación de un fondo de compensación por los daños ocasionados por las vacunas y la retirada de la vacuna del HPV ya que "no existe justificación alguna para que jóvenes sanas sufran riesgos innecesarios, cuando se dispone de medidas preventivas, eficaces y seguras, como la citología, el preservativo y la educación sexual". La Asociación elaboró un documental en el que distintas afectadas y médicos reclaman el derecho de las mujeres a recibir una mayor información sobre los beneficios y riesgos de la vacuna para estar en mejores condiciones de decidir. "¡Somos víctimas, no antivacunas!" subrayan.
'Papiloma: las mujeres tenemos que decidir' documental sobre la vacuna
En la Argentina, desde 2011 es obligatoria la inmunización en mujeres de 11 años de edad y aunque desde 2013 la vacuna se encuentra aprobada para varones de 9 a 26 años, no estaba incluida en el calendario oficial. Es decir, hasta ahora era optativa y a partir de este año se vuelve obligatoria.
Como se notificó anteriormente, según consigna la explicación oficial:"El objetivo de la inclusión de los varones es avanzar en la disminución de la mortalidad de las mujeres por cáncer de cuello de útero (efecto indirecto) y prevenir en los hombres otros tipos de afecciones y cánceres asociados a este virus (efecto directo).".
La Dirección de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación publica que "la vacuna contra el HPV provee protección contra los tipos de HPV de alto riesgo oncogénicos 16 y 18, responsables del 77 por ciento de los casos de cáncer de cuello uterino".
Bibliografía
En Argentina, un artículo científico publicado en 2011 por la Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), con autoría de la doctora y profesora de ginecología en la Universidad de Córdoba, Teresita Audisio, presenta un análisis del diseño, evaluación, aplicación y seguimiento de las 2 vacunas disponibles contra el HPV llevado a cabo por ambos laboratorios fabricantes para comentar sobre su aplicación. El artículo, titulado "Objeciones en relación con ambas vacunas disponibles contra el virus del papiloma humano", incluye una breve revisión bibliográfica sobre la historia natural del HPV, el comportamiento del sistema inmune y otros factores en el desarrollo del cáncer cervical uterino. "De acuerdo con nuestras objeciones, la vacuna contra el HPV es un elemento autorizado con efectos a largo plazo aún desconocidos que no debería aplicarse a las niñas", advierte el texto. Y en otra parte sostiene: "El corto seguimiento de los estudios realizados con ambas vacunas no permitió observar la repercusión en el estado inmunitario, como tampoco el remplazo por los serotipos de HPV que no contiene la vacuna. La rápida autorización de la US Food and Drug Administration (FDA) y de la European Medicines Agency (EMEA) llevó a la introducción de la vacuna en muchos países, sin tener en cuenta las indicaciones y las repercusiones mencionadas". Finalmente el artículo concluye que "La vacuna no es la solución".
Una advertencia similar sostiene el Colegio Americano de Pediatras en Estados Unidos que se pronuncia sobre la falta de seguridad de la vacuna del papiloma humano (VPH o HPV). Lo ha hecho para documentar una nueva reacción adversa y defender el derecho de las familias a decidir si vacunar o no a los y las adolescentes y para declararse a favor del consentimiento informado.
Cabe aclarar que las agencias sanitarias reguladoras de la mayoría de los países mencionados, como es el caso de la ANMAT en Argentina han aprobado el uso de la vacuna y garantizan su seguridad. En nuestro país el último informe titulado Novedades Internacionales y Nacionales en Seguridad de Medicamentos, publicado por el Departamento de Farmacovigilancia de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, que data de diciembre de 2015 y se encuentra accesible en su página web, resalta: "Los beneficios del uso de esta vacuna siguen superando a los riesgos, haciéndola una vacuna segura". Cita como referencia un estudio de la agencia reguladora canadiense, Health Canada, que realizó una revisión de seguridad que no muestra nuevos riesgos. "La agencia realizó una revisión de seguridad de la vacuna contra el virus del papiloma humano (HPV) Gardasil®, en base a reportes recibidos de enfermedades autoinmunes y cardiovasculares.Concluyó que no hay evidencia de un mayor riesgo asociado a estas enfermedades, relacionadas con la vacunación", concluye el informe.
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