Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, ante la proximidad de la Fiesta de la Navidad, tras recordar que “es una fiesta central del año cristiano”, pidió “que notemos que los cambios culturales han hecho evaporar la cultura cristiana de la Navidad. Antes todo el mundo sabía que en Navidad había nacido Jesucristo y que era eso lo que se festejaba y que el signo era el pesebre”.
Afirmó luego que “nos han birlado la cultura de la Navidad. Y eso es algo que, nosotros, con delicadeza pero también con claridad tenemos que restaurar, tenemos que recordar y hacer recordar que en Navidad se celebra el Nacimiento de Jesús Nuestro Salvador… El Pesebre de Navidad, la Gruta de Navidad, está iluminado por la presencia del Niño Dios y de su Madre... Esa es la verdad y a través de estos signos es cómo vamos comprendiendo las cosas”.
El prelado platense recordó que “antes en público aparecían figuras de la Navidad y eso también se ha perdido”. Y agregó: ¿Cuál es la figura cultural, hoy, de la Navidad? Es ese gordo vestido de colorado, barbudo, que parece que sale del invierno porque, efectivamente, viene de otros horizontes, de otro hemisferio. La Coca Cola nos ha birlado la Navidad porque este señor, el gordo Papá Noel, ha sido la imagen de esa gaseosa. Cuando decimos Papá Noel, si sabemos algo de francés, sabemos que Noel significa Navidad pero detrás está Santa Claus aunque ahora ya nadie lo llama Santa Claus que es San Nicolás y, en realidad, es verdad que es una tradición cristiana que viene de los países del norte de Europa pero pasó a Estados Unidos y lo agarró la Coca Cola y allí se acabó el pesebre, se acabó Jesús y queda Papá Noel”.
Además memoró que “antes, los regalos, nosotros, los chicos, los esperábamos el 6 de enero… Todo eso desapareció. Los regalos, en todo caso, aparecen en Navidad, a fin del año y algunos en Reyes, aunque no tanto”. Y consideró que “la cuestión que yo digo acerca de la Coca Cola y Papá Noel no hay que tomarla a la ligera porque van a ver ustedes que la propaganda es esa: un arbolito con globitos y el gordo muchas veces sin el trineo. Por eso lo importante es volver al Pesebre y mostrar que allí está figurada la escena central de la historia humana que es el Nacimiento del Redentor”.
Finalmente Monseñor Héctor Aguer explicó que “esta es una dimensión importante de nuestra preparación para la Navidad. Por supuesto que esta preparación es sobre todo la interior. En lo posible vamos a hacer una buena confesión de Navidad, vamos a comulgar en la Misa de Nochebuena o en la Misa del Día de Navidad. Pero los aspectos exteriores, sobre todo para la gente sencilla y para aquellos que no son practicantes, son valiosos. Si ustedes tienen un pesebre en su casa y entra un vecino cualquiera ustedes pueden explicarle allí estas verdades fundamentales de la fe cristiana. Y es así como la Iglesia conserva su vigencia en la cultura de lo contrario nosotros nos recluimos en nosotros mismos y dejamos que el vasto campo del mundo quede para el Diablo, al cual Jesús llamaba el Príncipe de este mundo. Por favor que no sea así”.
Además memoró que “antes, los regalos, nosotros, los chicos, los esperábamos el 6 de enero… Todo eso desapareció. Los regalos, en todo caso, aparecen en Navidad, a fin del año y algunos en Reyes, aunque no tanto”. Y consideró que “la cuestión que yo digo acerca de la Coca Cola y Papá Noel no hay que tomarla a la ligera porque van a ver ustedes que la propaganda es esa: un arbolito con globitos y el gordo muchas veces sin el trineo. Por eso lo importante es volver al Pesebre y mostrar que allí está figurada la escena central de la historia humana que es el Nacimiento del Redentor”.
Finalmente Monseñor Héctor Aguer explicó que “esta es una dimensión importante de nuestra preparación para la Navidad. Por supuesto que esta preparación es sobre todo la interior. En lo posible vamos a hacer una buena confesión de Navidad, vamos a comulgar en la Misa de Nochebuena o en la Misa del Día de Navidad. Pero los aspectos exteriores, sobre todo para la gente sencilla y para aquellos que no son practicantes, son valiosos. Si ustedes tienen un pesebre en su casa y entra un vecino cualquiera ustedes pueden explicarle allí estas verdades fundamentales de la fe cristiana. Y es así como la Iglesia conserva su vigencia en la cultura de lo contrario nosotros nos recluimos en nosotros mismos y dejamos que el vasto campo del mundo quede para el Diablo, al cual Jesús llamaba el Príncipe de este mundo. Por favor que no sea así”.
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