Entrevista realizada por Jordi Picazo
El doctor Wenceslao Vial es profesor de Psicología y Vida Espiritual en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma. Médico y sacerdote, doctor en Filosofía, combina sus conocimientos clínicos y su labor académica con una amplia actividad pastoral en relación con diferentes países y culturas, como Chile, Japón, Irlanda y Finlandia. Acaba de publicar la primera edición en español de su libro Madurez psicológica y espiritual, que quiere contestar a las siguientes preguntas, entre otras: ¿Soy responsable de mi forma de ser? ¿Se puede salir de la depresión? ¿Cómo vencer la ansiedad? ¿Existen medios para superar la adicción a las drogas o a internet? ¿Qué puede hacer la familia de una persona con trastornos mentales? ¿Cuándo se necesita un médico, un psicólogo o un sacerdote? ¿Es el sexo un invento anticuado, un juego o un tabú?
El profesor Vial me recibe en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en la Ciudad Eterna, Roma. Y hablamos de su libro antes de adentrarnos en complejidades de gran trascendencia humana y de particular vigencia en nuestro tiempo.
-¿Qué dice en su libro Madurez psicológica y espiritual sobre el deseo homosexual?
-En el libro hablo del deseo homosexual específicamente como un deseo como hay otros deseos, es decir que refleja un instinto del hombre o de la mujer. El deseo se despierta en un determinado momento y se puede despertar hacia muchas cosas, no es que esté fijado: no es que uno nazca con un deseo hacia una cosa, sino que se va fijando a lo largo del tiempo.
Cuando lees un libro de cosas de Psiquiatría y al final llegas a la parte en que se habla de la sexualidad lo que te dicen no pocas veces es que la sexualidad es una dimensión compleja del ser humano y con la cual cada uno puede hacer lo que quiera, y es bueno que haga lo que quiera; y ello porque todas las opciones serían igualmente válidas desde el punto de vista antropológico.
-¿Qué pasa cuando una persona tiene una atracción sexual hacia el mismo sexo?
-Bueno, lo que pasa aquí es que hay un deseo distinto, muy fuerte hacia un objeto de atracción determinado y que no es el objeto propio de la tendencia sexual; la tendencia sexual como tal, y me parece eso bastante evidente, es la de un hombre hacia una mujer o de una mujer hacia un hombre. Vemos como todo el sistema reproductivo está hecho en esta línea, y vemos también cómo ello marca la diferencia clave y esencial en la especie humana entre lo masculino y lo femenino, común a otras especies animales e incluso vegetales. Pienso que no pocas veces se le ha dado más importancia de la que tiene al tema de la falta de definición del deseo sexual. Digo esto en el sentido de que hay gente a veces, por ejemplo los niños en el periodo anterior a la adolescencia, que necesitan que este desarrollo se respete y se proteja si no se quiere hacerles daño.
Hoy en día esta es la opinión del Colegio Americano de Pediatría, y así se afirma en el recientemente publicado informe Mayer, de Lawrence Mayer y Paul R McHugh, dos médicos muy interesantes de Estados Unidos. El informe acaba de salir y es lo más grande que se ha hecho al respecto en el ámbito de sexualidad y género. Y lo hace más interesante el hecho que estos dos autores pertenecen al cuadro académico del Johns Hopkins Hospital en Baltimore; es este el mismo hospital donde el año 1955 el doctor John Money se hizo tristemente célebre siendo el jefe de Psiquiatría, y el primero que utilizó el vocablo “género” en el lenguaje académico.
John Money fue el primero que hizo un experimento con un niño que sufrió un incidente de pequeño en el momento de la circuncisión. El experimento consistió en criarlo como niña, pasando de llamarse David a llamarse Brenda. Cuando Brenda cumplió 14 años se sintió muy a disgusto con su sexo asignado. Le revirtieron entonces el género asignado con un tratamiento hormonal y cirugía para que volviera a ser niño, que era lo que había sido siempre. El pobre David sufrió muchísimo hasta que terminó quitándose la vida en 2004. Así ahora es desde ese mismo hospital de donde ha salido el llamado informe Mayer, y me parece lo mejor que se puede decir científicamente al respecto.
-La llamada “teoría de género” pretende separar el uso del sexo de los conceptos de masculinidad y feminidad. ¿Sería correcto decir que pretende incluso ir más allá, y de la mano de una llamada “ideología de género” reconducir la función del sexo a un uso individualista, personalista y de placer egocéntrico más que relacional? ¿Sería exacto pensar incluso que es una estrategia para cambiar la sociedad?
-El tema del “género” me parece demasiado importante como para tratarlo frívolamente; y habrá también que distinguir, de entre los estudios disponibles los que son estudios de género útiles, lícitos; pues se han llegado a identificar errores que se cometían a la hora de asignar trabajos a mujeres y hombres; y ello ha llevado históricamente a discriminaciones por razón de sexo, gracias a Dios ya superadas.
También habrá que tener en cuenta, me imagino, la hermenéutica de cada tiempo… En la España de los años 50, por ejemplo, una señora 'decente' debía estarse en casa; pero también el sueldo del marido mantenía a toda la familia y a los hijos.
-¿Y piensa que es importante no demonizar tiempos pasados, pues en ese momento era lo que la inteligencia social colectiva admitía como bueno?
-Sí, efectivamente, hay conceptos que han ido cambiando con el tiempo, sobre todo en los países donde nació el feminismo, y donde se hablaba de las tres K: Kirche, Kinder y Küche, o sea, en alemán, Iglesia, niños y cocina. Eran las tres áreas a las que se veía restringido el rol de la mujer. Y de ahí viene un poco lo que es la distinción entre el género y el sexo. Sexo es con lo que nacemos: nacemos con el sexo biológico, el sexo ligado a nuestros cromosomas.
No debemos negar sin embargo que no nacemos con un rol perfectamente establecido desde el primer momento. Esta consideración es muy bonita, porque a diferencia del resto de especies animales, nuestra sexualidad requiere también una educación. Un niño, una niña, necesitan ser educados de acuerdo con unos patrones. Hay pues que activar la masculinidad y la feminidad.
La biología marca en un determinado aspecto, pero no en todo.
-¿No sería esto un poco lo que viene a decir la teoría de género, que todo es opción y luego te educas para esa opción? ¿O la palabra opción, decantarse por un género o por otro arbitrariamente, no es correcta? En España, en los textos que se están introduciendo en las aulas desde Educación Infantil les cuentan a nuestros hijos que hay niños con vagina y niñas con pene. ¿Eso es así?
-Depende, depende. Lo que sí es evidente es que en la especie humana hay hombres y mujeres, pero también hay estados intersexuales. También en ocasiones se dan errores médicos de asignación del sexo. Todas las consideraciones médicas que hay que tener en cuenta y estudiar desde un punto de vista científico están tratadas con mucha profundidad y quedan muy claras en este informe Mayer, como por ejemplo que la teoría de que yo nazco homosexual, o que nazco transgender o heterosexual no se ajusta a la realidad: el “nazco de tal forma” no es real.
Muchas de las personas que pertenecen o se consideran de la comunidad LGBT, o LGBTI, o LGBTQ comentan: ‘Lo nuestro nos es dado de nacimiento’. Pero hay otras personas en el mismo colectivo que insisten en ‘que no, que lo nuestro es una elección’. O sea que entre la misma comunidad se defienden dos ideas que son opuestas, pero lo probable es que ambas sean ciertas.
Lo cierto sin embargo es que algunas personas sí lo eligen y otras personas tienen una cierta disposición, porque tampoco se puede negar esa predisposición hacia algo. Esa predisposición, de todas formas, nunca es total. De hecho casi nada es total para el ser humano, como te decía antes. Al principio de nuestro recorrido vital los genes se ponen en marcha, por así decirlo, y determinan un cierto comportamiento con el concurso de la educación y la libertad.
Lo que sí es real y es más acorde con la realidad del ser humano es que uno nace con unas disposiciones genéticas y biológicas hacia el sexo que mi genética y biología me indican que es masculino o femenino. Pero ese sexo femenino o masculino puede conllevar una serie de dificultades y esto se ve en ocasiones.
Existe, por ejemplo, una enfermedad en niños y niñas que se llama ‘trastorno de gen’ y que todavía está considerada como tal por el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales), que en su edición quinta de 2013 ha incluido el trastorno de disforia de género, antes llamado de identidad de género. Este fenómeno aflora incluso a partir de los 2 años y curiosamente ya a partir de los 2 años te puedes encontrar con niños o niñas que no están a gusto con su sexo biológico. La ciencia médica explica que el curso que siguen estos procesos experimenta un cambio en un altísimo porcentaje al acercarse a la adolescencia. Es perfectamente solucionable, y ciertamente lo que no puedes hacer con un niño que a los 2 años está a disgusto con su sexo biológico es decirle ‘bueno, no importa, ahora eliges tú’; porque no tiene condiciones para elegir y además sería muy equivocado científicamente plantearlo desde este ángulo.
Como dice el Colegio Americano de Pediatría, se ha detectado que se puede ejercer un gran daño a los niños con este planteamiento. A esta misma conclusión también llega el informe Mayer.
Lo que sabemos desde la ciencia es que el 80% de los niños que experimentan una cierta dificultad en relación a su género, es decir en relación a los roles asignados ante su sexo biológico, superan esas dificultades cuando llegan a la edad adulta. Eso es un porcentaje muy alto. Otra cosa, por ejemplo, que también se sabe y se plasma en los manuales de psiquiatría serios, es que de entre las personas adultas que tienen tendencia o deseo homosexual más de un 30% llega a revertir ese deseo.
Es fácil concluir que lo que nos debe preocupar por encima de cualquier otra cosa son los niños. Porque estos niños que dudan en algún momento se les puede hacer dudar más si frívolamente se les plantea que es simplemente una cuestión de elección.
-¿Hay transgénero reales, que lleguen a precisar de una operación de cambio de sexo para conformarse a su identidad real y, es ello moralmente acertado?
-¿Hay transgénero reales, que lleguen a precisar de una operación de cambio de sexo para conformarse a su identidad real y, es ello moralmente acertado?
-"Transgénero” como tal, personas que no tengan ningún problema biológico sino que simplemente están a disgusto con el género que le ha sido asignado, hay muy pocas. Sí te diré que hay que estudiar caso por caso, que no se puede hablar en general. Es evidente que hay personas que sufren mucho por esto. Yo partiría de esa base más que decir lo que hay que hacer con estas personas; partiría de cada uno y de cada una.
Habrá también que hablar de los estados intersexuales, que existen. Es muy complicado y hay gente que sufre mucho con esto. El problema puede verse agravado cuando en algunos países (como, por ejemplo, Alemania) se ha querido sugerir que no se considere una enfermedad, sino que hay que dejar a los niños que nacen con una indefinición que ellos elijan cuando sean grandes. Eso, por ejemplo, es criminal: es médicamente criminal. Es nada más ni nada menos hacerle un daño psicológico muy grande a una persona.
Personalmente una de las cosas que me preocupa cuando oigo hablar de estos temas es que los mismos que defiende la elección libre de género, habitualmente miembros de comunidades LGBT, o LGTBI [“I” de “Intersexo”, o también LGTBQ, con Q de “Queer”: “distintos”, y también “Cuestionadores”, de “Question”, “pregunta”] dicen: ‘Nosotros somos todos distintos, cada uno podemos hacer lo que queramos’. Defienden la libertad de cambiar su sexo biológico con la ayuda de hormonas y de una operación de modificación anatómica. Pero luego, en la práctica y sin ninguna coherencia, no permiten por ejemplo a una persona que está a disgusto con su tendencia u orientación homosexual acudir a un profesional para que le ayude, ni siquiera a un coach, ni que él quiera. Y ya no digamos a un médico o a un psicólogo. La libertad es muy importante pero por los dos lados, ¿no? Lo intento explicar un poco en mi libro.
El motivo de incluir este trastorno de Disforia de Género en el manual de enfermedades es solo para que las personas que se encuentran a disgusto puedan tener acceso a tratamientos hormonales o a una operación de cambio de sexo. De hecho hubo muchísimas discusiones para quitarlo, las mismas discusiones que se están teniendo en Europa cara a la redacción del manual europeo de enfermedades mentales. Es un motivo médico. Luego es erróneo decir que el asunto no tiene nada que ver con la medicina. Pero se deja dentro porque es evidente que sí.
-Una de las maneras que utilizan los defensores de la ideología de género a la hora de imponer sus ideas es un esfuerzo por manipular el lenguaje: cambiando el uso de las palabras, que pasan a referirse a realidades distintas de las que habitualmente significan. ¿No es como vaciar el núcleo de una célula y ponerle otra carga genética, si me permite el símil de la ciencia biológica? En este caso, una carga semántica para crear otra realidad distinta de la que es, ficticia y por lo que se ve desastrosa.
-En lo que se refiere a los conceptos, me parece que es un área en la que hay que ponerse de acuerdo. Los conceptos y también los símbolos conllevan una carga de significado. Por ejemplo el Arco Iris, símbolo de Paz, usado en el antiguo testamento por Dios mismo para simbolizar una alianza, pasa ahora a significar, para algunos, diversidad sexual. Hay que saber en primer lugar qué significa y qué estoy queriendo decir yo con una palabra. Y luego ponerse de acuerdo con la comunidad.
Las mismas palabras homosexualidad, heterosexualidad, son palabras un poco curiosas. Porque en el fondo a veces se intenta con ellas definir a la especie humana. La especie humana no se define por su deseo o atracción sexual. Es más, incluso las ideas de deseo sexual y atracción sexual corresponden a conceptos distintos. No solamente esto, sino que incluso la idea de orientación sexual son distintas a estas dos. Y a esto le podemos sumar el concepto de “identidad”. Así tenemos cuatro conceptos completamente distintos que a veces se utilizan como uno mismo. O sea, que hay que ver muy bien cuando hablo a qué me quiero referir cuando voy y utilizo una palabra.
De esta manera y en consecuencia con lo reflexionado es siempre mejor a mi entender hablar de personas humanas, y siempre de personas que son varones, mujeres, o han experimentado alguna dificultad, incluso un error en la asignación de su sexo biológico. y a quienes con los medios médicos y científicos disponibles hay que ayudar a que se desempeñen de la mejor forma posible como personas humanas. En el peor de los casos de una asignación errónea del sexo biológico podría valer una reasignación, incluso en la edad adulta después de la adolescencia.
-Una de las más utilizadas es la palabra ya mencionada, género en substitución de la palabra sexo. También encontramos otras más elaboradas como heterosexualidad, sexualidad obligatoria, sexualidad polimórfica, u otras más sencilla como “nuevos modelos de familia”, cuyo cometido parece el hacer sombra a la familia que llaman “tradicional”, como queriendo mostrar que fuera una opción equiparable, sin contar que es el único modelo de familia que hace crecer y prosperar al género humano y a la vez es la natural según la naturaleza propia de la persona humana.
-Yo no tengo problema en asumir la palabra género, porque refleja una realidad y pienso que se puede utilizar bien. El problema aumenta cuando se ha intentado imponer sistemáticamente y abiertamente un modo de pensar a todos. El género también está asociado al rol que tú adquieres, etcétera. Como ejemplo te diré que en el DSM la palabra sexo prácticamente no se utiliza, mientras que la palabra género se utiliza muchísimas veces. Ello, sin embargo, nunca comportará que se deba admitir un discurso que conduce a dar a entender que el sexo biológico no es importante, y que lo importante sería ‘lo que tú quieras hacer con tu vida’, independientemente, dicen algunos pocos, de tu biología. Esto a los médicos les debería de preocupar, y a no pocos les preocupa mucho: es algo que va contra la misma ciencia médica.
La medicina de siempre ha sabido que existe un sexo masculino y un sexo femenino. Hablábamos antes de David, a quien le impuso ser Brenda un médico del Johns Hopkins, y un médico también del Johns Hopkins ahora reniega de ese tipo de actuaciones. El informe Mayer dice explícitamente que muchas de estas personas que sufren o han sufrido un problema de identidad de género en la infancia sufren también en muchas otras ocasiones otras dificultades asociadas, y tipificadas como enfermedad. Eso es duro decirlo pero es así. Y adicionalmente, aunque no siempre vendrán juntos, no pocas veces influye sobre ellas el factor de estrés social sufrido por estas personas al verse menospreciadas o consideradas malas. Más en el pasado, pero todavía hoy.
-Quisiera preguntarle ahora por la figura del padre; se habla menos del padre que de la madre en el contexto de la familia biológica, incluso, diría, que de la familia en que los hijos son adoptados: de la masculinidad se habla menos.
-La figura paterna es fundamental. El Papa Francisco ha hablado de esto en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. Habla de la figura paterna y de la figura materna. Las dos son muy importantes a la hora de educar a los hijos, y el Papa Francisco destaca que la figura y la presencia del padre es indispensable. Se constata fácilmente que la figura del padre falta mucho en la sociedad actual. Se ven muchas familias en que está ausente bien por trabajo bien por no convivir en casa con los hijos. Es realmente un problema social grave.
También hay muchos niños a los que les falta el padre, por ejemplo porque ha fallecido, o por un divorcio, que en sí ya es un factor bastante desestabilizante de la personalidad. Pero esos niños muchas veces buscan y encuentran, o se les ofrece otra figura paterna, un tío o un abuelo. Una persona mayor en fin, y eso es muy importante.
Las madres siempre son las que más están con los niños sobre todo con los niños más pequeños. Pero las madres tienen que soltar a los niños pequeños en un determinado momento y si no los sueltan hacia el padre, eso acaba produciendo dificultades en la maduración del niño. Por eso una de las causas de la atracción sexual por el mismo sexo es una figura materna muy posesiva y un padre ausente que no ha conseguido transmitir los valores de la propia masculinidad debido a su ausencia.
La madre que lo ha tenido nueve meses en el seno y luego lo ha seguido cuidando por un factor social importante, cada vez más se nota en determinadas latitudes o condiciones sociales que no ha sabido soltar a ese niño, no ha sabido hacer que ese niño juegue más con su padre, o en su ausencia que esté más con figuras paternas.
-Finalmente, lo que también vemos es que no toda persona que siente atracción por una persona de mismo sexo pertenece o se siente identificado con la comunidad LGBT y que incluso muchas de estas personas se oponen a los postulados de estas organizaciones. Incluso vemos cómo algunas personas viven en continencia como los solteros, en el caso de personas que mantienen creencias religiosas, al considerar las relaciones sexuales con su elemento relacional de complementariedad sexual en el marco de una antropología cristiana.
-Finalmente, lo que también vemos es que no toda persona que siente atracción por una persona de mismo sexo pertenece o se siente identificado con la comunidad LGBT y que incluso muchas de estas personas se oponen a los postulados de estas organizaciones. Incluso vemos cómo algunas personas viven en continencia como los solteros, en el caso de personas que mantienen creencias religiosas, al considerar las relaciones sexuales con su elemento relacional de complementariedad sexual en el marco de una antropología cristiana.
-Efectivamente, hay mucha gente que no se considera para nadar representada en estos grupos de presión o de representación de este estilo porque por ejemplo ellos no quieren que se atribuya toda su identidad a un elemento tan íntimo como es su sexualidad. A veces, y cada día más, se habla sobre estos temas con demasiada, digamos falta de pudor, con demasiada frivolidad sin considerar lo suficiente que es un problema o una situación íntima de la persona. La persona tiene derecho y necesidad de intimidad. Adjetivando a estas personas con un tag se les encasilla, y muy bien pudieran decir, “eh, quién eres tú para decirme lo que soy yo… ante todo soy un ser humano y si soy cristiano tal vez me considere hijo de Dios y como tal querido por Dios independientemente de mi sexualidad. Y eso es lo que marca lo que me da mi alegría lo que me da mi felicidad”.
ReligionEnLibertad
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