“El teólogo que no reza y que no adora a Dios termina ahogado en el más disgustoso narcisismo”, ha agregado.
En la audiencia de esta mañana a estudiosos y profesores de Teología en el aula Pablo VI del Vaticano, Francisco ha subrayado que “el buen teólogo y filósofo tiene un pensamiento incompleto siempre abierto a la gran obra de Dios y a la verdad y que siempre está en desarrollo”.
Además, ha denunciado que “si falta la bondad y la belleza, se termina por ser un intelectual sin talento, porque un pensador que carece del esplendor de la belleza y sin bondad está sólo maquillado de formalismo”
Bergoglio ha destacado que el desafío de la actualidad es “trasmitir el saber y ofrecer una llave de compresión vital y no un cúmulo de nociones sin relación entre ellas”.
En este sentido, ha comentado que es necesario “una verdadera hermenéutica evangélica para entender mejor la vida y el hombre. Así, el estudio de la Iglesia de Roma no se trata de una síntesis, sino de una atmósfera espiritual de búsqueda y certezas basada en la verdad de razón y de fe”.
Por otro lado, ha dicho que “la filosofía y la teología permiten adquirir convicciones que estructuran y fortifican la inteligencia y además iluminan la voluntad al tiempo que esto sólo es fecundo si he hace con la mente abierta y de rodillas”.
Bergoglio ha invitado a la «colaboración y sinergia entre la Pontificia Universidad Gregoriana, el Pontificio Instituto Bíblico y el Pontificio Instituto Oriental para custodiar la memoria histórica, haciéndose cargo del presente y mirando al futuro con creatividad e imaginación y para tener una visión global de la situación y los desafíos actuales y afrontarlos encontrando nuevos caminos».
Ha elogiado también su esfuerzo como profesores y estudiosos la ciudad y la Iglesia de Roma que conserva «las raíces de fe y la memoria de los mártires y los apóstoles».
Finalmente, ha explicado que la «dialéctica entre centro y periferia asume la forma evangélica según la lógica de un Dios que llega al centro partiendo de la periferia para volver a la periferia». En su discurso ha destacado que la Pontificia Universidad Gregoriana, el Pontificio Instituto Bíblico y el Pontificio Instituto Oriental «son máquinas para producir teólogos y filósofos y ha relacionado el estudio y la espiritualidad».
En la audiencia de esta mañana a estudiosos y profesores de Teología en el aula Pablo VI del Vaticano, Francisco ha subrayado que “el buen teólogo y filósofo tiene un pensamiento incompleto siempre abierto a la gran obra de Dios y a la verdad y que siempre está en desarrollo”.
Además, ha denunciado que “si falta la bondad y la belleza, se termina por ser un intelectual sin talento, porque un pensador que carece del esplendor de la belleza y sin bondad está sólo maquillado de formalismo”
Bergoglio ha destacado que el desafío de la actualidad es “trasmitir el saber y ofrecer una llave de compresión vital y no un cúmulo de nociones sin relación entre ellas”.
En este sentido, ha comentado que es necesario “una verdadera hermenéutica evangélica para entender mejor la vida y el hombre. Así, el estudio de la Iglesia de Roma no se trata de una síntesis, sino de una atmósfera espiritual de búsqueda y certezas basada en la verdad de razón y de fe”.
Por otro lado, ha dicho que “la filosofía y la teología permiten adquirir convicciones que estructuran y fortifican la inteligencia y además iluminan la voluntad al tiempo que esto sólo es fecundo si he hace con la mente abierta y de rodillas”.
Bergoglio ha invitado a la «colaboración y sinergia entre la Pontificia Universidad Gregoriana, el Pontificio Instituto Bíblico y el Pontificio Instituto Oriental para custodiar la memoria histórica, haciéndose cargo del presente y mirando al futuro con creatividad e imaginación y para tener una visión global de la situación y los desafíos actuales y afrontarlos encontrando nuevos caminos».
Ha elogiado también su esfuerzo como profesores y estudiosos la ciudad y la Iglesia de Roma que conserva «las raíces de fe y la memoria de los mártires y los apóstoles».
Finalmente, ha explicado que la «dialéctica entre centro y periferia asume la forma evangélica según la lógica de un Dios que llega al centro partiendo de la periferia para volver a la periferia». En su discurso ha destacado que la Pontificia Universidad Gregoriana, el Pontificio Instituto Bíblico y el Pontificio Instituto Oriental «son máquinas para producir teólogos y filósofos y ha relacionado el estudio y la espiritualidad».
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