Un matrimonio de atletas no podrá compartir habitación en los Juegos Olímpicos; mientras las parejas homosexuales, sí.
Dos tiradores -marido y mujer- de la expedición australiana de los Juegos Olímpicos de Londres han recibido con desagrado la prohibición de compartir una habitación en la Villa Olímpica.
Mark Russell afirma que él y su esposa Lauryn están siendo discriminados, y afirman que saben de parejas homosexuales que comparten habitación en la Vila Olímpica con autorización expresa de los organizadores. Cuando hicieron la solicitud se les dijo que tendría que alquilar una habitación en un hotel si quería compartir una cama, a lo que la pareja responde que siempre comparten una habitación durante los campeonatos más importantes de todo el mundo.
Russell ha afirmado que está siendo discriminado porque no puede compartir la habitación con su mujer atleta, mientras que las parejas homosexuales pueden. Este tirador ha declarado que envió un correo electrónico al Comité Olímpico Australiano (AOC), pidiendo ayuda y explicando que él y su esposa y también tiradora del equipo Lauryn, se les prohibió compartir una habitación, a lo que la AOC respondió que se tendrían que hacerlo en un hotel, según informa el Daily Mail.
Según el mismo diario, la decisión fue tomada por un episodio sucedido en Australia en el que Russell se enfrentó a la AOC debido al consumo de éste de píldoras para dormir. La AOC prohibió ese tipo de medicamentos en los Juegos Olímpicos, pero Russell respondió que para él eran “esenciales para ayudar a desempeñarse mejor”. Su esposa Lauryn también cree que las desavenencias con la AOC se derivan de su participación en una sesión de fotos para la revista Zoo vestida con un bikini y sosteniendo una escopeta. Unas fotografías cuya recaudación está dirigida para el Hospital Royal Children.
“La parte tonta de esto –ha afirmado el tirador australiano-, es que les he contestado que hay un montón de parejas gay en el equipo olímpico que tendrán el alojamiento de forma conjunta, por lo que estamos siendo discriminados por nuestra condición de heterosexuales”.
Además, Russell argumentó que el problema deriva “de mi postura sobre las pastillas para dormir”. Russell añadió que era evidente que los funcionarios tenían un problema con ellos y que se les estaba castigando.
Lo sorprendente de la situación que está viviendo este matrimonio de atletas es la doble moral que destila la organización de los Juegos de Londres, porque si por un lado prohíben que un matrimonio comparta la habitación y por otro deja que parejas homosexuales duerman juntas, además se ha hecho público que tienen previsto repartir entre los atletas de la Villa Olímpica 150.000 preservativos.
De hecho, un reciente reportaje de julio de la revista ESPN que citaba el diario La Vanguardia esta semana desvelaba que las villas olímpicas tienen una altísima actividad sexual entre los atletas.
La ganadora del oro en 200 metros mariposa en Barcelona 92, Summer Sanders afirma en el reportaje que “lo que sucede en la villa se queda en la villa”. “Entre el 70 y el 75% de los deportistas mantienen relaciones sexuales durante los Juegos Olímpicos”, declara Ryan Lochte, nadador con tres oros entre Atenas 04 y Pekín 08.
La Villa Olímpica acogerá a unos 10.000 jóvenes de todo el mundo de cuerpos cuidados. Si a eso le sumamos la sociedad desvinculada que hemos construido lo que queda es obvio. “Hay mucho sexo. He visto gente practicándolo al aire libre, en la hierba que hay entre los edificios”, dice Hope Solo, portera de la selección femenina de Estados Unidos. “Es diferente que estar en un bar; no es difícil entablar conversación; sólo tienes que preguntar '¿qué deporte practicas?', y ya está todo hecho”, añade Solo.
“La villa se convierte en el centro del sexo más grande en el que he estado nunca, algo salvaje”, indica el bracista Eric Shanteau, un deportista ejemplar que nadó en Pekín tras superar un tumor testicular y que también estará presente en la capital británica dentro de pocos días.
Barcelona, que en su momento se ganó el calificativo de haber organizado los mejores Juegos de la historia, también ejerció de pionera, en este sentido. En 1992 empezó la práctica de repartir preservativos entre los atletas. “Se repartían como pizza”, señalan. En Sydney se distribuyeron 70.000 y se precisó una partida extra de 70.000. En Londres cuentan, de inicio, con 150.000.
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