Es
un mal que afecta a más de 100 millones de personas en todo el mundo. La
bacteria que lo causa generó resistencia a todos los antibióticos existentes.
La
resistencia de la gonorrea -una de las cuatro mayores enfermedades de
transmisión sexual- a los tratamientos existentes se ha convertido en una grave
amenaza para la salud pública por la falta de alternativas médicas, reveló hoy
la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Sin
investigación sobre nuevos agentes antimicrobianos, pronto podría no haber
tratamiento efectivo para los pacientes. Estamos preocupados por reportes sobre
el fracaso de la última opción de tratamiento efectivo”, dijo la especialista
de la OMS, Manjula Lusti-Narasimham, en una rueda de prensa.
La
gonorrea afecta anualmente a 106 millones de personas tanto en países pobres
como ricos, pero por ahora es difícil conocer la extensión del problema de la
resistencia en los primeros por las limitaciones de sus sistemas de vigilancia
sanitaria.
Si
no es curada, la infección puede provocar graves problemas de salud, incluso en
los recién nacidos.
Entre
las complicaciones que causa figuran infecciones de la uretra, cerviz y del
recto, infertilidad en mujeres y hombres, y un aumento del riesgo de contraer
el virus del sida, así como embarazos ectópicos, abortos espontáneos y partos
prematuros.
Asimismo,
se han reportado infecciones oculares severas, que pueden provocar ceguera, en
torno a la mitad de bebés nacidos de mujeres con gonorrea sin tratar.
Las
regiones con más casos coinciden con las que sufren de problemas de salud
reproductiva y alta prevalencia del sida: África y el sudeste de Asia.
La
gonorrea había sido hasta hace pocos años una enfermedad fácil de curar y para
la que bastaba tomar una dosis de antibiótico, pero esto están cambiando
rápidamente por el incremento de la resistencia incluso a los antibióticos más
potentes utilizados hasta ahora.
Casos
de ese tipo se han registrado en Australia, Francia, Japón, Noruega, China,
Suecia y el Reino Unidos. En estos dos últimos, los problemas de resistencia
“han aumentado dramáticamente”, sostuvo Lusti-Narasimham.
En
cambio, “no conocemos la extensión del problema en lugares con pocos recursos”,
reconoció la representante de la OMS, quien sin embargo sostuvo que “lo que
sabemos es que el problema es más amplio de lo que estimamos”.
Por
ello, invocó a los países a reforzar la vigilancia de la evolución de esta
enfermedad y a que se impulse la investigación farmacéutica para desarrollar
nuevos productos efectivos para sanar la gonorrea.
“No
tenemos un plan B”, confesó la científica, quien aseguró que “estamos al borde
de una nueva crisis”.
Al
ser una enfermedad que solía curarse con una dosis única de antibiótico, el
tratamiento -según el proveedor del fármaco- costaba entre 2 y 10 dólares, pero
la necesidad de prolongar el tratamiento con más dosis o de utilizar productos
de última generación pueden elevar considerablemente su coste.
Fuente:
EFE
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