Por Antonio Torres
¿Están trabajando desde el gobierno para hacer todo el bien posible en el sentido de evitar toda práctica abortista en España, o se limitan a una derogación parcial con el propósito quizás de tratar de conciliar las opiniones encontradas con relación al aborto en una sociedad pluralista como la española?
El poder de que está investido el Presidente del Gobierno en España, contando su partido con mayoría absoluta en el Parlamento, le permite en principio hacer muchas cosas, pero desconozco si hay o no alguna razón moral que desaconseje o impida al señor Rajoy llevar adelante, en este momento, esa deseada y aún esperada por muchos abolición total de la actual Ley del Aborto.
En último extremo se trata de un problema de conciencia del Señor Rajoy, de sus ministros y parlamentarios, que hemos de respetar; pero se trata también, desde un punto de vista político, de una decisión sobre la que tenemos todo el derecho de estar en desacuerdo y oponernos, quienes compartimos una absoluta oposición a toda ley que pretenda legitimar bajo supuesto alguno el drama del aborto.
Cada vez somos más quienes pensamos de esa forma y constituye una obligación moral de primer orden seguir trabajando en todos los frentes posibles, para que en España llegue el día en que no se practique un solo aborto, lo cual no depende sólo del gobernante en turno ni de la clase política, sino del conjunto de una sociedad civil cada vez con mayor sensibilidad y conciencia en relación con el aborto y sus dramáticas consecuencias individuales y sociales.
Ha sido esa misma sociedad consciente y militante en defensa de las víctimas más indefensas, la que ha contribuido a que se produzca un hecho que, -justo es reconocerlo y una necedad no otorgarle su extraordinaria importancia-, va a ser histórico y de grandes alcances: aún tratándose de una derogación parcial, la nueva Ley del Aborto que resulte finalmente conforme a las declaraciones hechas por los ministros de Justicia y Sanidad, constituirá un paso de gigante y un motivo de mucha esperanza no sólo en España sino para el resto del mundo.
Limitarnos a señalar con el dedo justiciero al político de turno porque no ha hecho todo el bien que creemos que debe hacer, es de dudosa moralidad y además poco práctico. Debemos seguir trabajando y no bajar la guardia, para que este primer paso dado por el actual Gobierno en favor de la vida y las madres embarazas con dificultades, se traduzca en una disminución radical del estremecedor número de abortos en España, un aumento de la sensibilidad en favor de la vida del conjunto de los españoles y, en un futuro no muy lejano, podamos celebrar finalmente la total abolición legal de esa falsa e ilusoria solución que ha sido y continúa siendo desgraciadamente el aborto.
Ahora más que nunca debemos seguir apoyando a las organizaciones y fundaciones que como RedMadre se dedican a atender directa y personalmente a miles de madres embarazadas con dificultades; asistiendo a las concentraciones unitarias "Sí a la vida" en toda España en el Día Internacional de la Vida; formándonos en todo lo relacionado con la defensa incondicional de la vida y, desde la perspectiva política, teniendo en cuenta a la hora de votar el compromiso con la vida de los distintos partidos.
Así es como podremos seguir ejerciendo nuestra poderosa influencia sobre la cultura y la moralidad pública de nuestro tiempo, hasta lograr que se revierta del todo y para siempre esa auténtica conjura contra la vida que supone el aborto, resultado de esa cultura de la muerte que sólo se puede defender desde la más profunda ignorancia, degradación moral u oscurecimiento de las conciencias, que nos vuelven incapaces de distinguir el bien y el mal, reconocer el valor incomparable de cada persona y percibir el carácter inviolable de toda vida humana.
Insatisfechos con la reforma anunciada, pero razonablemente contentos por algo que apunta en una dirección muy positiva, y que demuestra hasta qué punto ha sido y continuará siendo determinante el esfuerzo que, en aras del bien común, han desplegado y continuarán desplegando los activistas en favor de la vida y los españoles de buena voluntad contrarios al dislate del aborto, hasta que desaparezcan final y definitivamente las inicuas disposiciones que queden en vigor en la nueva Ley del Aborto que resulte de la reforma anunciada, la cual deberá terminar por transformarse del todo en una Ley de defensa, acompañamiento y apoyo de las madres embarazadas con dificultades.
Antonio Torres
Presidente Fundación RedMadre
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