En estas fechas vuelve la moda, que se acrecienta cada año, de celebrar la noche de Halloween. Como en estos días se pueden leer muchas cosas dispares, publicamos a continuación un nuevo artículo sobre este tema, firmado por Vicente Jara, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).
¿Es la fiesta de Todos los Santos una cristianización de una fiesta pagana celta anterior?
Halloween es una palabra que aparece por vez primera en el siglo XVI, en concreto en el año 1556, y es una variante escocesa de “all-hallows-evening”, o sea, la noche anterior al día “All Hallows”, que significa “todos los Santos”. Actualmente en occidente es una fiesta en continua extensión con elementos que en nada remiten ya a la fiesta cristiana de Todos los Santos, sino que toma elementos ligados a los muertos tal y como se entienden dentro del paganismo, con importaciones variadas de culturas más o menos antiguas provenientes del continente europeo. Esta fiesta, Halloween, incluso en países de tradición y cultura cristiana se está convirtiendo en una fiesta que está desplazando en muchos ámbitos a la tradicional de Todos los Santos. Algunos sugieren que es una vuelta a lo que siempre fue, es decir, que la fiesta cristiana en su origen fue un añadido cristiano sobre una antigua fiesta pagana celta. Veamos si fue o no así.
La fiesta del paganismo celta: Samhain
Samhain es una fiesta gaélica, celta, y entonces hemos de remitirnos a zonas irlandesas y escocesas dentro de las islas británicas. Esta fiesta marca el final de la mitad luminosa del año, y el comienzo de la mitad oscura del calendario. Actualmente tiene un gran predicamento dentro del neo-paganismo. En el siglo XIX fue profusamente popularizado por James Frazer, el famoso antropólogo y estudioso de mitologías, y por John Rhys, un especialista en pueblos celtas.
El día 1 de noviembre, o mejor, la noche del día 31 de octubre y el amanecer del día 1 de noviembre, es también la celebración católica de Todos los Santos, y esta fiesta se celebra desde el siglo octavo. La pregunta ahora es: ¿en qué fecha celebraban Samhain los celtas? ¿Acaso el día 1 de noviembre, y así fue esta festividad cristianizada por la naciente religión de Jesús de Nazaret?
Hemos de irnos a estudiar el calendario gaélico para responder a esta pregunta. Este calendario es el llamado calendario Coligny, que es el más antiguo de los calendarios precristianos celtas, recibiendo este nombre al ser encontrado en esta comuna francesa. Dicho calendario pretende unir los aspectos solares con los lunares, pero dando más importancia al peso de la luna en su estructura temporal. Tiene 12 meses, y cada 2 años y medio añade un mes adicional para mantener la sincronía.
Esto hace que su periodo sea de 5 años con 62 meses lunares. Además, cada mes siempre empieza con el mismo signo lunar. Por otro lado este calendario parece que divide en dos partes el año, una mitad luminosa y la otra mitad ligada a la oscuridad. Y digo parece porque no es algo claro del todo, entre otras cosas por las horas de luz, que no son las que deberían corresponder a un calendario astronómico basado en los solsticios y los equinoccios como momentos de cambio.
Llamamos equinoccio a aquellos dos momentos del año en que en toda la tierra el día dura lo mismo que la noche. Para el año 2011 esto ocurrió el 20 de marzo (equinoccio de primavera) y el 23 de septiembre (equinoccio de otoño). Los equinoccios nos marcan por ello el cambio de estación.
Ligados a los equinoccios están los solsticios. Estos dos momentos del año son aquellos en que se da una máxima diferencia entre el día y la noche, y corresponden al 21 de junio en este año 2011, solsticio de verano, y al venidero 22 de diciembre para el solsticio de invierno.
Dicho lo cual, podemos decir del calendario Coligny, que es la mejor referencia para hablar de las festividades del paganismo celta, que la mitad del año, la que denominan mitad luminosa, empezaría en torno a la primera luna tras el equinoccio de primavera, o sea, tras el 20 de marzo, si hablamos del año 2011; e igualmente, la mitad oscura del año, la considerarían a partir de la primera luna tras el equinoccio de otoño, o sea, tras el 23 de septiembre, si pensamos en el año en curso 2011.
El año empezaba con la parte oscura, es decir, con la luna central correspondiente al punto medio entre el equinoccio de otoño y el solsticio de diciembre. Si buscamos el día central para el año 2011 entre el 23 de septiembre y el 22 de diciembre, resulta ser el día 7-8 de noviembre. Y la lunación siguiente corresponde al día 10 de noviembre, que es luna llena. Esta fiesta dentro del calendario se denominaba por los celtas Samonios, y al parecer duraba tres días. Este punto, este día, el 10 de noviembre del año 2011, en concreto a las 21h y 18 minutos, es luna llena, de ahí que la fiesta de los celtas, la fiesta pagana que los neo-paganos deberían celebrar cae para ellos el día 10 por la noche, y tiene su apogeo a las 9 y 18 minutos de la noche, y no es la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, que es la Fiesta de Todos los Santos de los cristianos. Al parecer la fiesta gaélica antigua, duraba varios días, tres días en concreto.
Las fiestas de los paganos en la antigüedad no se colocaban en los días que correspondían a los romanos, y ello porque hay una descoordinación. Sin entrar en mayores detalles adicionales, el calendario celta visto es sobre todo lunar, mientras que el calendario juliano de los romanos era solar, como el actual gregoriano que usamos hoy en día.
Hagamos otro inciso: el calendario juliano se cambió en el año 1582 por el actual, el gregoriano, al menos en España y en muchos países de Europa. Otros lo mantuvieron un tiempo adicional más, como en el caso de Inglaterra, o Irlanda. Entre los años 325 y 1582 se fueron acumulando errores en las horas por incorrecciones en los desfases, en concreto un desfase de 11 minutos por año, debido a los años bisiestos mal calculados.
Esto hizo que si bien a finales del siglo III los días coincidían para el año juliano y para el calendario gregoriano -cuidado, que no existía aún, pero supongamos que sí para hacer los cálculos de desfase-, con el paso del tiempo se iban alejando uno del otro; sin embargo, como vemos, en ese final del siglo III las fechas coincidían. Pero en el año 1582 juliano estábamos 10 días retrasados, que hubo que aumentar este año con el calendario gregoriano. Y hoy en día, año 2011, serían 13 días de retraso.
Por todo lo dicho es claro que la fiesta del día 1 de noviembre, o de la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, no corresponde en su origen con la de los celtas, y los seguidores del neo-paganismo no deberían usar dicha fecha, pues la hemos colocado en el día 10 de noviembre haciendo un estudio solar y lunar, como corresponde a su calendario festivo. En conclusión, no son la misma fiesta. Hagamos un apunte adicional más en referencia a lo que a veces se dice de una fiesta pagana romana en la fecha del día 1 de noviembre.
La fiesta romana de la diosa Pomona
La diosa romana Pomona es la diosa de la abundancia frutal, de los huertos, los jardines frutales…. No es una diosa de la cosecha, ni de la naturaleza salvaje florecida o en fruto, sino de los jardines y huertos cuidados, es decir, modelados y cuidados por el hombre, de ahí que su símbolo sea el cuchillo podador. El nombre de “Pomona” viene del latín “pomum”, fruta. El mes de septiembre, según el poeta Ausonio (IV d. C.) es el mes dedicado a su festividad al celebrarse la maduración de la fruta, especialmente de la uva, fruta fundamental dentro del calendario agrícola romano.
Su marido era Vertumnus, dios de origen etrusco, ligado al cambio de estaciones, al crecimiento vegetal y a los árboles frutales, como su esposa Pomona. La fiesta que le rendía culto era el 13 de agosto. En algunas obras se intenta hacer una revisión de la historia diciendo que Pomona tenía su fiesta el día 1 de noviembre. La verdad es que esta diosa menor no tenía fiesta asignada, sino que se consideraba que el mes de septiembre, como hemos citado antes, era su mes. En definitiva, no existía festividad para los romanos en el día primero del mes de noviembre.
La fiesta de Todos los Santos
Por otro lado, centrándonos ya en la fiesta de Todos los Santos digamos que en el siglo VIII, en algunas zonas de las islas británicas, no en todas, se celebraba esta fiesta el día 1 de noviembre. En otras zonas, como en Irlanda, se celebraba el día 20 de abril. Pero empecemos por el comienzo.
Vayamos al siglo anterior, porque fue entonces, en el siglo VII, (en concreto el año 609 d.C., muy posiblemente, aunque pudiera ser el año 610 d.C.) cuando la fiesta surgió, debido a la dedicación del antiguo Panteón romano, como iglesia cristiana, por parte del papa Bonifacio IV, dedicada a la Virgen María y a todos los Mártires. De ahí que el “pan-theon”, que significa “a todos los dioses”, es decir, el templo dedicado a todos los dioses romanos, pasa a ser templo cristiano, y se instaura una fiesta nueva, no para todos los dioses, pues para el cristianismo, como religión monoteísta, Dios sólo hay uno, sino para todos los mártires y para la Virgen María.
No obstante, la fecha inicial de la fiesta fue en el siglo VII el día 13 de mayo, que se tomó de una fiesta dedicada a ellos que ya se celebraba en desde el siglo V al VII. Al parecer la fiesta del 13 de mayo vendría a cristianizar la fiesta de Lemuria, festividad de los romanos celebrada los días 9, 11 y 13 de mayo, en la que se realizaban ritos exorcísticos por los sacerdotes, las vestales y los “patres familiarum” romanos para mantener protegidos los hogares de los muertos que pudieran serles dañinos.
Anotemos que S. Efrén el Sirio en el siglo IV atestigua que la Iglesia de Oriente celebraba en el día 13 de mayo la fiesta de Todos los Mártires, si bien también en aquellas regiones a veces se tomaba para ello el domingo tras Pentecostés o el Viernes Santo.
Será el papa Gregorio III en el siglo VIII quien movió la fiesta desde el día 13 de mayo al día 1 de noviembre, ligada ahora a todos los Apóstoles, todos los Mártires y Confesores, y todos los Santos o Justos de la Iglesia, al dedicarles un oratorio en el actual emplazamiento de la Basílica de San Pedro, según algunos autores el día 1 de noviembre. Sea o no sea esa la fecha en la que ocurrió dicha dedicación, sabemos que el Pseudo-Beda afirmaba que ya a principios del año 700 en Gran Bretaña se celebraba la fiesta el día 1 de noviembre.
El reconocimiento final y completo en su extensión, no sólo ya de la diócesis de Roma, llegaría con el papa Gregorio IV en el año 835 cuando pidió al rey-emperador Luis el Piadoso, hijo de Carlomagno, que marcara la fiesta en el día 1 de noviembre para todo el Imperio Sacro, posiblemente por influjo de las zonas británicas que ya lo celebraban ese día.
Digamos también que en el siglo X de nuestra época tenemos en la antigua literatura irlandesa la mención de la fiesta de Samain, o Samhain, como en la obra El cortejo de Emire, o en La batalla de Mag Tuired. Y ciertamente, no tenemos una mención anterior al siglo X. Además sabemos por el obispo y escritor del siglo IX Oengus de Tallaght (sur de Dublín, Irlanda), que los irlandeses celebraban la fiesta de Todos los Santos el 20 de abril.
Así, los datos más antiguos sitúan la fiesta de Todos los Santos en el día 1 de noviembre, y provienen del siglo VIII, mientras que los datos de la fiesta de Samhain más antiguos son de 200 años más tarde.
Por todo lo afirmado, queda claro que no hay ninguna relación entre la fiesta cristiana de Todos los Santos y ninguna fiesta del paganismo celta. El día 1 de noviembre es una fiesta cristiana desde sus orígenes.
El día de Todos los Fieles Difuntos
Desde los inicios de la Iglesia los fieles difuntos eran recordados por las comunidades eclesiales, siendo los monasterios benedictinos los que desde el siglo VI tenían una celebración solemne pasada la fiesta de Pentecostés, marcando la victoria de Cristo sobre la muerte.
S. Isidoro en el siglo VII cuenta que España lo celebraba el 2º sábado antes de Cuaresma, y sabemos que Germania lo hacía en el siglo X el 1 de octubre, como comenta el abad Widukind de Corvey. Pero será S. Odilón, abad de Cluny, quien en el inicio del siglo XI marcará para todos los monasterios de su orden el siguiente día a la fiesta de Todos los Santos, es decir, el día 2 de noviembre.
Debido al influjo que Cluny ejercía sobre la mayoría de monasterios benedictinos, dentro de la primera reforma de la orden de S. Benito, la fecha del día 2 de noviembre se iría poco a poco haciendo extensiva a todas las órdenes monásticas y religiosas –primeramente a la orden de los cartujos- con el pasar del tiempo, quedando en el siglo XIV recogida en el Ordo Romanus, razón por la cual tampoco esta fiesta de los Fieles Difuntos tiene ninguna relación con fiestas del paganismo precristiano.
FUENTE: RIES
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