El ejercicio aeróbico es mejor que el entrenamiento en resistencia si se desea perder grasa abdominal, que representa una grave amenaza para la salud, señalan investigadores.
Por Robert Preidt
Ese es el hallazgo de un estudio de ocho meses que comparó la eficacia del ejercicio aeróbico (como trotar) con el entrenamiento en resistencia (como levantar pesas) o una combinación de ambas actividades en 196 adultos sedentarios y con sobrepeso de 18 a 70 años de edad.
Los participantes del grupo aeróbico trotaron el equivalente a 19 KM (12 millas) por semana al 80 por ciento de la tasa cardiaca máxima, mientras que los del grupo de resistencia hicieron tres series de doce repeticiones tres veces por semana.
Los investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke observaron cómo estos tipos de ejercicio reducían la grasa que se encuentra en la profundidad del abdomen y rellena los espacios entre los órganos internos. Ese tipo de grasa, llamada grasa visceral y del hígado, se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, diabetes y algunos tipos de cáncer.
El ejercicio aeróbico redujo significativamente la grasa visceral y del hígado, y mejoró los factores de riesgo de la enfermedad cardiaca y la diabetes, como los niveles de resistencia a la insulina, enzimas hepáticas y triglicéridos. El entrenamiento en resistencia no confirió esos beneficios. Los investigadores hallaron que el ejercicio aeróbico más el entrenamiento en resistencia logró resultados similares al ejercicio aeróbico solo.
"El entrenamiento en resistencia es magnífico para mejorar la fuerza y aumentar la masa corporal magra", apuntó en un comunicado de prensa de la Duke el autor líder y fisiólogo del ejercicio Cris Slentz. "Pero si se tiene sobrepeso, como dos tercios de la población, y se desea perder grasa abdominal, el ejercicio aeróbico es una mejor opción porque quema más calorías".
El ejercicio aeróbico quemó 67 por ciento más calorías que el entrenamiento en resistencia, hallaron los investigadores.
El estudio aparece en la edición del 25 de agosto de la revista American Journal of Physiology.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: Duke Medicine, news release, Aug. 25, 2011
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