El Padre Marciano Vidal, C.Ss.R., es un español de 74 años que tiene en su haber una grave amonestación de la Congregación para la Doctrina de la Fe, concerniente a los errores gravísimos que permean sus obras.
Se trata no solamente de errores sobre cuestiones de método, que también los hay y son abundantísimos, sino del uso de principios falsos que inducen a consecuencias y juicios erróneos sobre la Moral católica. En especial, de la materia que tanto se abocan los moralistas: en el sexo.
Las obras que se han hecho acreedoras al público reproche de la Iglesia se llaman “Moral de actitudes”, cuya primera edición vio la luz en 1974, “Diccionario de ética teológica”, y “La propuesta moral de Juan Pablo II” y “Comentario teológico-moral de la encíclica Veritatis Splendor”; no significa esto que las restantes obras estén libres de errores. Significa que estas obras debe ser tenidas como inaptas para la enseñanza en los seminarios y escuelas de Teología, donde eran la lectura obligada en materia de Moral desde hacía un cuarto de siglo, al momento de producirse la amonestación al autor, en el año 2000.
No estará demás aclarar que esa amonestación de la Congregación para la Doctrina de la Fe impuso al padre Vidal, además, la obligación de rectificar no solamente la doctrina que iluminaba los errores que se le señalaran, pero también corregir las futuras ediciones de las obras cuestionadas, lo que debía hacerse bajo la supervisión de una Comisión de Moral de la Conferencia Episcopal Española.
Al momento de la amonestación, casi todos los profesores de Moral en cuatro continentes se habían formado con Marciano Vidal, Bernardo Häring (compañero Redentorista y de amonestaciones de Vidal) y sus obras.
Uno de los puntos más enconados en el error es, como se ha dicho, lo relativo a Moral sexual.
No es que no se le señalen errores en Sagradas Escrituras, Bioética, principios fundamentales de Teología Moral, metafísica y antropología, sino que se apunta a lo que es Moral sexual.
Por lo tanto sus afirmaciones sobre aborto, eutanasia, homosexualidad y fornicación y fertilización asistida, en general deben considerarse erróneas y condenadas por la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.
Se acusa al Padre Vidal de que, para él, la fe “se yuxtapone de hecho a una racionalidad secularizada enteramente proyectada sobre un plano horizontal”, frase que guarda una impresionante y realista analogía con el pensamiento criticado, que trata casi exclusivamente de horizontalidades y yuxtaposiciones.
Vidal es lo que en mi casa se decía, por ejemplo, “un chancho”.
El entonces cardenal Ratzinger lo escribió con alguna solemnidad y eligió las palabras que se leen más arriba.
Luego de la censura vaticana, el redentorista obtuvo que no se le suspendiera su condición de teólogo, comprometiéndose solemnemente a revisar sus obras y su doctrina (no necesariamente en ese orden), sujetándose a la Conferencia Episcopal Española, que debía verificar estos hechos; en el mes de junio del año 2005, la Conferencia Episcopal Española libró una notificación por la cual se hacía saber que el Padre Marciano Vidal, redentorista, no había cumplido su compromiso en la más mínima medida.
Así está hoy la cuestión: Marciano Vidal es un autor censurado por la Santa Sede por sus opiniones gravemente erróneas en materia de Moral —léase la advertencia y se verá que no se condenan sus obras, las cuales se dice que deben ser rectificadas, sino sus doctrinas y su método de trabajo y de exposición— y especialmente en cuanto atañe a los problemas de la homosexualidad, el aborto y la fecundación artificial. ¿Y esto a que viene.....?
En la hojita suelta denominada “El Domingo”, nº 4186 del domingo 29 de mayo, que se reparte gratuitamente en todas las Iglesias de Buenos Aires los fines de semana, se anuncia en la última página el nuevo libro de Marciano Vidal “Sexualidad y Condición Homosexual en la Moral Cristiana”, de la editorial San Pablo. La tapa del libro, cuya foto se reproduce en el anuncio, presenta la imagen equívoca de lo que aparentan ser dos mujeres abrazándose...
Quede advertido el fiel que el domingo concurra a los templos porteños a cumplir con el precepto dominicial. Si estuviésemos en su lugar, no dejaríamos la hojita boyando por ahí; no señor. Se pide a los curas Párrocos que tengan presente lo anterior. Nos llevaríamos toda la edición completa para evitar que cayese en manos de inadvertidos/as, que de esta forma caerían, otra vez, en la trampa de creer que su presente camino no tiene salida.
EN ESAS HOJITAS QUE SE REPARTEN TODOS LOS DOMINGOS HAY UNA PERSONA LLAMADA ---JUAN CARLOS PISAN0----
ResponderEliminarCUYOS COMENTARIOS SIEMPRE APUNTAN HACIA OTROS LADOS
POR EJ EN UNA OPOIRTUNIDAD SANTIFICÓ COMO MARTIRES A LOS CHICOS DE LA -NOCHE DE LOS LAPICES-- Y OTRAS LINDURAS
YO ESCRIBI AVCUANTO OBISPO, IGLESIA CONGREGACION PUDE MADIE ME CONTESTÓ
Juan Carlos Pisano no se juega por la doctrina y el magisterio eclesial, sino por comentarios anodinos, poco profundos, ambiguos en más de una oportunidad.
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