Son imágenes muy duras, como lo es la realidad del asesinato de un niño, que, indefenso por completo, sus progenitores, sin amor alguno y en un estado de locura sin par, deciden su muerte.
Por Eduardo Sebastián Gutiérrez
Realmente, y por obvia consecuencia, tenemos una mejor y mayor comprensión sobre una cuestión determinada, partiendo desde los hechos, que desde los razonamientos que los originan.
En este sentido, toda la cuestión del aborto, cambia radicalmente de perspectiva cuando estamos frente a la dramática presencia del asesinato, aunque estuviésemos en oposición, y nunca hubiésemos presenciado los procedimientos y resultados de tal ignominia.
Son imágenes muy duras, como lo es la realidad del asesinato de un niño, que, indefenso por completo, sus progenitores, sin amor alguno y en un estado de locura sin par, deciden su muerte.
Dicen algunos que se trata del derecho de elección por parte de los padres, y algunos de sólo la madre, como si lo primordial del Amor fuera el placer sin límites e irresponsable, únicamente pensando en el loco egoísmo, que se diferencia del onanismo o masturbación, en que es compartido por otra persona, pero que se le agrega en el caso de abortar, un asesinato y una asociación para cometerlo, que va mas allá de los padres, sumándose a los varios intervinientes.
Pero hay otra cuestión, invisible a simple vista, que no se ve ni se puede tocar, que dramatiza aun más esta aberración, poniéndola en la verdadera dimensión del pecado que realmente representa: El bebé asesinado, ve truncada su posibilidad del poder Amar a Dios y rendirle el culto que le es debido, y este es el verdadero trasfondo de toda esta inmunda política y cultura pro abortista tan en boga.
No es la defensa del orden natural únicamente lo que nos debe mover a defender la vida, y atacar el asesinato del aborto; no, debe ser esto, más la defensa del acceso a la vida sobrenatural lo que debe efectivamente movernos a completar adecuadamente la firme posición de la Defensa de la Vida y por la Vida.
Ver:
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=10432
Decidir ANIQUILAR LA VIDA es un acto de HORROR que un humano decide en pleno ejercicio de su LIBERTAD. Pero de la misma dimensión del ABORTO, se ejecutan ACTOS hacia SERES HUMANOS, que son TAN FRAGILES COMO UN NIÑO EN GESTACIÖN. Tendrías que reorganizar TUS IDEAS, porque el comentario que publica, es a la vez una práctica que en el terreno de las RELACIONES HUMANAS, te autorizas a realizar.
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