La revista se llama “Educación Sexual Integral. Para charlar en familia”. Se hicieron seis millones de ejemplares con la ayuda del Fondo de las Naciones Unidas para la Población, que deberán llegar a los padres a través de sus hijos, ya que están siendo enviados a los colegios.
“Esta publicación es inaceptable. El Ministerio de Educación de la Nación se entromete en los hogares argentinos con una propuesta carente de sentido moral. Es de esperar que rebote en el sentido común de la mayoría de los padres de familia, todavía no estragado por los ideólogos. Es una pena que se haya desperdiciado una magnífica oportunidad de hacer las cosas bien”, afirmó.
“El Ministro de Educación presenta este proyecto por referencia al concepto de educación sexual integral, que no se reduce a hablar de las relaciones sexuales, sino que incluye la afirmación y respeto de valores específicamente humanos. Lamentablemente eso es lo que no aparece luego en el interior de esta publicación. Es una buena ocasión desperdiciada”.
Detalla aspectos cuestionados como “la falta de toda consideración moral, como si ese ámbito de la conducta humana no debiera regirse por la conciencia recta y el empeño de la voluntad en el bien”, que se presente “la masturbación como algo absolutamente normal y prácticamente necesario en el desarrollo de la pubertad”, la “velada promoción de relaciones sexuales prematuras” y que “no hay ninguna referencia explícita a la finalidad misma de la sexualidad, vinculada como valor auténticamente humano con el amor, con el matrimonio, con la familia”.
Comentó que “se registra en la publicación una obsesión por el preservativo. Se habla de todos los métodos anticonceptivos, pero sobre todo el preservativo es considerado como el único eficaz para prevenir el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual, incluso el sida. Se emplean varias páginas para insistir en la necesidad de su uso, con precisas instrucciones. Contradiciendo datos científicos fehacientes se oculta que el preservativo no es absolutamente eficaz, sobre todo para impedir el contagio del virus que provoca el sida”.
Mons. Héctor Aguer indicó que se mencionan “diversos tipos de familia y que no hay uno mejor que otro; todos son buenos. Habla el texto de familias con dos papás, con dos mamás, con un papá y una mamá, con un papá solo, con una mamá sola. En este punto se desliza una confusión, porque no es lo mismo que falte uno de los progenitores porque ha ocurrido una separación o se da un caso de viudez que las formas antinaturales de unión que hoy día quieren ser presentadas como verdaderas familias. Se advierte en este tema la funesta consecuencia pedagógica de la ley que el año pasado alteró la esencia del matrimonio”.
Explicó que la revista tiene “errores científicos muy serios” como por ejemplo que se dice “que la pastilla de anticoncepción hormonal de emergencia –la píldora del día después- no afecta para nada al embrión, sino sólo retrasa la ovulación y espesa el moco del cuello del útero para impedir que el espermatozoide se encuentre con el óvulo y evitar así el embarazo. Se sostiene errónea o engañosamente que ese recurso no afecta en nada al embrión, es decir que el embarazo puede continuar su desarrollo normal. ¡Esto no es así! Todo el mundo sabe que las sustancias químicas contenidas en esta píldora impiden la anidación del embrión si la fecundación se ha producido, provocando de este modo un aborto ultratemprano”.
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