La Asociación de Editores Norteamericanos (AAP) ha hecho públicas sus cifras de venta correspondientes al pasado mes de febrero y en dicho informe se ha podido comprobar cómo por primera vez, la venta de títulos para ebooks ha superado a los libros impresos en todos los formatos, tanto de tapa dura como de bolsillo.
Según estos datos, el ebook ya se ha convertido en el formato favorito de los lectores. En enero, la AAP afirmó que año tras año la venta de estos dispositivos aumenta un 116%. En febrero de este mismo curso este crecimiento se aceleró, hasta alcanzar el 202,3% del volumen del mismo periodo el pasado año. Muchos asocian este crecimiento como una consecuencia paralela de la venta masiva de tabletas, entre ellas el iPad 2.
También han crecido notablemente las ventas de los Audiobook. En este caso, las ventas crecieron un 37% respecto hace doce meses, a lo que hay que sumar un incremento notable en enero. Este aumento de ventas, junto a la mayor venta de ebook, señalan un claro cambios en nuestros hábitos de consumo de libros, ya que ahora se busca la posibilidad de poder leerlo en cualquier momento en un dispositivo móvil.
Claro está que, en cierta medida, el libro de bolsillo siempre ha cubierto esta posibilidad. Pero ni su tamaño reducido ni su menor peso le ha salvado de la caída de las ventas. Los libros digitales superaron a los impresos en todas las categorías, lo que incluye literatura para adultos en formato tapa dura (cosa que ya había conseguido el Kindle de Amazon el pasado año) y en formato de bolsillo. También han dejado atrás al papel en el caso de la literatura infantil y juvenil, en ambos formatos.
¿Una moda o una tendencia duradera?
La AAP ha sugerido que esta tendencia puede ser producto de las ventas post-vacacionales, momento en el que muchas personas recibieron un ebook como regalo de navidad. Aún así queda mucho tiempo para ver si esta tendencia se mantiene o no sobrevive más allá de la novedad de estrenar esta tecnología para muchos lectores, que posteriormente se olvidan de ella.
Otro dato significativo es que no solo ha crecido el interés por nuevos títulos, sino que los consumidores han demandado libros antiguos y algunos clásicos, a pesar de que se imprimen año tras año, para cargarlos en sus nuevos lectores electrónicos.
Mientras que esta moda de comprar libros puede sonar como música para los oídos para la industria editorial, los rumores sobre los ebooks no han frenado la caída de ventas. Aunque a estas alturas del año, la venta de títulos para ebooks ha crecido un 170%, la venta de libros impresos, que sigue siendo una parte mucho más importante en los ingresos de los editores, ha caído una cuarta parte.
Tom Allen, el CEO de Asociación de Editores Americanos, pone un enfoque positivo a estas cifras al recodar que “a la gente les encanta los libros”.
Quizás estos suponga una nueva solución al provocar una nueva afición para leer (y comprar) libros. Pero para muchos lectores, este cambio no será para tanto, puesto que compramos más libros pero no lo hacemos al mismo precio que antes. Esto obligar a la industria a tener que vender muchos más títulos que hasta el momento para mantener el volumen de negocio.
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