Las amenazas de las bandas criminales (Bacrim) al servicio del narcotráfico han llevado al exilio o traslado de varios sacerdotes, denunciaron jerarcas de la Iglesia católica colombiana en declaraciones al diario El Tiempo de Bogotá.
"Hemos tenido que trasladar párrocos e incluso algunos sacerdotes han tenido que dejar el país para buscar refugio en el exterior", dijo el presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, monseñor Rubén Salazar.
Aunque señaló que es muy difícil conocer cuántos sacerdotes se han visto afectados por dicha situación, el jerarca católico aseguró que "hay muchas presiones de quienes están al servicio del narcotráfico o de la explotación minera ilegal", que según autoridades es utilizada para lavar dinero ilícito.
Lo cierto, agregó el obispo, es que existen amenazas como "usted cállese", "si hace tal cosa tiene que abandonar la región o la parroquia".
Según datos oficiales, en al menos 16 de los 32 departamentos (provincias) de Colombia operan principalmente siete bandas criminales, integradas por antiguos paramilitares que ahora se encuentran al servicio de organizaciones del narcotráfico.
En sus declaraciones, Salazar también denunció que la corrupción es un cáncer que está matando al país, y puso como ejemplo el desastre dejado por la temporada de lluvias que azotó a Colombia a finales de 2010, que según él, se hubiera podido evitar.
"Es terrible lo que estamos viendo todos los días. Por ejemplo lo que pasó con la ola invernal. Muchos de los desastres que sucedieron se pudieron evitar", dijo, tras señalar que una de las causas para que la corrupción continúe es "porque la justicia no ha actuado, no ha sido suficientemente drástica".
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