Por Terrence McKeegan, J.D.
El movimiento internacional para incluir el comportamiento y la identidad homosexual dentro de una nueva clase de derechos especialmente protegida una vez más pone la mirada en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
La UE planea presentar allí una declaración conjunta similar a otra liderada por ella en 2008, en la que exigió que se incluyera la «orientación sexual» y la «identidad de género» como categorías protegidas contra la discriminación, que fue presentada ante la Asamblea General de la ONU y respaldada por 66 países. La declaración de 2008 encontró resistencia mediante una contradeclaración presentada y refrendada el mismo día por cerca de 60 países, a la que se sumaron declaraciones aisladas que censuraron el manifiesto de la UE, emitidas por Rusia, Bielorrusia y la Santa Sede.
El borrador de la actual declaración conjunta obtenido por Friday Fax trae a la memoria tanto la de 2008 como la de 2006, que fue presentada por Noruega ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y firmada por 54 países.
La declaración noruega de 2006 se centraba fuertemente en la cuestión de la violencia contra las personas a causa de su orientación sexual o de su identidad de género. La declaración de 2008 liderada por la UE iba mucho más allá y demandaba la despenalización de toda ley de sodomía. Contenía un lenguaje general y ambiguo que exigía que fueran «llevados ante la justicia» los perpetradores de violaciones a los derechos humanos basadas en la orientación sexual o en la identidad de género.
El actual borrador de la declaración hace alusión a un discurso pronunciado en enero por el secretario general Ban Ki-moon en el Consejo de Derechos Humanos, en el que afirmó: «Comprendo que la orientación sexual y la identidad de género suscitan cuestiones culturales sensibles. Pero la práctica cultural no puede justificar ninguna violación de los derechos humanos». En la celebración del Día de los Derechos Humanos el pasado diciembre, el secretario general exigió la total despenalización de la ley de sodomía y sostuvo que la «orientación sexual» y la «identidad de género» son categorías protegidas según la Declaración Universal de Derechos Humanos, que fue ratificada en 1948.
Mientras que la mayoría de los defensores de los nuevos «derechos» para los homosexuales aún aseguran que sólo intentan proteger a los homosexuales de la violencia y de las violaciones burdas, la aplicación de leyes en esta área revela un panorama muy diferente.
En 2007, el Reino Unido estableció reglamentaciones sobre orientación sexual que efectivamente clausuraron todas las agencias católicas de adopción en el estado por negarse confiar niños a parejas del mismo sexo.
A comienzos de este mes, una corte del Reino Unido dictaminó una histórica sentencia por la que negó a una pareja cristiana la posibilidad de ser padres adoptivos basándose en el hecho de que ellos no aprobarían la homosexualidad. La corte determinó que el derecho a la libertad religiosa no podía suplantar el derecho secular que exige la no discriminación basada en la orientación sexual. Un juez de la causa dijo que «las leyes y usanzas del reino no incluyen a la cristiandad, en cualquiera de sus formas. El aforismo “el cristianismo es parte del derecho común de Inglaterra" es mera retórica».
El año pasado, una ley del distrito federal de Columbia que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo contenía disposiciones que obligaron a la Arquidiócesis Católica de Washington D.C. a dar de baja sus servicios de colocación de niños y a dejar de ofrecer beneficios maritales para sus empleados.
Tal como en 2008, los países que se opusieron a la agenda de «derechos» homosexuales planean presentar una contradeclaración en el Consejo de Derechos Humanos este mes. (CFam.org)
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano
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