Por Julio César Ruiz
Una de las noticias más preocupantes del año 2010 fue, sin lugar a dudas, la que titulaban los diarios de esta manera:
Causa consternación la muerte de ocho adolescentes en Rosario de la Frontera, Salta, Argentina por provocarse auto asfixia
En realidad, este juego fue practicado por muchos más niños, de los cuales, sólo se conoce el fallecimiento de estas ocho criaturas.
Como si ello, por sí mismo, no hubiera causado dolor generalizado en la población y temor entre los padres, por la réplica que podría darse entre los adolescentes, el programa Gran Hermano, lo muestra de modo masivo, abruptamente, en vivo y sin advertencia.
Es obscena la presentación del conductor Jorge Rial, que vuelve a rememorar estas escenas y más aún la hipocresía que muestra al final para excusar lo inexcusable. Por supuesto, en estos momentos, está siendo el video más visto de YouTube.
Cuando se le consultó al animador, si iban a denunciar este caso a la Justicia, dijo que no, por cuanto la joven, mayor de edad, aceptó de conformidad, la realización de tales prácticas. El daño potencial de millones de niños ni cuenta y ni siquiera lo consideran.
Todo vale, hasta la muerte de personas para sostener el raiting.
Observen al final, la reprimenda que le da El Gran Hermano, al hermanito, Emanuel Di Giogia, que le enseña al resto y por supuesto a los televidentes, cómo se asfixia a una persona. La hermanita, que acepta, también sin interesarle quién la ve, a pesar que sabe que existen dentro de la casa 36 cámaras, se llama Luz Rios.
Cuando ustedes observan el estado de inconciencia de Luz tirada en el sillón, es el momento en que nadie puede ayudarla, es el momento en que está entre la vida y la muerte y tan sólo le rescata la conciencia algunas condiciones particulares de su salud, si la tiene, cosa que por supuesto, antes no fueron verificadas.
¿Qué le pasa a los argentinos? ¿Qué le pasa al Gobierno Nacional que no interviene en ésto, al menos en procura de la contención de niños que podrían querer imitar estas escenas? ¿Para dónde estamos yendo?
Señores fiscales, ustedes saben que están cometiendo, como mínimo, un delito penal que se llama, incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Como siempre le decimos a los padres, aprovechen este artículo, compartan estas imágenes con sus hijos y juntos, saquen sus conclusiones. Es una manera que tienen las criaturas, de darse cuenta, que estamos al lado de ellas y que ellas son los seres que más nos importan.
El resto, usted lo ve…es un caos, todos están en la carrera proselitista de este año electoral.
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