miércoles, 19 de enero de 2011

EL PAPA BENEDICTO XVI BEATIFICARÁ A JUAN PABLO II EL 1 DE MAYO

El Papa Benedicto XVI beatificará a Juan Pablo II el próximo 1 de mayo, Domingo de la Divina Misericordia, según informó el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi.

Sobre la beatificación de Juan Pablo II se publicó hoy un comunicado en el que se señala que este viernes 14 de enero "durante la audiencia concedida al Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Papa ha autorizado a este dicasterio a promulgar el Decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II (Karol Wojtyla). Este acto pone fin al proceso que precede al rito de beatificación".

El texto explica luego que la causa de Juan Pablo II se inició antes de los cinco años después de la muerte que exigen las normas vigentes, gracias a una dispensa pontificia, debido a "la imponente fama de santidad de la que gozó Juan Pablo II en su vida, en la muerte y después de la muerte. Por lo demás, se observaron en su totalidad las disposiciones canónicas comunes acerca de las causas de beatificación y canonización".

El comunicado señala además que entre junio de 2005 y abril de 2007 se realizó la investigación principal romana y las rogatoriales en diferentes diócesis sobre la vida, virtudes, fama de santidad y de milagros.

"La validez jurídica de los procesos canónicos fue reconocida por la Congregación para las Causas de los Santos con el Decreto del 4 de mayo de 2007. En junio de 2009, examinada la 'Positio' (expediente de la causa), nueve consultores teólogos de la Congregación dieron su parecer positivo sobre la heroicidad de las virtudes del Siervo de Dios".

"En noviembre, siguiendo el procedimiento habitual, la misma 'Positio' fue sometida al juicio de los cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, que se expresaron con sentencia afirmativa".

Tras esa investigación el Papa Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto sobre la heroicidad de virtudes el 19 de diciembre de 2009.

El texto señala luego que la postulación de la causa de Juan Pablo II "presentó al examen de la Congregación para las Causas de los Santos la curación de la 'enfermedad de Parkinson' de la hermana Marie Simon Pierre Normand, religiosa del Institut des Petites Soeurs des Maternités Catholiques".

"Como es habitual, las numerosas actas de la investigación canónica, regularmente instruida, junto con los detallados exámenes médico-legales, se sometieron al examen científico de la Consulta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos, el 21 de octubre de 2010".

Los expertos, indica el texto, "tras haber estudiado con la habitual minuciosidad los testimonios procesales y toda la documentación, se expresaron a favor de que la curación era científicamente inexplicable".

"Los consultores teólogos, tras haber revisado las conclusiones médicas, el 14 de diciembre de 2010 procedieron a la valoración teológica del caso y reconocieron por unanimidad la unicidad, la antecedencia y la invocación coral dirigida al Siervo de Dios Juan Pablo II, cuya intercesión había sido eficaz para la curación milagrosa".

El comunicado concluye indicando que el 11 de enero de 2011 se celebró la Sesión Ordinaria de cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos que "emitió un fallo unánime y afirmativo, considerando milagrosa la curación de la hermana Marie Simon Pierre, en cuanto realizada por Dios de modo científicamente inexplicable, después de interceder al Papa Juan Pablo II, invocado con confianza tanto por la misma persona curada como por muchos otros fieles".

Proceso de canonización

El proceso de canonización solo puede comenzar una vez transcurridos un mínimo de cinco años desde la muerte del candidato. El primer paso es el reconocimiento de la heroicidad de virtudes; es decir, el haber vivido en grado sobresaliente la fe, la esperanza y la caridad.

Tras el decreto de heroicidad, se espera un milagro obrado por la intercesión del Siervo de Dios, con lo que se abre el camino a la beatificación.

Una vez proclamado beato, se espera a un segundo milagro debidamente investigado y aprobado por las autoridades eclesiales que abrirá el camino a la canonización.

Todos los pasos mencionados en este proceso pasan por la aprobación del Papa.



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