lunes, 27 de diciembre de 2010
MONSEÑOR AGUER Y LAS 3 CLAVES DE NAVIDAD
En su reflexión semanal, Mons. Héctor Aguer, se preguntó “¿qué sentimientos, qué actitudes, corresponde exhibir ante el gran misterio que hoy celebramos, la Navidad del Señor?”
El Arzobispo de La Plata consideró que las tres claves más importantes son Admiración, Alegría y Esperanza. Consideró que el Pesebre de Belén es “una lección de sobriedad: Cristo elige nacer en la pobreza, en un lugar prestado, en un contexto que es inequívoco al respecto”.
“Jesucristo ha sido un embrión en el seno de María Santísima, formado por la acción del Espíritu Santo. Ha nacido virginalmente de Ella. Ha sido niño, ha sido adolescente y ha llegado a la adultez, a la plena edad de la madurez humana, capaz de entregarse libremente por nosotros y ofrecernos, atravesando la muerte, desde la gloria de la resurrección, un futuro definitivo para la humanidad”, manifestó.
Destacó que “la Navidad es causa de alegría porque hemos sido privilegiados de este modo. Al hacerse hombre, el Hijo de Dios manifiesta el amor del creador por su criatura y exalta su dignidad. Ante todo se justifica la alegría” y explicó que “Cristo nos ha comunicado esa vida sobrenatural que empieza con la gracia y nos acompaña durante nuestra existencia temporal para eclosionar en la vida eterna”, por eso el “gozo de la Navidad tiene que marcar, de suyo, para siempre, la vida del cristiano, como el sustrato espiritual que nos hace posible vivir con serenidad y fortaleza las tristezas, los dolores y las tragedias de la vida”.
Explicó que “la Navidad suscita en nosotros un sentimiento de esperanza. Si bien esta Navidad, y cada Navidad, nos muestra un mundo de luces y sombras, pruebas que llegan hasta el límite de lo soportable, los cristianos después de la Encarnación de Dios tenemos que vivir en la esperanza. Si Dios se ha ocupado de esa manera de nosotros, ¡cómo no va a escuchar nuestras plegarias, cómo no nos va a asistir en nuestros problemas, como no nos va a ayudar para que podamos abrirnos el camino!”.
Al finalizar su reflexión, Monseñor Héctor Aguer deseó “¡Feliz Navidad!” esperando “que podamos gozar de esta Navidad y que comprendamos que, de alguna manera, todos los días del año pueden ser Navidad si reconocemos esta visita que Dios nos ha hecho para quedarse definitivamente con nosotros”.
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