domingo, 28 de noviembre de 2010
RECONSIDERAR EL ADVIENTO: LA HISTORIA DE UN GRAN DIAMANTE
Comienza un nuevo año litúrgico con el tiempo de Adviento. Aunque estamos acostumbrados al término «adviento», podemos no profundizar en toda su riqueza.
Por el Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
Adviento quiere decir "venida". Es Jesús quien viene no deja de ser un misterio. Aunque conocemos una parte de él, esconde muchas riquezas. Necesitamos recordarlo cada año para profundizar y descubrir luces nuevas.
¿Para qué viene Jesús? Para traernos la salvación: nos trae la verdadera libertad frente al mal, el pecado y la muerte. Esa libertad nos la consiguió Jesús con su muerte redentora. Por eso, Adviento es sinónimo de esperanza. Hemos sido salvados.
2) Para pensar
Las joyas de la Corona británica son una serie de joyas, pertenecientes a la Casa Real Británica. Se considera que es la colección de joyas más valiosa del mundo.
Entre sus tesoros está la “Corona de la Reina Isabel” la cual contiene el diamante más antiguo conocido: el Koh-i-noor (significa ‘montaña de luz’). Es de 105 quilates (21,6 gramos).
Se cuenta que este diamante tan valioso fue ofrecido a la reina Victoria por el marajá de la India cuando éste apenas era un niño. Años después, cuando él ya era un hombre mayor, el marajá visitó a la Reina Victoria en Inglaterra. Pidió que la piedra fuera traída.
Tomando el diamante en su mano, él marajá se arrodilló frente a la reina diciendo: “Su majestad, yo le di esta joya cuando era un niño, demasiado joven para entender lo que estaba haciendo. Deseo dársela de nuevo a usted en la plenitud de mis fuerzas, con todo mi corazón, afecto y gratitud, ahora y para siempre, en plena conciencia de mi acto”.
Así como el marajá quiso hacer más consciente el acto de donación, nosotros hemos de ser más consciente de lo que significa que el mismo Dios venga a nosotros.
3) Para vivir
Este Adviento nos recuerda que Dios ha construido un puente entre el cielo y la tierra: Jesucristo. Dios busca al hombre para darnos su amor y su vida.
Viene año tras año con rostro de niño. Llega a la tierra despojado de toda gloria divina y humana.
Adviento es, pues, tiempo para acompañar a la Virgen María en espera del nacimiento de su Hijo. Pidámosle nos ayude a preparar esa venida como Ella lo hizo.
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