Mons. Jorge Lozano se encuentra en Roma para participar, desde el sábado 7 de marzo, de la visita “ad límina apostolorum”, de los obispos argentinos. Desde Roma comparte sus experiencias de los primeros días en esa ciudad. En próximas entregas les enviaremos otros escritos del obispo de Gualeguaychú.
Visita "ad límina"
Desde el 7 de marzo los obispos argentinos venerarán los sepulcros de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, visitarán diversos dicasterios de la Curia Romana, serán recibidos individualmente por el Santo Padre a quien le presentarán un informe sobre la situación de su diócesis, y finalmente Benedicto XVI los recibirá en una audiencia colectiva y les dirigirá una alocución en la que abordará temas de gran importancia para la vida de la Iglesia en la Argentina.
Mons. Lozano se encontrará con Benedicto XVI en audiencia privada el próximo 13 de marzo. Por eso, el obispo ha pedido que recemos “para que del encuentro con el sucesor de Pedro y sus colaboradores surjan orientaciones que nos ayuden a crecer como discípulos misioneros de Jesús”.
De acuerdo a lo establecido por la Congregación de Obispos y por el pedido de alguna Congregación Pontificia en particular o por sugerencia de la Comisión Permanente de la CEA, los Señores Obispos visitarán los siguientes organismos romanos:
Congregación para el Culto Divino
Congregación para el Clero
Pontificio Consejo de la Cultura
Congregación para los Obispos
Congregación para las Iglesias Orientales
Pontificio Consejo Justicia y Paz
Pontificio Consejo para la Familia
Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos
Congregación para la Doctrina de la Fe
Pontificio Consejo “Cor Unum”
Penitenciaría Apostólica
Pontificio Consejo para los Laicos
Pontificio Consejo de la Pastoral para los Migrantes
Tribunal de la Signatura Apostólica
Congregación para la Educación Católica
Congregación para los Institutos de Vida Consagrada
Además, se tienen previstas las siguientes Celebraciones:
Misa en la Basílica de San Pedro (Altar de la Tumba de San Pedro)
Misa en la Basílica de San Pablo Extramuros
Misa en la Basílica de Santa María Mayor
Misa en la Basílica de San Juan de Letrán
“Actividades en Roma. Visita ad Limina”
Lunes 2 de Marzo de 2009: Entrando en Roma
A las 9.30 de la mañana el avión llega al Aeropuerto de Roma. Hace frío y llueve débilmente.
Del mismo aeropuerto sale un tren que lleva a una Terminal en el centro de Roma.
Por la ventanilla mojada se ven los campos sembrados y algunos animales. Unas pocas casas bajas en las que imagino personas, historias, vidas.
El tren atraviesa algunos túneles, unos cortos, otros más largos. A la salida de uno de ellos comienzan barrios con construcciones de 3 a 5 pisos. Comunes, aunque de coloridos particulares (pastel, ladrillo, rosado, celestes…). Las vías nos adentran de a poco en la ciudad de Roma.
De pronto comienzan a emerger testimonios de otra civilización. Muros que han sido parte de un puente, o un templo del Imperio Romano. También comienzan a verse cúpulas de Iglesias de otros siglos.
En mi corazón resuenan dos palabras (por sobre otras) que se llaman mutuamente: raíces y fe. Se llaman mutuamente. Por aquí se las suele ver juntas, como a dos amigas inseparables que pasean de la mano sin sobresaltos. Pero por momentos la amistad parece empañarse, y es cuando el llamado mutuo se realiza con vehemencia. Hasta se puede “escuchar” a las raíces sumergidas en oscura y profunda soledad gemir extrañando la fe. Y se la puede ver a ella —la fe— buscando en aquellas —las raíces— claridad en el horizonte, un rumbo que ayude a no vivir cada problema como si fuera el primero, el único, el más grave.
Y con todos estos pensamientos viajando en el tren que me sigue llevando a Roma, las raíces sin la fe transforman los Templos en galerías de arte, museos o piezas arquitectónicas.
Es la diferencia entre lo que anhela encontrar el turista y el peregrino.
Roma ciudad eterna. Roma ciudad de fe.
Mientras pienso en estas imágenes llegamos a la estación “Roma Termini”. Allí confluyen varias líneas de trenes, de subtes (Metro), de colectivos.
Me toca hacer un recorrido breve en el Subte, sólo dos estaciones y emerjo en una ciudad como sería una cualquiera en la Roma de varias décadas atrás. Veo una plaza alargada con forma casi triangular y sin árboles. La rodean edificios de no más de dos o tres pisos altos cada uno. Un Teatro, un Hotel, negocios pequeños. Puedo imaginar que estamos comenzando o promediando el siglo XX.
Paró de llover. Ahora el aire es pesado y húmedo. A media cuadra por una calle lateral está la casa donde me alojaré en estos días. Allí vive una comunidad de los padres Agustinos Recoletos.
El Prior es un sacerdote Filipino y es responsable de la casa junto a un sacerdote español que es Consejero General de la Orden aquí en Roma. Conviven varios sacerdotes jóvenes, de unos 30 años. Dos de México, dos de Filipinas, dos españoles, un argentino, un diácono de Guatemala…
Todos ellos estudiando para Licenciatura y/o Doctorado en Biblia, Patrística, Teología Moral, Teología Dogmática, Pastoral Juvenil, Comunicación Social…
Comparto con ellos algunas de las oraciones, la Eucaristía y la mesa en los pocos momentos que estoy en la casa. Hacía más de dos años que no me tocaba presidir la Misa en Italiano.
Martes 3 de al Jueves 5 de Marzo de 2009: Monasterio Trapense
Vuelvo temprano a la Terminal. Poco después de las 7 sale un tren que me llevará al Monasterio Trapense que está medianamente cerca de Roma. En una hora llego a una estación y allí me espera un auto que en media hora de camino de montaña no muy alta me deja en la portería.
Allí me voy a encontrar con Andrea. Somos muy amigos. Éramos compañeros del mismo grupo juvenil en una Parroquia de Barracas, en Buenos Aires, y trabajamos juntos en la Acción Católica. Ella nació y se crió en Gualeguay. Durante algunos años su familia se trasladó a Buenos Aires y allí nos conocimos. Siempre hemos intercambiado cartas y algún llamado telefónico al año.
Y por esos misteriosos caminos del Señor ella es monja Trapense aquí y yo Obispo de Gualeguaychú. En estos tres días alimentamos la amistad con diálogos, silencios, mates, oraciones.
En esta comunidad hay cerca de 70 monjas. Voy entrando en otro ritmo. Disfruto de la belleza de la liturgia, de la alabanza. No hay apuro para otra cosa más que adorar al Señor. La Salmodia, el canto gregoriano, la cítara, el arpa… Con la sobriedad (y casi el despojo) de la Cuaresma. De manera especial rezo por las comunidades monásticas de nuestra Diócesis (las Carmelitas y Benedictinos), y por religiosas y religiosos, consagradas, vírgenes consagradas, vocaciones de especial consagración.
Una de las “joyas” del Monasterio es la Capilla dedicada a la Beata María Gabriela de la Unidad. Ella murió el 23 de Abril de 1939, a los 25 años de edad, ofreciendo su vida por la unidad de la Iglesia y de todos los cristianos. En el altar que está sobre su tumba celebré la misa por esas intenciones.
En estos días compartimos también un rato de Encuentro y Diálogo con la Comunidad Monástica. Les conté de la Asamblea de Aparecida, de la Diócesis y de varios temas que ellas iban preguntando.
Estos tres días de amistad y oración me disponen mejor para comenzar desde Cristo.
Por la tarde regreso a Roma y me preparo para unas jornadas intensas en las próximas 48 horas.
Creo que lo que estoy viviendo es un precioso regalo de Dios.
Jueves 5 y Viernes 6: Simposio CELAM – Misereor
Durante estos dos días habrá un simposio de estudio y reflexión sobre “El bien común global ante la escasez de recursos”. Participaremos algunos obispos fundamentalmente de América latina y un grupo de peritos. Entre otros temas, habrá ponencias sobre seguridad alimentaria, cambio climático, industrias extractivas, ética en la economía mundial…
En Europa hay una seria preocupación por las consecuencias que pueda tener la crisis financiera económica mundial. El Papa ha tomado esta temática en varios de sus mensajes. Varias Diócesis y Conferencias Episcopales están realizando estudios y buscando proponer alternativas de cambio.
En este marco es que el CELAM —Consejo Episcopal Latino Americano— desde América Latina, Misereor (Obra de la Conferencia Episcopal Alemana para el Desarrollo) desde Alemania otros organismos han convocado a este evento.
Sábado 7: Primera Reunión del Grupo de Obispos de Argentina
La mayoría de los Obispos ya fueron llegando durante la semana.
El sábado a la tarde celebraremos la misa a las 18:30 hs en la Iglesia Argentina en Roma y luego tendremos una reunión.
Nos darán algunas pautas e indicaciones prácticas a tener en cuenta: lugares de encuentro para ir a los dicasterios, horarios tareas asignadas… También nos confirmarán la agenda de la Semana.
Como estamos alojados en lugares diversos, estas cuestiones prácticas es necesario queden resueltas con claridad.
Esta Semana que concluye ha sido destinada a disponer el corazón, ordenar los informes a trabajar en las reuniones próximas, aprovecharlas para actividades vinculadas a la tarea de la Iglesia en Argentina y el mundo.
El Lunes 9 comienza a desarrollarse la agenda común a todo el grupo y tenemos que estar listos.
No escribiré día a día, pero intentaré tenerlos al tanto. Rezo por ustedes.
Y este pedido va para todos y cada uno, por todos y cada uno con quienes estoy compartiendo este tiempo “de umbrales”: Acompáñennos con su oración.
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Vuelvo temprano a la Terminal. Poco después de las 7 sale un tren que me llevará al Monasterio Trapense que está medianamente cerca de Roma. En una hora llego a una estación y allí me espera un auto que en media hora de camino de montaña no muy alta me deja en la portería.
Allí me voy a encontrar con Andrea. Somos muy amigos. Éramos compañeros del mismo grupo juvenil en una Parroquia de Barracas, en Buenos Aires, y trabajamos juntos en la Acción Católica. Ella nació y se crió en Gualeguay. Durante algunos años su familia se trasladó a Buenos Aires y allí nos conocimos. Siempre hemos intercambiado cartas y algún llamado telefónico al año.
Y por esos misteriosos caminos del Señor ella es monja Trapense aquí y yo Obispo de Gualeguaychú. En estos tres días alimentamos la amistad con diálogos, silencios, mates, oraciones.
En esta comunidad hay cerca de 70 monjas. Voy entrando en otro ritmo. Disfruto de la belleza de la liturgia, de la alabanza. No hay apuro para otra cosa más que adorar al Señor. La Salmodia, el canto gregoriano, la cítara, el arpa… Con la sobriedad (y casi el despojo) de la Cuaresma. De manera especial rezo por las comunidades monásticas de nuestra Diócesis (las Carmelitas y Benedictinos), y por religiosas y religiosos, consagradas, vírgenes consagradas, vocaciones de especial consagración.
Una de las “joyas” del Monasterio es la Capilla dedicada a la Beata María Gabriela de la Unidad. Ella murió el 23 de Abril de 1939, a los 25 años de edad, ofreciendo su vida por la unidad de la Iglesia y de todos los cristianos. En el altar que está sobre su tumba celebré la misa por esas intenciones.
En estos días compartimos también un rato de Encuentro y Diálogo con la Comunidad Monástica. Les conté de la Asamblea de Aparecida, de la Diócesis y de varios temas que ellas iban preguntando.
Estos tres días de amistad y oración me disponen mejor para comenzar desde Cristo.
Por la tarde regreso a Roma y me preparo para unas jornadas intensas en las próximas 48 horas.
Creo que lo que estoy viviendo es un precioso regalo de Dios.
Jueves 5 y Viernes 6: Simposio CELAM – Misereor
Durante estos dos días habrá un simposio de estudio y reflexión sobre “El bien común global ante la escasez de recursos”. Participaremos algunos obispos fundamentalmente de América latina y un grupo de peritos. Entre otros temas, habrá ponencias sobre seguridad alimentaria, cambio climático, industrias extractivas, ética en la economía mundial…
En Europa hay una seria preocupación por las consecuencias que pueda tener la crisis financiera económica mundial. El Papa ha tomado esta temática en varios de sus mensajes. Varias Diócesis y Conferencias Episcopales están realizando estudios y buscando proponer alternativas de cambio.
En este marco es que el CELAM —Consejo Episcopal Latino Americano— desde América Latina, Misereor (Obra de la Conferencia Episcopal Alemana para el Desarrollo) desde Alemania otros organismos han convocado a este evento.
Sábado 7: Primera Reunión del Grupo de Obispos de Argentina
La mayoría de los Obispos ya fueron llegando durante la semana.
El sábado a la tarde celebraremos la misa a las 18:30 hs en la Iglesia Argentina en Roma y luego tendremos una reunión.
Nos darán algunas pautas e indicaciones prácticas a tener en cuenta: lugares de encuentro para ir a los dicasterios, horarios tareas asignadas… También nos confirmarán la agenda de la Semana.
Como estamos alojados en lugares diversos, estas cuestiones prácticas es necesario queden resueltas con claridad.
Esta Semana que concluye ha sido destinada a disponer el corazón, ordenar los informes a trabajar en las reuniones próximas, aprovecharlas para actividades vinculadas a la tarea de la Iglesia en Argentina y el mundo.
El Lunes 9 comienza a desarrollarse la agenda común a todo el grupo y tenemos que estar listos.
No escribiré día a día, pero intentaré tenerlos al tanto. Rezo por ustedes.
Y este pedido va para todos y cada uno, por todos y cada uno con quienes estoy compartiendo este tiempo “de umbrales”: Acompáñennos con su oración.
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