sábado, 28 de febrero de 2009

LOS ECOCIDIOS DEL NORTE Y DEL SUR. ¿PODEMOS NOSOTROS OBAMIZARNOS?



El nuevo siglo encontró que el poder inversor del campo apostaba a la soja con sus efectos adversos concomitantes: desmonte, sequía, incendios, empobrecimiento de la tierra.

Por el Padre Leonardo Belderrain

Como señala la doctora Torello, a principios del siglo XIX, el medio oeste de EEUU era una inmensa pradera de pasto alto hasta el pecho de un hombre. Había cientos de miles de búfalos viviendo en estas tierras y tribus aisladas de indios que vivían de los búfalos. Los pioneros europeos que cruzaban esa pampa para ir al oeste o al sur, arrancaron el pasto para hacer caminos.

Mas tarde entendieron que el búfalo era tan esencial para los indios que exterminarlos seria suficiente para acabar con las tribus. Por varias décadas se dedicaron a la matanza sistemática de búfalos, lo que hambreo y debilito a los indios que una vez sumidos en la miseria fueron transportados a reservaciones.

Con la ruta abierta a los colonos, el gobierno ofreció tierra gratuita a quienquiera se comprometiera a cultivarla. Millones de personas de todas partes del mundo aceptaron el desafió, ocuparon la pradera y delimitaron sus propiedades. Al principio hicieron lo más lógico: reemplazaron los búfalos por ganado y los alimentaron con el producto de la tierra. Después vinieron los granjeros. Cortaron todo el pasto y plantaron trigo y maíz. El ciclo meteorológico de las planicies es tal que cada 10 o 20 anos hay un periodo de sequía. La tierra estaba preparada para soportar pastos resistentes a condiciones áridas pero no cultivos masivos. Por mas de 50 anos hubo explotación y cultivo intensivo de la tierra y cosechas record que bajaron el precio de los granos debido a su abundancia. A principios de los anos 30, empezó una sequía mas intensa y prolongada que nada que los campesinos hubieran visto antes. El maíz se seco y el viento se lo llevo. Para entonces no había pasto que diera soporte a la tierra y a medida que el viento soplaba se llevaba a la tierra. El polvo mato a los animales y hambreo a la gente. A medida que continuaba, el polvo empezó a matar poblaciones. Los niños se murieron de una forma de neumonía causada por el polvo.

Muchos pueblos desaparecieron y la migración interna mas grande que haya tenido lugar en el país tuvo lugar. La mayoría de ellos se fue a California pero el país estaba en medio de una depresión y se quedaron por el camino, se murieron o se volvieron vagabundos o trabajaron de tiempo en tiempo por la comida. Esa fue la consecuencia del daño hecho a los búfalos y a los indios. Para entonces Roosevelt era presidente y se las ingenio para arreglar las cosas. Pero esa es otra historia. Y eventualmente, empezó a llover.

Aquí sucedió algo similar pero los españoles se cruzaron mas con los indígenas y el mestizaje dio pruebas de una acomodación menos cruel en el nacimiento de la nueva cultura.

De todas maneras con el tiempo la nueva aristocracia criolla aposto al monocultivo del trigo y el maíz y fuimos el granero del mundo durante las guerras mundiales del siglo pasado. El nuevo siglo encontró que el poder inversor del campo apostaba a la soja con sus efectos adversos concomitantes: desmonte, sequía, incendios, empobrecimiento de la tierra.

La suerte de los indígenas que dieron origen a un mestizaje con el peronismo tuvieron un momento un fuerte momento de protagonismo histórico Con Menem se quiso modernizar el país y solo se hablo de revolución productiva. las estrategias neoliberales y las privatizaciones destruyeron el aparato productivo hubo mas recensión desempleo y se incremento la brecha entre los ricos y los pobres frustrándose una vez el protagonismo de los sectores populares.

Para algunos en la gestión K apareció una nueva esperanza para otros ya esta agotada Una mujer blanca que podría no hacerse “oscura ” entre los hilos del poder complicados con la efedrina los desmontes de la familia Urrutubey y la compra de terrenos fiscales de los familiares del poder político del Clafate. Estamos con la posibilidad de salir de aquel terreno anegadizo como los tártagos que se arraigan a la tierra en los momentos mas difíciles. Necesitamos empresarios blancos que sientan por la piel negra y mestizos que puedan pensar con una mente empresaria. ¿Sería una Cristina mas desintoxicada de los poderes adquiridos? ¿Sería De Narváez menos rubio? o ¿seria algo mas nuevo de la izquierda?

El desafío de la nueva cultura pasa por poner a la cabeza de nuestras democracias gente que pueda hablar y gerenciar desde el poder del alma. Esperemos que vengan pronto los reconciliados sin odio que subsanen la deuda interna con los indígenas los mestizos y el suelo.

Creo que este discurso de Obama manifiesta por donde pasa lo nuevo en la política de occidente

Afirmaciones del Presidente Barack Obama

Desayuno Nacional de la Oración

Jueves, Febrero 5, 2009

Washington, DC - “Buenos días. Quiero agradecer a los organizadores de este desayuno, los Representantes Heath Shuler y Vernon Ehlers. También quisiera agradecer a Tony Blair por venir hoy, así como a nuestro Vicepresidente, Joe Biden, a miembros de mi Gabinete, miembros del Congreso, clérigos, amigos y dignatarios de diversas partes del mundo.

Michelle y yo nos sentimos honrados al compartir con ustedes nuestra plegaria de esta mañana. Sé que este desayuno tiene una larga historia en Washington, y como la fe ha sido siempre una fuerza orientadora en nuestra vida familiar, nos sentimos como en casa, y esperamos mantener esta tradición activa durante el tiempo en que estemos aquí.

Es una tradición que según me han dicho, comenzó en la ciudad de Seattle. Transcurría el momento culminante de la Gran Depresión, y la mayoría de la gente se encontraba sin trabajo. Muchos cayeron en la pobreza. Algunos lo perdieron todo.

Los líderes de cierta comunidad hicieron todo lo posible por aquellos que estaban sufriendo en aquel lugar. Y luego decidieron hacer algo más: comenzaron a rezar. Independientemente de cual fuera la parcialidad o afiliación religiosa a la que perteneciera cada uno. Simplemente se reunieron una mañana como hermanos y hermanas para compartir una comida y para hablar con Dios.

Esos desayunos rápidamente se diseminaron por todo Seattle, y luego por distintas ciudades y pueblos a través de América, hasta llegar a Washington. Y poco tiempo después que el Presidente Eisenhower pidiera a un grupo de Senadores si podían acompañarlo en su desayuno de oración, se convirtieron en un evento nacional. En el momento actual, al ver aquí presidentes y dignatarios de todas partes del mundo, se me hace evidente que esta es una de las raras ocasiones que aún es capaz de reunir a gran parte del mundo en un momento de paz y buena voluntad.

Cuento esta historia porque con demasiada frecuencia hemos visto que se utiliza la fe como herramienta para dividir a unos de otros; como una excusa para el prejuicio y la intolerancia. Se han emprendido guerras. Se han ejecutado inocentes. A lo largo de los siglos, religiones enteras han sido perseguidas, siempre en el nombre de lo que se cree correcto.

Sin duda la misma naturaleza de la fe muestra que nuestras creencias nunca serán iguales. Leemos diferentes libros. Seguimos diferentes mandatos. Estamos suscriptos a diferentes relatos acerca de cómo fue que llegamos aquí, y adonde iremos luego, - y algunos no profesan absolutamente fe alguna.

Pero independientemente de aquello en que elijamos creer, recordemos que no existe ninguna religión cuyo credo central sea el odio. No existe Dios que consienta la eliminación de seres humanos inocentes. Esto lo sabemos muy bien.

Sabemos también que a pesar de nuestras diferencias, hay una ley que vincula a las grandes religiones. Jesús nos dijo "ama a tu prójimo como a ti mismo". La Torah ordena: "aquello que sea malo para ti, no lo hagas a tus semejantes". En el Islam, hay una enseñanza que afirma: "ninguno cree realmente hasta que desea para su hermano lo mismo que desea para si". Y lo mismo vale para los Budistas, los Hinduistas, los seguidores de Confucio y para los humanistas. Es, por supuesto, la Regla de Oro – la propuesta que nos invita a amarnos, a entendernos, a tratar con dignidad y respeto a todos aquellos con quienes compartimos un breve momento en esta tierra. Es una regla antigua, una regla simple, pero también uno de los mayores desafíos. Porque pide de cada uno de nosotros que tomemos responsabilidad por el bienestar de gente que tal vez no conocemos ni admiramos y con quienes tal vez no coincidimos en todo. A veces, nos pide que nos reconciliemos con acérrimos enemigos, o que resolvamos viejas disputas. Y eso requiere una fe activa, vital, y fervorosa. Requiere no sólo que creamos, sino que actuemos – para dar algo de nosotros para beneficio de otros y la construcción de un mundo mejor. De este modo, la fe particular que nos motiva puede promover un bien mayor para todos. En lugar de separarnos, nuestras variadas creencias pueden unirnos en la intención de alimentar al hambriento y confortar al afligido; en la intención de llevar paz donde hay conflicto y reconstruir lo que ha sido roto; para levantar a aquellos que han caído en un tiempo de dificultad. Esta no es sólo nuestra obligación como personas de fe, sino también como ciudadanos de América, y será el propósito de la Oficina de la Casa Blanca para Asociaciones Religiosas y Vecinales, que anunciaré más adelante en el día de hoy. El objetivo de esta oficina no será otorgar beneficios a favor de un grupo religioso sobre otros – ni tampoco el beneficio de grupos religiosos sobre aquellos que no lo son. Será simplemente el de facilitar el trabajo de aquellas organizaciones que trabajan para el beneficio de nuestras comunidades, y hacer eso sin borrar la línea que nuestros fundadores sabiamente trazaron entre iglesia y estado. Este trabajo es importante, porque ya se trate de un grupo que asesora a familias amenazadas por el desalojo, o de grupos de fe que proveen capacitación laboral a quienes están desempleados, pocos se encuentran tan cerca de lo que ocurre en las calles y vecindarios que estas organizaciones. La gente confía en ellas. Las comunidades creen en ellas. Y nosotros las vamos a ayudar.Trataremos también de alcanzar a líderes y estudiantes en todo el mundo para cultivar un diálogo pacífico y productivo en torno al tema de la fe. No espero que las diferencias desaparezcan de la noche a la mañana, ni tampoco creo que las antiguas perspectivas y los conflictos vayan a evaporarse repentinamente. Pero sí creo que si podemos hablar con el otro abierta y honestamente, tal vez las viejas grietas comenzarán a ser reparadas, y nuevas sociedades comenzarán a emerger. En un mundo que se hace más pequeño cada día, tal vez podamos ir dejando afuera a las destructivas fuerzas del fanatismo, haciendo lugar para el sano poder del mutuo entendimiento. Esta es mi esperanza. Esta es mi plegaria. Creo que este beneficio es posible porque mi fe me dice que todo es posible, pero también creo en base a lo que he visto y he vivido. No me crié en una casa particularmente religiosa. Tuve un padre que nació Musulmán pero se volvió ateo, abuelos Metodistas y Bautistas no practicantes, y una madre que no creía en la religión organizada, a pesar de ser la más bondadosa y espiritual persona que jamás he conocido. De niño ella me enseñó a amar y a comprender, y a tratar a otros como quisiera que me trataran a mí. No me convertí en Cristiano sino muchos años después, cuando me trasladé a la Zona Sur de Chicago luego de la secundaria. No fue por adoctrinamiento ni por una súbita revelación, sino porque pasé mes tras mes trabajando con gente de la iglesia que simplemente quería ayudar a los vecinos que estaban pasando por un mal momento – sin tomar en cuenta qué aspecto tenían, o de dónde venían, o a quién dirigían sus oraciones. Fue en esas calles, en esos vecindarios, donde por primera vez sentí el espíritu de Dios llamándome. Fue allí donde me sentí llamado para un propósito superior – Su propósito. En diferentes caminos y de diferentes formas, es ese espíritu y esa sensación de propósito lo que guió a los amigos y vecinos de aquel primer desayuno de oración en Seattle, hace tanto tiempo, en otro período de prueba para nuestra nación. Es lo guía a amigos y vecinos de tantas naciones y confesiones hacia aquí el día de hoy. Venimos a compartir el pan y a dar gracias y a buscar orientación, pero también a fortalecer nuestra dedicación a la misión de amor y servicio que yace en el corazón de toda la humanidad. Como San Agustín dijo una vez: "Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti "Así que recemos juntos esta mañana de Febrero, pero trabajemos juntos también todos los días y meses que tenemos por delante. Porque es sólo a través de la lucha y el esfuerzo común como hermanas y hermanos, que cumpliremos nuestros mayores destinos como criaturas amadas de Dios. Les pido que se unan a mí en ese esfuerzo, y también les pido que recen por mí, por mi familia, y por la continua perfección de nuestra unión. Gracias.”

Padre Leonardo Belderrain
Capilla Santa Elena, Parque Pereyra Iraola. Argentina

leonardobelderrain@ciudad.com.ar

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