¿MÁRTIRES AHORA EN LA INDIA?

Se extiende la violencia anticristiana por el país; las razones son socioeconómicas.
Los atacantes creen que India es sólo para los hindúes y su propósito es convertir a la gente a la fuerza al hinduismo; para lograr esto, sólo necesitan matar a una o dos personas en cada aldea o iglesia.
Por Patricia Navas
El recrudecimiento de la violencia anticristiana en India, iniciado el pasado mes de agosto en el estado de Orissa y extendido a día de hoy por otros cuatro estados -Chhattisgarh, Madhya Pradesh, Karnataka y Kerala-, ha provocado al menos, según el All India Christian Council (AICC), la profanación y destrucción de 149 iglesias, el incendio intencionado de 4.640 casas y daños a 13 escuelas cristianas, ha dejado sin hogar a 53.000 cristianos, ha causado heridas a otros 18.000 y la muerte a más de 50 cristianos.
Posibles mártires con nombres y apellidos
En el distrito de Orissa, el joven Christian Rajesh Digal fue atacado el pasado 26 de septiembre cuando caminaba con un amigo hindú en la ciudad de Udayagiri. El hombre hindú fue apuñalado pero escapó; Rajesh fue enterrado vivo.
Cuatro días más tarde, una mujer cristiana fue abatida a tiros en Rudangia y otras siete personas resultaron heridas mientras ardían 60 casas de cristianos. El 2 de octubre, una turba atacó de manera similar una aldea cristiana y apuñaló y mató a un padre y a su hijo adolescente en Sindhipakali.
En Kandhamal, el pasado 25 de agosto, una monja católica fue violada en medio de la violencia de los grupos de exaltados. También fue golpeada con fuerza, igual que el sacerdote que la acompañaba y trataba de defenderla. Un día antes, otra joven monja era violada por una pandilla cerca de Nuagaon.
La joven de 20 años Rajan Majhi fue violada y quemada viva por un grupo de radicales que pensaban que practicaba el cristianismo. Sin embargo, en este caso la víctima era una hindú que cooperaba como maestra en el orfanato donde había sido adoptada en su infancia.
Más de 50.000 desplazados de Orissa se esconden en estos momentos en la selva, en refugios y en casas de familiares y amigos. Otros aguantan en los focos de violencia, dispuestos a dar la vida. El religioso indio Anthony D'souza pide oraciones en un mail que ha llegado a ordenadores de países occidentales y afirma: “Estamos dispuestos a morir como mártires”.
La hermana Mamta, Misionera de la Caridad, declaró, tras recibir, junto a otras religiosas y cuatro niños, un ataque de un grupo hinduista, el pasado 5 de septiembre: “Si no hubiera sido por la intervención de la policía, nos hubieran quemado vivas”.
Las verdaderas razones de la ola de violencia
Para Madhu Chandra, secretario regional de la AICC -una coalición de laicos y entidades indias creada en 1998 para proteger y servir a la comunidad cristiana, las minorías, los oprimidos y las castas-, "el número de muertos está aumentando, pero menos de un centenar se confirman; quizás ésta es la razón por la que los ataques de Orissa no han atraído la atención internacional, a pesar de ser la peor violación a la libertad religiosa de la historia reciente producida en una democracia".
"La mayoría de gente no se da cuenta de que el objetivo de los atacantes es inspirar miedo –añadió-. Los atacantes creen que India es sólo para los hindúes y su propósito es convertir a la gente a la fuerza al hinduismo; para lograr esto, sólo necesitan matar a una o dos personas en cada aldea o iglesia”.
Sobre las verdaderas razones del ataque a los cristianos en la India, el obispo auxiliar de Bombay, el cardenal Agnelo Gracias, asegura que son de tipo socioeconómico. “A través de la educación, los miembros de las tribus y los dalit –clases bajas a la que pertenecen muchos cristianos- no aceptan que se les explote más”.
“Se derrumba la estratificación económica –añade-. No olvidemos que el RSS (grupo de militantes hindúes fundamentalistas) está compuesto por miembros de las castas altas que tienen un gran interés en mantener el status quo”.
El cardenal Varkey Vithayathil, presidente de la Conferencia Episcopal India, que reúne a las comunidades católicas de los tres ritos presentes en el país, también ha acusado de la tragedia a grupos radicales hindúes que adiestran terroristas y ha pedido que sean prohibidos.
Frente a las falsas razones con las que algunos grupos extremistas justifican la violencia, como las conversiones forzosas y los regalos, el cardenal ha recordado que el proselitismo y las conversiones forzadas “van contra las enseñanzas de la Iglesia católica” y ha recordado que muchos convertidos al cristianismo “pierden muchos beneficios garantizados por la Constitución y algunos incluso han sacrificado sus vidas por rechazar convertirse al hinduismo”.
Otros argumentos contra las presuntas conversiones forzosas remiten a la elevada demanda de matriculaciones en escuelas cristianas y al descenso continuado de la población cristiana en India en los últimos años. Actualmente, casi 30 millones de cristianos representan el 2,5% del total de la población.
Para el cardenal Vithayathil, “las acusaciones de promover conversiones forzadas son una estrategia que esconde el interés de negar los servicios cristianos de salud, emancipación de la pobreza, educación y desarrollo a los más abandonados”.
El presidente de la Conferencia Episcopal India también ha denunciado la inacción de los gobiernos locales de los lugares violentos y ha pedido al gobierno indio mayor seguridad. Por su parte, este ejecutivo ha enviado tropas y ha declarado el toque de queda indefinido en las zonas más conflictivas y ha efectuado diversos arrestos de líderes locales de la agrupación nacionalista Swayamsevak Sangh (RSS), del conservador partido Bharatiya Janata (BJP) y del grupo hinduista Kui Samaj.
¿Qué hacer ante esta violencia?
La mejor arma que tienen los cristianos en India ante la ola de violencia anticristiana es la oración, han afirmado los obispos del país, que también han destacado la necesidad del diálogo interreligioso para “eliminar toda posible causa de tensión y desacuerdo entre los grupos religiosos y étnicos en India”.
Fuente Forum Libertas
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